Y ahora... inflación y recesión

Tras su regreso gradual a la normalidad luego de la epidemia de influenza A H1N1, el País se enfrenta ahora a la combinación de recesión e inflación.

El incremento de los precios de los alimentos tuvo en el mes de abril un alza anual de 10.5 por ciento, la más elevada en nueve años y medio.

En tanto, la actividad productiva, medida a través del PIB, registró una caída de 7 por ciento en el primer trimestre de 2009, la más grave en 14 años, según estimaciones de la Secretaría de Hacienda.

"Es un hecho que estamos en una recesión", dijo ayer Agustín Carstens, titular de la SHCP, en una reunión con corresponsales extranjeros.

Por ello, afirmó, el Gobierno estudia posibles cambios legales para ajustar el gasto anual a partir del comportamiento de los ciclos económicos.

Carstens adelantó que, para el presupuesto de 2010, el Gobierno tendrá que incrementar los impuestos, recortar el gasto o ampliar el déficit, o incluso una combinación de las tres estrategias.

Agregó que la decisión se tomará en los próximos meses.

A diferencia de lo que pasa en Estados Unidos, que ha tenido una recesión combinada con una caída de precios, como en marzo, cuando descendieron 0.4 por ciento en promedio, en México la recesión se ha conjugado con inflación.

Por ejemplo, el costo de una canasta de 18 alimentos básicos aumentó 15 por ciento en el último año, según verificó REFORMA con datos del Banco de México y precios reportados por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

Adquirir las cantidades usuales de aceite, arroz, bistec de res, café soluble, chiles procesados y frescos, huevo, jamón, leche, tortilla, jitomate, cebolla, pollo, frijol, refresco, pan de caja, bolillo y sopa tuvo en abril un costo de 479 pesos contra 417 en el mismo mes del año pasado.

La inflación general de toda la economía llegó a 6.17 por ciento en abril, 13 centésimas por arriba de marzo, lo que rompe la tendencia descendente que tenía desde diciembre del año pasado.

Luis Lozano, economista de la UNAM, aseguró que el incremento de los precios de la canasta básica de alimentos es preocupante y que incluso refleja especulación en el mercado doméstico.

Adicionalmente, en la segunda quincena de abril, se detectó que el precio del azúcar, refrescos, arroz, carne de res, crema, tortillas de harina y pizzas se incrementó por la fuerte demanda de los ciudadanos ante la alerta por la influenza.
Laura Carrillo, Arturo Rivero y con información de AP y Verónica Martínez, Reforma, 8 de mayo.

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