ACAPULCO.- Luego de levantar el brazo a Ángel Aguirre, el Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard abrazó al candidato de la izquierda contra su pecho.
En ese momento, los militantes del PRD, el PT y Convergencia reunidos en la sala de prensa del búnker perredista comenzaron a gritar: "¡Marcelo!", "¡Marcelo!", "¡Marcelo"!
Antes, Aguirre le había dado las gracias por acompañarlo en la campaña, así como por la estructura operativa que envió del Distrito Federal, más de 600 personas lideradas por diputados locales, federales y jefes delegacionales.
El Jefe de Gobierno llegó a el puerto después de medio día, pero esperó en un hotel hasta las 17:33 horas, cuando apareció en la sede del equipo de Aguirre.
Ahí esperó a que llegara el abanderado de la coalición Guerrero Nos Une para salir juntos a dar un mensaje.
Luego de un breve brindis, en el primer piso del hotel, Ebrard abandonó el lugar.
En esa misma sala, donde estaban los líderes del PRD, el PT y Convergencia, así como el coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA), Manuel Camacho, escucharon a un comentarista de televisión decir que con el triunfo de Aguirre en Guerrero, Ebrard se colocó en el mismo nivel del Gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, en las preferencias electorales rumbo a 2012.
"Todos comenzaron a aplaudir y gritar el nombre de Marcelo, aunque él ya se había retirado", dijo uno de los asistentes.
Después de las 17:00 horas, cuando las primeras cifras favorecían a Aguirre, aparecieron en el bunker diputados locales, federales y delegados del DF, quienes presumían su participación en la victoria de Aguirre.
Sin embargo, no estuvieron en el festejo los miembros de la organización Francisco Villa ni la gente de Clara Brugada, Delegada de Iztapalapa.
El coordinador de campaña de Aguirre, el diputado federal perredista Jesús Zambrano, también se llevó los aplausos, e incluso le dijeron que ahora sí podría ser presidente del PRD.
"¡Zambrano, presidente!", le gritaban.
Érika Hernández, Reforma, 31 de enero.
En ese momento, los militantes del PRD, el PT y Convergencia reunidos en la sala de prensa del búnker perredista comenzaron a gritar: "¡Marcelo!", "¡Marcelo!", "¡Marcelo"!
Antes, Aguirre le había dado las gracias por acompañarlo en la campaña, así como por la estructura operativa que envió del Distrito Federal, más de 600 personas lideradas por diputados locales, federales y jefes delegacionales.
El Jefe de Gobierno llegó a el puerto después de medio día, pero esperó en un hotel hasta las 17:33 horas, cuando apareció en la sede del equipo de Aguirre.
Ahí esperó a que llegara el abanderado de la coalición Guerrero Nos Une para salir juntos a dar un mensaje.
Luego de un breve brindis, en el primer piso del hotel, Ebrard abandonó el lugar.
En esa misma sala, donde estaban los líderes del PRD, el PT y Convergencia, así como el coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA), Manuel Camacho, escucharon a un comentarista de televisión decir que con el triunfo de Aguirre en Guerrero, Ebrard se colocó en el mismo nivel del Gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, en las preferencias electorales rumbo a 2012.
"Todos comenzaron a aplaudir y gritar el nombre de Marcelo, aunque él ya se había retirado", dijo uno de los asistentes.
Después de las 17:00 horas, cuando las primeras cifras favorecían a Aguirre, aparecieron en el bunker diputados locales, federales y delegados del DF, quienes presumían su participación en la victoria de Aguirre.
Sin embargo, no estuvieron en el festejo los miembros de la organización Francisco Villa ni la gente de Clara Brugada, Delegada de Iztapalapa.
El coordinador de campaña de Aguirre, el diputado federal perredista Jesús Zambrano, también se llevó los aplausos, e incluso le dijeron que ahora sí podría ser presidente del PRD.
"¡Zambrano, presidente!", le gritaban.
Érika Hernández, Reforma, 31 de enero.
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