Gobernadores fronterizos (de México y Estados Unidos) solicitaron recursos adicionales y programas específicos para atender el fenómeno de los menores migrantes que cruzan la franja limítrofe sin la compañía de algún familiar o adulto.
El gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castelo, advirtió que cada hora, en promedio, es repatriado un menor, a través de los puntos de revisión asentados en aquella entidad, por lo que pidió a la Secretaría de Gobernación (SG) y a las entidades tradicionalmente expulsoras de migrantes, que canalicen recursos para atender a esos niños y adolescentes.
Sonora ha desplazado a otras entidades fronterizas en el paso de indocumentados, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Migración, aun cuando se advierte que el cruce por esta zona desértica es más peligroso.
En un lapso de 14 meses fueron deportados 2 mil 208 menores, la mayoría centroamericanos (que cruzaron la frontera acompañados por algún adulto), pero 3 mil 994 lo hicieron solos y fueron asegurados por las autoridades mexicanas.
En tanto, autoridades estadunidenses enviaron a los menores hacia territorio sonorense aun cuando sólo el uno por ciento de éstos resultó ser residente de esa entidad.
Los gobernadores de estados fronterizos desahogaron una agenda bilateral, en la cual pusieron énfasis sobre la necesidad de agilizar el tráfico de personas y mercancías, pero colocando mayor vigilancia para evitar, por ejemplo, el traslado ilegal de armas.
En la reunión del jueves pasado la propuesta fue impulsada por Bours pero también por el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, para reconocer el problema de los menores migrantes que son deportados solos a México.
“Deben revisarse los procedimientos de las autoridades estadunidenses para dar a los menores un trato diferente al de los adultos, con espacios y horarios de entrega (a México) adecuados”, dijo.
Los mandatarios de entidades fronterizas gestionan ante la federación recursos adicionales bajo el argumento que la deportación de connacionales hacia esta región dispara la demanda de servicios como agua, seguridad, vivienda, drenaje y pavimento, entre otros.
Bours pidió también el apoyo de la Policía Federal, con base en un proyecto hasta ahora trunco (definido el año pasado), para el envío de al menos 700 agentes federales para operar en 10 bases. Este plan, dijo, es avalado por la gobernadora de Arizona, Janet Napolitano.
El mandatario priísta ha manifestado su preocupación por el resultado de los recientes operativos en los estados colindantes que podrían provocar el desplazamiento de presuntos narcotraficantes y el paso de drogas por territorio sonorense, lo que algunos califican como efecto cucaracha. El titular de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, le respondió que retomará el planteamiento, de acuerdo con fuentes consultadas.
La reunión de funcionarios de alto nivel, para tratar temas de la frontera norte y de la relación con Estados Unidos, es preparatoria del encuentro de agosto próximo a realizarse en California.
El gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castelo, advirtió que cada hora, en promedio, es repatriado un menor, a través de los puntos de revisión asentados en aquella entidad, por lo que pidió a la Secretaría de Gobernación (SG) y a las entidades tradicionalmente expulsoras de migrantes, que canalicen recursos para atender a esos niños y adolescentes.
Sonora ha desplazado a otras entidades fronterizas en el paso de indocumentados, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Migración, aun cuando se advierte que el cruce por esta zona desértica es más peligroso.
En un lapso de 14 meses fueron deportados 2 mil 208 menores, la mayoría centroamericanos (que cruzaron la frontera acompañados por algún adulto), pero 3 mil 994 lo hicieron solos y fueron asegurados por las autoridades mexicanas.
En tanto, autoridades estadunidenses enviaron a los menores hacia territorio sonorense aun cuando sólo el uno por ciento de éstos resultó ser residente de esa entidad.
Los gobernadores de estados fronterizos desahogaron una agenda bilateral, en la cual pusieron énfasis sobre la necesidad de agilizar el tráfico de personas y mercancías, pero colocando mayor vigilancia para evitar, por ejemplo, el traslado ilegal de armas.
En la reunión del jueves pasado la propuesta fue impulsada por Bours pero también por el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, para reconocer el problema de los menores migrantes que son deportados solos a México.
“Deben revisarse los procedimientos de las autoridades estadunidenses para dar a los menores un trato diferente al de los adultos, con espacios y horarios de entrega (a México) adecuados”, dijo.
Los mandatarios de entidades fronterizas gestionan ante la federación recursos adicionales bajo el argumento que la deportación de connacionales hacia esta región dispara la demanda de servicios como agua, seguridad, vivienda, drenaje y pavimento, entre otros.
Bours pidió también el apoyo de la Policía Federal, con base en un proyecto hasta ahora trunco (definido el año pasado), para el envío de al menos 700 agentes federales para operar en 10 bases. Este plan, dijo, es avalado por la gobernadora de Arizona, Janet Napolitano.
El mandatario priísta ha manifestado su preocupación por el resultado de los recientes operativos en los estados colindantes que podrían provocar el desplazamiento de presuntos narcotraficantes y el paso de drogas por territorio sonorense, lo que algunos califican como efecto cucaracha. El titular de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, le respondió que retomará el planteamiento, de acuerdo con fuentes consultadas.
La reunión de funcionarios de alto nivel, para tratar temas de la frontera norte y de la relación con Estados Unidos, es preparatoria del encuentro de agosto próximo a realizarse en California.
Fabiola Martínez, La Jornada, 1º de junio.
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