Alza en energéticos acelera la pérdida en el poder de compra de los salarios

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados concluyó que entre el mes de diciembre de 2005 y septiembre de 2010 el salario mínimo general (SMG) reflejó una pérdida acumulada en la adquisición de la canasta básica.

Mientras en diciembre de 2005 se necesitaban 7.93 SMG para adquirir la canasta, al concluir 2010 se requirieron 9.81 SMG. Cabe señalar que en el mismo periodo el valor de la cesta básica aumentó 52.38 por ciento y el SMG sólo lo ha hecho en 23.28 por ciento.

El órgano camaral advierte que en el año 2010, “la inflación observada en la canasta básica fue superior a la observada por la inflación general promedio anual y a la pérdida del valor del peso.” El impacto de la inflación se manifiesta a través del valor real del peso.

El valor real del peso hace referencia al poder adquisitivo o de compra de la moneda, y se refiere a la relación existente entre la unidad monetaria y la cantidad de bienes que se puede obtener con ella.

Un peso de 2005 tiene, para efectos de compra en 2010, un valor de 80 centavos. Por otra parte, a pesar que a lo largo de 2010 el valor del peso se ha mantenido relativamente estable, no se ha impedido que pierda poder adquisitivo ya que en términos anuales, en el tercer trimestre de 2010, el valor real del peso cayó 3.54 por ciento en relación con igual periodo de 2009.

Al finalizar el quinto año del sexenio de Felipe Calderón la capacidad adquisitiva caerá 52%; en todo el gobierno de Zedillo lo hizo en 51%
Emir Olivares Alonso

El incremento decretado por el gobierno federal en energéticos –como los ajustes mensuales a gasolina y electricidad– causarán que el poder adquisitivo de los mexicanos supere la pérdida de 51 por ciento ocurrida en el sexenio de Ernesto Zedillo, pues al finalizar el quinto año de la actual administración, el poder de compra caerá 52 por ciento, aseguraron David y Luis Lozano, coordinadores del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM. En el sexenio de Zedillo ocurrió una caída del PIB similar a la reportada en este gobierno

“En el CAM calculamos que el impacto que tendrá de entrada sólo en los productos (básicos) el incremento de la gasolina será de 26 por ciento. A esto hay que sumarle el aumento mensual en energía eléctrica, que será casi de 15 por ciento, por lo que entre ambas se alcanzará casi 40 por ciento en el año. Con esto, el incremento al salario mínimo quedó rebasado desde el primer día de enero”, aseveraron.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público informó hace unos días que el segundo sábado de cada mes la gasolina seguirá en aumento hasta que se subsane la diferencia entre el precio doméstico y el costo al que se importa. Mientras que el 9 de enero explicó en un comunicado que el “ajuste” mensual en electricidad –que se da debido a la inflación y el aumento en los precios del gas natural y el carbón– será de 6.6 por ciento en tarifa de alta tensión (industrial), 4.8 por ciento para usuario de media tensión (industrial o comercial), 2.8 en tarifas domésticas de alta tensión y de 0.327 por ciento en domésticas de bajo y medio consumo.

En un análisis del CAM sobre la situación económica a inicio de año, los académicos explican que las cifras gubernamentales sobre el incremento del PIB y de empleos “son engañosas”.

En el primer caso, David Lozano subrayó en entrevista que se debe hacer en análisis del aumento real y nominal del PIB, pues el gobierno federal sólo se refiere al segundo. “En 2010 el crecimiento real fue de 1.1 por ciento y el cálculo que tenemos para este año de incremento real del PIB será de 0.9; aunque nominalmente puede llegar a 3.5. No hay crecimiento, sino estancamiento y no se quiere reconocer”.

La diferencia entre PIB nominal y real radica en que el primero es la suma de recursos que obtiene el país por la producción pero sin tomar en cuenta la inflación y los precios internacionales, en tanto que en el real se obtiene al restar esos dos tópicos. “Esto es: si el año pasado producimos 10 pesos y este año generamos 15, nominalmente creceríamos 50 por ciento; pero al sumar la inflación ese recurso no será el mismo que un año atrás”.

El análisis del CAM advierte que en el manejo de cifras sobre generación de empleos, que de acuerdo con la Secretaría del Trabajo superó en 2010 los 800 mil, existe el uso de una variable conocida como trabajo presolicitado.

“Cuando se contrata a alguien por seis meses digamos en la industria manufacturera y termina su temporalidad, se le recontrata, pero el dato se incorpora como una nueva plaza al IMSS, así se duplica la cantidad de puestos. Los nuevos empleos formales reales producidos el año pasado son sólo 265 mil”.

Para los universitarios los datos aportados a la ciudadanía por la administración de Felipe Calderón son “imprecisos y contradictorios”; además de que las políticas económicas siguen siendo erráticas.
Roberto Garduño, La Jornada, 16 de enero.

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