FAYETTEVILLE, Arkansas.- Una indocumentada mexicana pasó cuatro días sin agua ni alimentos, encerrada en una pequeña celda en el edificio de las cortes del condado de Washington, en Fayetteville, noroeste de Arkansas, denunciaron ayer fuentes diplomáticas.
"Su estado físico es ahora favorable (...) Va recuperándose, pero aún sufre de mareos y vómitos", dijo el cónsul mexicano en Arkansas, Andrés Chao.
"Lo importante es que está viva", afirmó el diplomático, quien destacó la protesta formulada por el Gobierno de México con el fin de impedir que se repitan este tipo de incidentes.
La mexicana, identificada como Adriana Torres Flores, permaneció desde las 16:00 horas del pasado jueves hasta las 09:00 horas del lunes recluida en un cuarto de 2.5 por 2.8 metros, con sólo una mesa de metal, dos bancas y un foco que nunca se apagó.
En el lugar en el que Torres Flores fue encerrada y olvidada por un agente luego de haber acudido voluntariamente a la corte para responder a una acusación por venta de discos piratas, no había baño.
Aunque llevaba consigo una chamarra, la mujer de 38 años permaneció, además, expuesta a temperaturas bajo cero, sin saber por qué nadie respondía a sus gritos y llanto.
La inmigrante relató a sus familiares que tuvo que beber su propia orina para mitigar la sed.
Autoridades consulares mexicanas en Little Rock, capital de Arkansas, supieron del caso la noche del lunes y ayer viajaron a Springdale, donde Torres Flores vive con su familia, para ofrecerle la ayuda del Gobierno de México.
La inmigrante, originaria del estado de Zacatecas, contó a Chao cómo, asustada por sentir que podría morir sin volver a ver a sus tres hijos y a su esposo, golpeó la puerta de acero de la celda con manos y pies, una y otra vez hasta quedarse sin energía.
Nadie podía oírla, el edificio de la corte había quedado solitario desde la tarde del jueves, al suspenderse todas las actividades por una intensa nevada que se abatió sobre la zona.
Durante esos cuatro días, la inmigrante durmió a ratos tirada en el piso, utilizando un zapato como almohada, sin estar consciente del paso del tiempo ya que no tenía reloj.
Su esposo no acudió a la Policía, temeroso de que las autoridades pudieran también detenerlo por su condición de indocumentado.
Torres Flores fue encontrada la mañana del lunes por el mismo agente que la había dejado olvidada. Fue entonces cuando Jarrod Hankins, quien apenas tiene dos meses de trabajar para la corte en Fayetteville, se dio cuenta de su error.
"Su estado físico es ahora favorable (...) Va recuperándose, pero aún sufre de mareos y vómitos", dijo el cónsul mexicano en Arkansas, Andrés Chao.
"Lo importante es que está viva", afirmó el diplomático, quien destacó la protesta formulada por el Gobierno de México con el fin de impedir que se repitan este tipo de incidentes.
La mexicana, identificada como Adriana Torres Flores, permaneció desde las 16:00 horas del pasado jueves hasta las 09:00 horas del lunes recluida en un cuarto de 2.5 por 2.8 metros, con sólo una mesa de metal, dos bancas y un foco que nunca se apagó.
En el lugar en el que Torres Flores fue encerrada y olvidada por un agente luego de haber acudido voluntariamente a la corte para responder a una acusación por venta de discos piratas, no había baño.
Aunque llevaba consigo una chamarra, la mujer de 38 años permaneció, además, expuesta a temperaturas bajo cero, sin saber por qué nadie respondía a sus gritos y llanto.
La inmigrante relató a sus familiares que tuvo que beber su propia orina para mitigar la sed.
Autoridades consulares mexicanas en Little Rock, capital de Arkansas, supieron del caso la noche del lunes y ayer viajaron a Springdale, donde Torres Flores vive con su familia, para ofrecerle la ayuda del Gobierno de México.
La inmigrante, originaria del estado de Zacatecas, contó a Chao cómo, asustada por sentir que podría morir sin volver a ver a sus tres hijos y a su esposo, golpeó la puerta de acero de la celda con manos y pies, una y otra vez hasta quedarse sin energía.
Nadie podía oírla, el edificio de la corte había quedado solitario desde la tarde del jueves, al suspenderse todas las actividades por una intensa nevada que se abatió sobre la zona.
Durante esos cuatro días, la inmigrante durmió a ratos tirada en el piso, utilizando un zapato como almohada, sin estar consciente del paso del tiempo ya que no tenía reloj.
Su esposo no acudió a la Policía, temeroso de que las autoridades pudieran también detenerlo por su condición de indocumentado.
Torres Flores fue encontrada la mañana del lunes por el mismo agente que la había dejado olvidada. Fue entonces cuando Jarrod Hankins, quien apenas tiene dos meses de trabajar para la corte en Fayetteville, se dio cuenta de su error.
Nota de Notimex, Reforma, 12 de marzo.
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