Otros dos disidentes, en huelga de hambre

Bajo control policial, Orlando Zapata Tamayo recibió sepultura ayer en la oriental localidad de Banes, tras no poder sobrevivir a 83 días de huelga de hambre en prisión, mientras la mayoría de los cubanos sigue sin conocer el hecho, ocurrido el martes en La Habana, a 850 kilómetros al oeste del lugar de su sepelio, la localidad de Banes, en la provincia de Holguín.

En tanto, el economista opositor Óscar Espinosa Chepe informó a MILENIO que otros “dos presos políticos, Eduardo Díaz y Diosdado González, se declararon ayer en huelga de hambre en solidaridad con Zapata”. Ambos forman parte del grupo de los 75 encarcelados en 2003 y cumplen condenas de 21 y 20 años de cárcel respectivamente, en la occidental provincia de Pinar del Río, puntualizó.

El entierro de Zapata transcurrió “entre las siete y las nueve de la mañana” del jueves y poco después Reina Tamayo declaró telefónicamente a un medio de prensa francés desde Banes: “La muerte de mi hijo me tiene que dar mucha fuerza, valor. Muchos hermanos (opositores) me acompañaron, pero hemos sido reprimidos y custodiados por los agentes de la seguridad del Estado”.

Según otras fuentes consultadas aquí, en el interior de la casa, donde se registró el velorio, “se reunieron 30 personas” y después “se sumaron al sepelio unas cuantas decenas de ciudadanos, sobre todo jóvenes, y hablaron la madre y un ex preso político de Banes”. El activista Elizardo Sánchez informó que “entre 50 y 100” personas fueron detenidas antes del funeral y que desde la noche del miércoles todos los accesos a la localidad “estaban tomados por la policía”,

Por su parte, los principales diarios locales se mantuvieron en silencio en torno al caso.

El silencio del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, frente a la muerte de Zapata generó ayer críticas al mandatario, acusado de “indulgencia” frente a violaciones de los derechos humanos en países considerados amigos. “Seguramente la diplomacia brasileña debería manifestarse de alguna manera, porque ha utilizado un doble rasero”, expresó el ex canciller Luiz Felipe Lampreia, en una entrevista exclusiva que publicó ayer el diario Folha de Sao Paulo. “Cuando se trata de países hacia los que tiene simpatía, como es el caso de Cuba, (Brasil) no dice nada, aun cuando haya violaciones evidentes de derechos humanos. Cuando el caso ocurre con países hacia los cuales no tiene tanta simpatía, es capaz de ser bastante estridente”, argumentó Lampreia.

Idéntica decepción expresó el disidente cubano Manuel Cuesta, secretario general del Partido Arco Progresista, quien, en entrevista exclusiva concedida por teléfono desde La Habana al diario O Globo, sostuvo que Lula “debería haber protestado” por la muerte de Zapata.

la Habana • Manuel Juan Somoza, Milenio, 26 de febrero.

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