ACAPULCO.- El sonido del cerrojo de un fusil inquieta.
Los habitantes de la colonia Ciudad Renacimiento llegan cuenta a gotas frente a la casilla Básica de la sección 0182 del Distrito 18, ubicada frente a las instalaciones de la Policía Ministerial de Guerrero.
Sobre la baqueta una cruz de concreto blanco recuerda que hace dos años un agente de la Procuraduría Estatal fue ejecutado a tiros por un comando, la gente pese a que es la elección a Gobernador prefiere salvaguardar su vida.
El aire fresco se siente a las 8:40 horas sobre Renacimiento, considerada una de las colonias con mayor índice de violencia, así como presencia de delincuencia organizada, según fuentes de Seguridad del Estado.
Un hombre carga a su hija, la aprieta en desesperación por la tardanza de la casilla que no ha sido instalada por los funcionarios y ciudadanos capacitados por el Instituto Electoral del Estado de Guerrero (IEEG).
Unas muletas están recargadas sobre un muro de piedra mientras el dueño de éstas mira hacia el cielo como implorando que el suplicio de ir a votar terminara.
"Me vine temprano para irme temprano y aquí nos tienen", reprochó el hombre de unos 65 años de edad.
Una mujer de la Policía municipal carga su fusil al hombro baja sus gafas y limpia sus botas para luego subirse a una de las camionetas.
"Vámonos chavos a votar", les grita el comandante de la ministerial a sus seis elementos que estarán resguardados en el cuartel acompañado de agentes de la Policía Estatal y Municipal.
Los habitantes se quedan sin resguardo, aunque algunos señalan que es mejor estar sin ellos, pues atraen las balas.
Y es que en lo que va del año, más de 60 personas han sido ejecutadas, más de la mitad han sido encontrados en Ciudad Renacimiento y también en la Zapata, una zona suburbana de este destino turístico.
Hombres mutilados, disparos por las noches, personas "levantadas" son las postales casi diarias en esa zona.
Las muletas comienzan a andar, la espera de miedo terminó en la casilla, el padre, la anciana, vuelven a prisa a sus hogares para un domingo cualquiera.
El sol comienza a quemar.
Al mediodía llamadas anónimas a los hogares de los acapulqueños agregan más miedo y zozobra.
Incluso, en algunas casas llaman hasta tres veces para tratar de inhibir el voto en las zonas consideradas como focos rojos por violencia.
"Hemos recibido dos veces las llamadas, en una contestó mi hijo y en otra mi cuñado, pero también a casa de mi suegra marcaron que iba haber balacera", denunció una persona que habita en la Colonia La Mira.
Los aromas de flores, verduras, de grasas de chicharrón confluye en el tianguis de domingo en "La Zapa", como se le conoce a ese lugar que alberga el reclusorio.
En la casilla Contigua de la sección 0143 del Distrito 26, en la Colonia Zapata, algunas personas no aparecen en la lista del padrón electoral, otras no quisieran ni aparecerse pero a votar.
"Tienen miedo de salir a perder su vida por un voto", dice un hombre quien tuvo que llevar a su suegra hasta la casilla.
Mientras, un grupo de al menos 60 agentes de la Policía Federal se mantienen al interior del Cereso.
Sin embargo, desde las 00:30 horas vecinos de la Colonia Unidos por Guerrero, contigua a la Zapata informaron que frente a una miscelánea se incendiada un automóvil, por lo que reportaron el incidente pero ninguna autoridad llegó al lugar.
"Desde la madrugada estaba ahí el taxi ese, se quemó todo, pero nadie vino a verlo", dijo un vecino del lugar luego de ir a votar Según testigos, escucharon detonaciones de arma de fuego e incluso vieron gente armada.
"La gente tiene miedo de salir", opina una mujer que vende pollos cerca de la casilla 0143 Básica la cual está ubicada a unos 500 metros de una '"tiendita" de droga, según cuentan vecinos.
"Ayer andaban aquí, todos encapuchados, eran como cuatro carros, yo iba llegando de chambear como a las nueve de la noche", dijo un transportista.
El fresco vuelve a pegar en los rostros cansados de los funcionarios de casillas, el final llego.
La noche cae en Renacimiento y Zapata, la gente vuelve a sus casas y las calles vacías.
Alfonso Juárez corresponsal, Reforma, 31 de enero.
Los habitantes de la colonia Ciudad Renacimiento llegan cuenta a gotas frente a la casilla Básica de la sección 0182 del Distrito 18, ubicada frente a las instalaciones de la Policía Ministerial de Guerrero.
Sobre la baqueta una cruz de concreto blanco recuerda que hace dos años un agente de la Procuraduría Estatal fue ejecutado a tiros por un comando, la gente pese a que es la elección a Gobernador prefiere salvaguardar su vida.
El aire fresco se siente a las 8:40 horas sobre Renacimiento, considerada una de las colonias con mayor índice de violencia, así como presencia de delincuencia organizada, según fuentes de Seguridad del Estado.
Un hombre carga a su hija, la aprieta en desesperación por la tardanza de la casilla que no ha sido instalada por los funcionarios y ciudadanos capacitados por el Instituto Electoral del Estado de Guerrero (IEEG).
Unas muletas están recargadas sobre un muro de piedra mientras el dueño de éstas mira hacia el cielo como implorando que el suplicio de ir a votar terminara.
"Me vine temprano para irme temprano y aquí nos tienen", reprochó el hombre de unos 65 años de edad.
Una mujer de la Policía municipal carga su fusil al hombro baja sus gafas y limpia sus botas para luego subirse a una de las camionetas.
"Vámonos chavos a votar", les grita el comandante de la ministerial a sus seis elementos que estarán resguardados en el cuartel acompañado de agentes de la Policía Estatal y Municipal.
Los habitantes se quedan sin resguardo, aunque algunos señalan que es mejor estar sin ellos, pues atraen las balas.
Y es que en lo que va del año, más de 60 personas han sido ejecutadas, más de la mitad han sido encontrados en Ciudad Renacimiento y también en la Zapata, una zona suburbana de este destino turístico.
Hombres mutilados, disparos por las noches, personas "levantadas" son las postales casi diarias en esa zona.
Las muletas comienzan a andar, la espera de miedo terminó en la casilla, el padre, la anciana, vuelven a prisa a sus hogares para un domingo cualquiera.
El sol comienza a quemar.
Al mediodía llamadas anónimas a los hogares de los acapulqueños agregan más miedo y zozobra.
Incluso, en algunas casas llaman hasta tres veces para tratar de inhibir el voto en las zonas consideradas como focos rojos por violencia.
"Hemos recibido dos veces las llamadas, en una contestó mi hijo y en otra mi cuñado, pero también a casa de mi suegra marcaron que iba haber balacera", denunció una persona que habita en la Colonia La Mira.
Los aromas de flores, verduras, de grasas de chicharrón confluye en el tianguis de domingo en "La Zapa", como se le conoce a ese lugar que alberga el reclusorio.
En la casilla Contigua de la sección 0143 del Distrito 26, en la Colonia Zapata, algunas personas no aparecen en la lista del padrón electoral, otras no quisieran ni aparecerse pero a votar.
"Tienen miedo de salir a perder su vida por un voto", dice un hombre quien tuvo que llevar a su suegra hasta la casilla.
Mientras, un grupo de al menos 60 agentes de la Policía Federal se mantienen al interior del Cereso.
Sin embargo, desde las 00:30 horas vecinos de la Colonia Unidos por Guerrero, contigua a la Zapata informaron que frente a una miscelánea se incendiada un automóvil, por lo que reportaron el incidente pero ninguna autoridad llegó al lugar.
"Desde la madrugada estaba ahí el taxi ese, se quemó todo, pero nadie vino a verlo", dijo un vecino del lugar luego de ir a votar Según testigos, escucharon detonaciones de arma de fuego e incluso vieron gente armada.
"La gente tiene miedo de salir", opina una mujer que vende pollos cerca de la casilla 0143 Básica la cual está ubicada a unos 500 metros de una '"tiendita" de droga, según cuentan vecinos.
"Ayer andaban aquí, todos encapuchados, eran como cuatro carros, yo iba llegando de chambear como a las nueve de la noche", dijo un transportista.
El fresco vuelve a pegar en los rostros cansados de los funcionarios de casillas, el final llego.
La noche cae en Renacimiento y Zapata, la gente vuelve a sus casas y las calles vacías.
Alfonso Juárez corresponsal, Reforma, 31 de enero.
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