SANTO DOMINGO.- El Presidente nicaragüense, Daniel Ortega, dio ayer marcha atrás tras el fin de la crisis colombo-ecuatoriana a su decisión de romper relaciones con Bogotá.
"Los acuerdos logrados permiten que Nicaragua dé marcha atrás en su ruptura de relaciones con Colombia", dijo Ortega, cuyo país había roto relaciones con Bogotá en solidaridad con Ecuador, quien había hecho lo propio tras un ataque colombiano a la guerrilla de las FARC en su territorio.
La decisión de Ortega también estuvo motivada por las garantías que le ofreció el Presidente colombiano, Álvaro Uribe, en la Cumbre del Grupo de Río de respetar el derecho internacional en el contencioso territorial que mantiene con Nicaragua en el mar Caribe.
Ortega había anunciado el jueves la ruptura de relaciones diplomáticas con Bogotá que databan del siglo XIX, por el bombardeo del Ejército colombiano en territorio ecuatoriano.
Nicaragua llevó en 2001 a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, en Holanda, el conflicto marítimo y territorial que mantiene con Colombia, país al que Managua acusó de "hostigar" con su presencia militar en el área en disputa.
Los argumentos que dio el Gobierno no lograron convencer a la mayoría de los sectores de la opinión pública nicaragüense que criticaron la alineación "incondicional" creciente de Ortega con el bloque que lidera en la región el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, con el apoyo de Cuba, Bolivia y Ecuador.
"Ortega quiere ayudar a Chávez, que está pasando una crisis profunda en su país, a tapar sus problemas", denunció el ex Canciller y líder opositor Eduardo Montealegre.
"El Presidente actúa como caja de resonancia de Venezuela, lo cual es lamentable y pone en ridículo al pueblo de Nicaragua", agregó.
En Managua diversos sectores expresaron su beneplácito luego de la reanudación de las relaciones diplomáticas con Bogotá.
"Es los más conveniente para el país", dijo Juan Pérez, líder de empresarios de Managua.
"Los acuerdos logrados permiten que Nicaragua dé marcha atrás en su ruptura de relaciones con Colombia", dijo Ortega, cuyo país había roto relaciones con Bogotá en solidaridad con Ecuador, quien había hecho lo propio tras un ataque colombiano a la guerrilla de las FARC en su territorio.
La decisión de Ortega también estuvo motivada por las garantías que le ofreció el Presidente colombiano, Álvaro Uribe, en la Cumbre del Grupo de Río de respetar el derecho internacional en el contencioso territorial que mantiene con Nicaragua en el mar Caribe.
Ortega había anunciado el jueves la ruptura de relaciones diplomáticas con Bogotá que databan del siglo XIX, por el bombardeo del Ejército colombiano en territorio ecuatoriano.
Nicaragua llevó en 2001 a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, en Holanda, el conflicto marítimo y territorial que mantiene con Colombia, país al que Managua acusó de "hostigar" con su presencia militar en el área en disputa.
Los argumentos que dio el Gobierno no lograron convencer a la mayoría de los sectores de la opinión pública nicaragüense que criticaron la alineación "incondicional" creciente de Ortega con el bloque que lidera en la región el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, con el apoyo de Cuba, Bolivia y Ecuador.
"Ortega quiere ayudar a Chávez, que está pasando una crisis profunda en su país, a tapar sus problemas", denunció el ex Canciller y líder opositor Eduardo Montealegre.
"El Presidente actúa como caja de resonancia de Venezuela, lo cual es lamentable y pone en ridículo al pueblo de Nicaragua", agregó.
En Managua diversos sectores expresaron su beneplácito luego de la reanudación de las relaciones diplomáticas con Bogotá.
"Es los más conveniente para el país", dijo Juan Pérez, líder de empresarios de Managua.
Nota de AFP, Reforma, 8 de marzo.
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