A siete décadas de que el presidente Lázaro Cárdenas del Río expropió la industria petrolera, ésta atraviesa por uno de sus periodos de crisis más severos, ya que a pesar del constante ascenso en los precios internacionales, el patrimonio de Petróleos Mexicanos ha registrado un descenso escalonado desde hace más de 20 años.
Esta situación se origina de modo directo por factores como los elevados impuestos que la paraestatal está obligada a pagar y que se han multiplicado hasta por tres a favor del gobierno federal.
Fue en 1987 cuando la empresa registró sus mayores índices patrimoniales, con más de 586 mil 425 millones de pesos, actualmente la cifra apenas asciende a 41 mil 598 millones de pesos, lo que se traduce en un descenso de 92 por ciento.
Ello a pesar de las constantes elevaciones en el precio del barril de crudo de exportación, que durante el mismo periodo de observación alcanzó un incremento de 163 por ciento, al pasar de 32.8 dólares promedio por barril a 86.5 dólares actuales.
Cabe destacar que desde 2002 comenzó a registrarse un ascenso importante en los precios del petróleo, fecha que coincide con el inicio de las mayores reducciones observadas en el patrimonio de Pemex de hasta 61.85 por ciento, lo que se tradujo en importaciones y altas tasas impositivas observadas en dicho periodo.
Al respecto, David Ibarra, ex titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, asegura que desde hace tres o cuatro lustros ha existido un desmantelamiento y descapitalización de Pemex, el cual se ha producido “de manera sistemática y deliberada”.
En el libro titulado La reforma energética: aportaciones para un debate, Ibarra asegura que a pesar de sus ineficiencias y explotación de recursos desmedida, Pemex no ha dejado de generar utilidades o márgenes muy amplios entre sus ingresos y gastos propios.
De acuerdo con datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2008, estima que este año se recaudarán ingresos por 2 billones 545 mil 450 millones de pesos.
El 66 por ciento será obtenido de impuestos, derechos, aprovechamientos e ingresos propios de organismos y empresas que son diferentes de Pemex. El 34 por ciento, equivalente a 865 mil 559 millones de pesos, son derivados de la actividad petrolera mexicana destinados para el fisco.
De la cifra total, 520 mil 916 millones corresponden a ingresos del gobierno federal, es decir, de los impuestos a los rendimientos petroleros y lo aplicado a gasolinas y diésel. Los 344 mil 642 millones de pesos restantes provienen de los ingresos y empresas propias de la paraestatal.
Esta situación se origina de modo directo por factores como los elevados impuestos que la paraestatal está obligada a pagar y que se han multiplicado hasta por tres a favor del gobierno federal.
Fue en 1987 cuando la empresa registró sus mayores índices patrimoniales, con más de 586 mil 425 millones de pesos, actualmente la cifra apenas asciende a 41 mil 598 millones de pesos, lo que se traduce en un descenso de 92 por ciento.
Ello a pesar de las constantes elevaciones en el precio del barril de crudo de exportación, que durante el mismo periodo de observación alcanzó un incremento de 163 por ciento, al pasar de 32.8 dólares promedio por barril a 86.5 dólares actuales.
Cabe destacar que desde 2002 comenzó a registrarse un ascenso importante en los precios del petróleo, fecha que coincide con el inicio de las mayores reducciones observadas en el patrimonio de Pemex de hasta 61.85 por ciento, lo que se tradujo en importaciones y altas tasas impositivas observadas en dicho periodo.
Al respecto, David Ibarra, ex titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, asegura que desde hace tres o cuatro lustros ha existido un desmantelamiento y descapitalización de Pemex, el cual se ha producido “de manera sistemática y deliberada”.
En el libro titulado La reforma energética: aportaciones para un debate, Ibarra asegura que a pesar de sus ineficiencias y explotación de recursos desmedida, Pemex no ha dejado de generar utilidades o márgenes muy amplios entre sus ingresos y gastos propios.
De acuerdo con datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2008, estima que este año se recaudarán ingresos por 2 billones 545 mil 450 millones de pesos.
El 66 por ciento será obtenido de impuestos, derechos, aprovechamientos e ingresos propios de organismos y empresas que son diferentes de Pemex. El 34 por ciento, equivalente a 865 mil 559 millones de pesos, son derivados de la actividad petrolera mexicana destinados para el fisco.
De la cifra total, 520 mil 916 millones corresponden a ingresos del gobierno federal, es decir, de los impuestos a los rendimientos petroleros y lo aplicado a gasolinas y diésel. Los 344 mil 642 millones de pesos restantes provienen de los ingresos y empresas propias de la paraestatal.
Nota de Nayeli González, Milenio, 18 de marzo.
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