El poderoso silencio de Uribe

La largada para las elecciones presidenciales de 2010 en Colombia se dio, pero el inicio de la campaña está amarrado. La renuncia del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aunque no tomó por sorpresa a nadie, es el punto de partida para una contienda en la que no hay nada claro porque el presidente Álvaro Uribe no ha hecho público si le apuesta o no a un tercer mandato.

La posibilidad de su segunda reelección se abrió paso ayer cuando la bancada que lo respalda en el Senado logró 62 votos a favor de convocar a un referendo popular que autorice una cambio en la Constitución, que prohíbe esa figura.

Así las cosas, Santos tendrá que esperar por lo menos un mes a que se dé la conciliación en el Congreso. Esto no será fácil porque el conservador Hernán Andrade, presidente del Senado, se ha mostrado a favor de la reelección inmediata, y Germán Varón, presidente de la Cámara de Representantes y miembro de Cambio Radical, un partido que inicialmente respaldó al presidente, aseguró que dos mandatos son suficientes.

Como Santos ha afirmado que no se retiraba como candidato y que su intención era respaldar al jefe de Estado, tendrá que esperar el humo blanco del Congreso y el guiño de Uribe. “Si el presidente decide lanzarse, él cuenta con mi total apoyo. Y ese compromiso que yo he hecho con él, y con el país, porque esto no es nuevo, lo voy a honrar. Si él decide no lanzarse a una nueva reelección, yo seré candidato”.

Su posición coincide con la de los ex ministros de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo; del Interior, Carlos Holguín; y de Agricultura, Andrés Felipe Arias, quienes hace varios meses abandonaron el gabinete con el fin de inscribirse como precandidatos por el Partido Conservador. Esa colectividad apoya la reelección de Uribe, pero también ha manifestado su deseo de llegar a los comicios de 2010 con candidato propio.

Esta dicotomía ha llevado a que la campaña conservadora no arranque en forma. Arias, quien es conocido en los medios de comunicación como “Uribito” porque utiliza un discurso similar al del primer mandatario, es el único que está en campaña abierta, si bien insiste en que si hay opción de un tercer mandato dará un paso al costado. Esta incertidumbre no sólo tiene molesta a la oposición del Partido Liberal y Polo Democrático Alternativo (PDA) sino a algunos dedicados uribistas. “De la indecisión de Uribe no se salvan ni sus amigos”, aseguró el ex ministro de Defensa y precandidato a la presidencia por el partido Liberal, Rafael Pardo, al conocer la renuncia de Santos.

El empresario Hernán Echavarría, quien fue uno de los mayores donantes en la campaña presidencial de 2002 y que respaldó el referendo que facilitó la reelección del mandatario en 2006, ahora se muestra en contra de un tercer mandato. Para él, ocho años han sido suficientes y Uribe necesita oxigenarse. “Si quiere volver al poder, puede hacerlo en 2014”.

Mientras tanto, las encuestas muestran a Santos con un empate técnico frente al candidato independiente a la presidencia Sergio Fajardo. El primero obtendría 35 % y el segundo 38 %, siempre y cuando Uribe no aspire a un tercer mandato. En ese caso, sería reelecto por un amplio margen.

El discurso de Uribe frente a la reelección ha sido ambiguo. Hace alusiones a no querer perpetuarse en el poder y a buscar nuevas figuras que defiendan su política de seguridad democrática, pero cuando se le pregunta directamente si va por la reelección elude el tema o monta en cólera. El caso más reciente lo protagonizó cuando fue entrevistado por el periodista de la BBC, Julián Miglierini. Al consultarle sobre una posible reelección, Uribe le contestó: “otra pregunta amigo”. Cuando insistió en el tema, el presidente le preguntó ¿dónde nació?. Cuando éste le contestó que era de Argentina, el jefe de Estado respondió: “Estudie la historia de su país, deje la democracia colombiana tranquilita”.

El video fue colgado en Youtube y el link circuló en cientos de correos electrónicos. Las opiniones se dividieron y aunque muchos denunciaban su maltrato a la prensa, otros destacaron su forma de defenderse ante las preguntas “malintencionadas”

Lo cierto es que como lo dijo Echavarría, el capital político de Uribe está en juego, más aún cuando en las últimas semanas no ha parado los escándalos que involucran a personas cercanas a él.

De un lado, las interceptaciones y seguimientos ilegales a magistrados, políticos de oposición y periodistas realizados por el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Del otro, la polémica generada por un negocio de compra de tierras adelantado por sus hijos Tomás y Jerónimo Uribe.

En el caso del DAS, los nombres de Bernardo Moreno, secretario general de la Presidencia, y José Obdulio Gaviria, ex asesor presidencial, han sido mencionados en varias ocasiones como las personas que podrían haber dado instrucciones al organismo de seguridad para hacer las interceptaciones.

Sin embargo, la presidencia expidió un comunicado de prensa en el que desmintió informaciones que circularon al respecto.

La última encuesta de la firma Gallup, realizada el 8 de mayo , muestra que Uribe tiene 65% de popularidad, un índice alto para cualquier presidente. Pero la caída ha sido notoria desde julio del año pasado cuando alcanzó 85% luego de la operación Jaque en la que fueron liberados la ex candidata Ingrid Betancourt, tres contratistas estadunidenses y 11 militares colombianos.

Uribe sigue callado. Santos asegura que “en su interior sabe que el presidente no aspirará a un tercer mandato”. Sus afirmaciones son consideradas como políticamente incorrectas, pues desde hace varios años ha manifestado que se ha formado para ser Jefe de Estado. Pero él sabe que mientras Uribe sea candidato, ese día estará lejano.
Clara Vélez Rincón en Medellín, Milenio, 20 de mayo.

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