Uno, el ministro Genaro Góngora Pimentel, después del 30 de noviembre próximo se dedicará a escribir sus memorias, a dar clases en la UNAM y a contar a sus alumnos sus “Genaroaventuras”.
Él, a quien le atrae el personaje de Homero Simpson; le gustan las novelas históricas; que ha negado toda amistad con Andrés Manuel López Obrador y tenía en su oficina dos pejelagartos en una pecera, a unos días de dejar su cargo, al oír el nombre del ex presidente Vicente Fox sólo emite una palabra: “inimputable”.
Sí, es el término que se usa para las personas que no pueden ser acusadas de un delito que cometieron porque están afectadas de sus condiciones físicas y mentales.
El otro, Mariano Azuela Güitrón, nieto del escritor revolucionario que escribió la novela Los de abajo, hijo de un ministro de la Corte, aficionado del equipo de futbol Guadalajara; hombre religioso que no oculta su cristianismo, conservador que transparentó las sesiones del alto tribunal y creó el Canal Judicial, también se dedicará a escribir una colección de libros jurídicos.
El compendio se llamará Batallas con eco, y en uno de los libros plasmará su visión sobre el desafuero de Andrés Manuel López Obrador y la reunión que tuvo con el presidente Vicente Fox en Los Pinos y de la que, por vez primera, cuenta que sólo respondió a una pregunta jurídica del mandatario y que no se comprometió nada.
Carlos Avilés, El Universal, 18 de noviembre.
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