Arrestan a disidentes tras muerte de Zapata

La muerte el martes del preso político cubano Orlando Zapata, tras 83 días de huelga de hambre, desembocó ayer en denuncias de arresto de disidentes y reclamos internacionales al gobierno de Raúl Castro, que lamentó el fallecimiento y responsabilizó a Estados Unidos.

Arrestado en 2003 y condenado a 32 de años por “desacato” y otros cargos, Zapata murió en un hospital de La Habana el martes y su cuerpo fue trasladado a Banes (850 km al este), provincia de Holguín, donde el funeral se realizará hoy a primera hora y hay fuerte presencia de la seguridad, según disidentes.

“No existen torturados, no hubo torturados, no hubo ejecución. Eso sucede en la base de Guantánamo”, afirmó el presidente Raúl Castro, al “lamentar” el fallecimiento y asegurar que es resultado del conflicto con Estados Unidos, en un acto en el puerto de Mariel (50 km de La Habana) junto al presidente brasileño Lula da Silva.

Pero la madre del opositor, Reina Tamayo, responsabilizó al gobierno. “Suplico a todo el que me escucha que ponga mano dura con Cuba (...) aquí no hay derechos humanos. Raúl Castro dándome las condolencias de la muerte de mi hijo. ¿Por qué antes de condolerse no le dio los beneficios que mi hijo le pedía para que no fuera un desastre fatal?”, dijo a CNN la mujer, según la cual Banes estaba “sitiada”. Varios de los opositores viajaron a Banes y más de 30 opositores fueron detenidos temporalmente o retenidos en sus casas en distintos puntos de la isla para evitar que acudan al funeral de Zapata, reconocido por Amnistía Internacional como “prisionero de conciencia”, según recordó la agrupación cubana ilegal Comisión de Derechos Humanos (CCDHRN).

“Su muerte fue evitable y por lo tanto cualquier lamento del gobierno de Cuba nos parece pura hipocresía”, dijo Elizardo Sánchez, vocero de la entidad opositora. Marta Beatriz Roque, uno de los pocos miembros de la oposición que logró asistir al velatorio de Zapata, dijo que la seguridad finalmente “accedió” a realizar el entierro el jueves a primera hora. Según Roque, la situación en Banes “es muy difícil” porque la seguridad del Estado vigila pero “no da la cara” y “manda a una doctora que parece una esbirra a comunicarse” con la familia.

Fuentes de la oposición habían denunciado antes que el cuerpo de Zapata seguía “preso”, en referencia a la demora de la seguridad del Estado para entregar el cuerpo a la familia y por sus órdenes de realizar el entierro sin dilación. Zapata, un albañil negro de 42 años, sin hijos ni esposa, fue arrestado en 2003 en un proceso paralelo al de 75 disidentes condenados a penas hasta de 28 años.

Inicialmente recibió una pena de tres años, pero por protestas en prisión se aumentó a 32 años, según la disidencia. En La Habana, ex presos políticos y opositores se congregaron en casa de una de las líderes del grupo Damas de Blanco —esposas de prisioneros— en un “funeral simbólico” que mantendrán hasta que sea sepultado en Banes, y abrieron un libro de condolencias. “Prácticamente lo han dejado morir, en un acto atroz por parte del gobierno cubano. La democracia está de luto”, dijo en ese acto Carmelo Díaz, del grupo de los 75.

La muerte motivó el reclamo de liberación de los presos políticos por parte de EU y la Unión Europea. Además, el exilio cubano en España y Miami condenó al gobierno y Amnistía Internacional dijo que “es una terrible muestra de la continua represión política a los disidentes”. “Estamos profundamente consternados con su muerte en defensa de sus derechos y para alertar de la situación y la opresión de los presos políticos”, declaró la secretaria de Estado de EU, Hillary Clinton. “La comunidad internacional debe dejar de hacer concesiones al gobierno de Cuba y ponerse los pantalones delante de ese régimen para exigir la libertad de los presos políticos”, dijo en Miami Angel De Fana, titular de una organización integrada por ex presos políticos cubanos.

La muerte del opositor ocurrió cuando llegaba al país Lula, a quien 50 presos políticos pidieron en carta abierta que intercediera ante Raúl Castro por la liberación de los prisioneros y se interesara en el caso de Zapata. “Lamento profundamente que una persona haya muerto por una huelga de hambre”, dijo, en la única reacción de un gobierno de América Latina. El presidente venezolano Hugo Chávez —que también estaba ayer en Cuba— no hizo declaraciones sobre el tema.

El gobierno cubano no reconoce presos políticos en Cuba —unos 200, según la CCDHRN— y los considera “mercenarios” a los que EU destina 50 millones de dólares al año. Un comentario en el sitio oficialista Cubadebate.cu consideró a Zapata “un muerto útil” que “regocija a sus hipócritas dolientes”. “La absoluta carencia de mártires que padece la contrarrevolución cubana es proporcional a su falta de escrúpulos”, subrayó.

Zapata es el primer preso político que muere en la cárcel desde que en 1972 falleció el opositor Pedro Luis Boitel, tras 53 días en huelga de hambre.

“Evitable”

- El ensayista e historiador cubano Rafael Rojas, residente en México, consideró ayer que la muerte del disidente Orlando Zapata Tamayo era “evitable”, y afirmó que “es difícil no pensar” que el gobierno de Raúl Castro lo dejó morir.

- El autor, que salió de Cuba en 1991, dijo ayer que con el estricto control que el gobierno cubano ejerce sobre la isla, “está al tanto de las posibilidades que tiene para preservar o no la vida de un prisionero político”.

- Rojas apuntó que el gobierno cubano agudizó su “represión” contra los opositores políticos en 2009, y que el de las libertades políticas es un ámbito en el que el país caribeño no ha avanzado con la llegada de Raúl Castro al poder.
Milenio, 25 de febrero.

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