Cuba espera "con paciencia" los cambios

LA HABANA. Los cubanos se entusiasmaron pensando que el nuevo presidente Raúl Castro mejoraría su dura existencia cotidiana, pero pronto se dieron cuenta de que hay que aceptar sus palabras literalmente: las reformas llegarán pausadamente y no sucederá nada de la noche a la mañana.

Las esperanzas de modestas reformas económicas surgieron hace 20 meses cuando Raúl se hizo cargo del ejecutivo provisionalmente, después de la enfermedad de su hermano mayor Fidel. Y aumentaron cuando asumió la Presidencia en forma definitiva el mes pasado.

Sin embargo en el discurso del 24 de febrero al asumir el cargo, Raúl Castro trató de contener las expectativas. Aludió en términos medio ambiguos a un "exceso de prohibiciones y regulaciones", pero dijo que los cambios serán lentos y requerirán mucho empeño de los cubanos.

La primera medida del gobierno de Raúl para levantar prohibiciones en Cuba entrará en vigor el próximo martes con la venta libre de aparatos electrónicos hasta ahora restringidos, según la resolución 43/08 del Ministerio del Comercio Interior.

La medida, de acuerdo con el documento firmado por el ministro Marino Murillo, se toma "teniendo en cuenta que el país ha tenido una mejoría en la distribución de la energía eléctrica", cuya insuficiencia motivó la suspensión de la comercialización de esos aparatos en el 2003.


Sin cambios radicales


A excepción de lo anterior, hasta ahora no ha habido cambios reales en la economía y los cubanos están haciéndose a la idea de que habrá que ser pacientes.

"Raúl dice que tenemos que trabajar duro y hacer las cosas bien", dijo Orestes, un militar retirado. Con una sonrisa, rechazó dar su apellido. Los cubanos suelen ser muy habladores, pero no con los periodistas extranjeros, por miedo a que sus palabras los perjudiquen de algún modo.

En privado, muchos cubanos dicen que quieren que el peso cubano tenga un mayor poder adquisitivo y se les permita viajar a otros países sin tener que pedir permiso a las autoridades de la isla. En la actualidad se requiere de un permiso o visa de salida para poder viajar al extranjero.

Una mejora concreta se dio en el transporte público. Miles de ómnibus fabricados en China que fueron adquiridos durante el régimen de Fidel Castro permitieron la apertura de nuevas rutas y la desaparición de las largas filas de espera en las paradas.

"¡El transporte es una maravilla!", exclamó Niola Prieto, una vendedora de flores. "Ojalá Raúl pueda hacer lo mismo con los alimentos".


Prioridad alimentaria.

Para el menor de los Castro la alimentación es una prioridad y tomó ciertas medidas para incrementar la producción agrícola. Además reconoció la necesidad de aumentar los salarios y de resolver el problema de la doble moneda existente en la isla.

En Cuba existen dos monedas: el peso cubano, con el que se cobran los salarios y se pagan el alquiler y servicios como electricidad, agua y gas, y el peso convertible, con un valor 24 veces superior al otro y con el que se compran diversos productos en las tiendas.

"He visto una mezcla de esperanza y escepticismo, a veces en una misma persona", dijo Phil Peters, especialista de Cuba del Instituto Lexington, después de una visita a La Habana a mediados de marzo.

Pero algunos analistas consideran que las esperanzas que no se hacen realidad podrían convertirse en un peligro para el nuevo gobierno.

"Raúl y su gobierno, como lo hizo antes el comandante Fidel, actúan como si el tiempo estuviera en su favor", expresó Marifeli Pérez-Estable, vicepresidenta del Diálogo Interamericano con sede en Washington, durante una reunión del comité de asuntos de relaciones exteriores de la Cámara Baja estadounidense.

"¿Bastarán los cambios escalonados para satisfacer a los ciudadanos cubanos?", se pregunta.

Según Pérez-Estable los líderes cubanos no quieren que les suceda lo mismo que a los soviéticos, que perdieron el control cuando hicieron cambios demasiado rápidos.

A los cubanos de mayor edad, que soportaron estoicamente las privaciones extremas de los años 90, después del derrumbe de la Unión Soviética, les sobra paciencia, ya que están acostumbrados a las largas esperas y las privaciones.

Pero los jóvenes podrían ser más impacientes, según Hal Klepak, profesor de Universidad Militar Real de Canadá, especialista de Raúl Castro.

No obstante, Klepak considera que el gobierno mantendrá el control político realizando cambios económicos menores de forma escalonada.

"El desafío para las jóvenes generaciones es tener paciencia, al tiempo que exigen mejoras", explicó Klepak en La Habana. "Para los autoridades, es dar una luz verde a ciertas reformas y mostrar al pueblo que hay esperanzas, pero que no van a perder el control".
Texto de Anita Snow, El Economista, 28 de marzo.

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