VERACRUZ, Ver.— El mal entrenamiento y la falta de capacitación en materia de derechos humanos, propician los constantes abusos a la ciudadanía por parte de los agentes de la Policía Federal, asignados al operativo contra el crimen organizado México Seguro.
Para Edilberto López Cruz, maestro en Ciencias Penales y presidente fundador del Instituto Mexicano Penitenciario, AC, “la guerra frontal” contra el narcotráfico, ordenada por el Ejecutivo federal, ha sido acatada cabalmente por las Fuerzas Armadas del país, pero ejecutada con equivocaciones.
Sólo en Veracruz, argumentó el especialista, en cuestión de horas se han registrado muertes inútiles: una persona, a quien no se le ha podido acreditar delito alguno, cuyo único error fue negarse a una revisión de rutina; un policía federal fallecido en un accidente vial, provocado por la imprudencia del operador de la patrulla; y el plagio de un reportero gráfico, torturado y amenazado de muerte.
De sumarse las condenas de tortura y privación ilegal de la libertad, delitos considerados graves y sin derecho a fianza, y de los que se acusa a los agentes federales, éstos podrían alcanzar hasta 35 años de prisión.
Detalló que el “secuestro” es la principal estrategia de la Policía Federal en el combate al crimen organizado. “Lo malo es que primero levantan y luego investigan si realmente se trata de un delincuente”.
Para Edilberto López Cruz, maestro en Ciencias Penales y presidente fundador del Instituto Mexicano Penitenciario, AC, “la guerra frontal” contra el narcotráfico, ordenada por el Ejecutivo federal, ha sido acatada cabalmente por las Fuerzas Armadas del país, pero ejecutada con equivocaciones.
Sólo en Veracruz, argumentó el especialista, en cuestión de horas se han registrado muertes inútiles: una persona, a quien no se le ha podido acreditar delito alguno, cuyo único error fue negarse a una revisión de rutina; un policía federal fallecido en un accidente vial, provocado por la imprudencia del operador de la patrulla; y el plagio de un reportero gráfico, torturado y amenazado de muerte.
De sumarse las condenas de tortura y privación ilegal de la libertad, delitos considerados graves y sin derecho a fianza, y de los que se acusa a los agentes federales, éstos podrían alcanzar hasta 35 años de prisión.
Detalló que el “secuestro” es la principal estrategia de la Policía Federal en el combate al crimen organizado. “Lo malo es que primero levantan y luego investigan si realmente se trata de un delincuente”.
Nota de Érick Viveros, El Universal, 27 de febrero.
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