WASHINGTON.— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, apeló anoche a la unidad de demócratas y republicanos para asumir un gobierno de “responsabilidad compartida” y hacer frente a los desafíos que hoy enfrenta el país para terminar de salir del escollo de la recesión y estar a la altura de una generación “preparada para el progreso” y de un liderazgo político que sigue siendo referente internacional.
Mostró su disposición a alcanzar un acuerdo para lograr una reforma migratoria, un terreno de difícil entendimiento con los republicanos.
“Creo firmemente que deberíamos, de una vez por todas, abordar el tema de la inmigración ilegal. Estoy preparado para trabajar con republicanos y demócratas para proteger nuestras fronteras, para hacer cumplir nuestras leyes y para abordar la situación de millones de trabajadores indocumentados que viven en las sombras”, dijo.
“Sé que el debate será difícil y tomará tiempo. Pero, esta noche, acordemos hacer ese esfuerzo. Y dejemos de expulsar a jóvenes talentosos y responsables que pueden ocupar nuestros laboratorios de investigación, comenzar nuevos negocios y seguir enriqueciendo a esta nación”, agregó, en alusión a los casi dos millones de hijos de indocumentados que, apenas el pasado mes de diciembre, sufrieron la derrota de la iniciativa del Dream Act para regularizar su situación migratoria.
Con un mensaje en el que propuso el congelamiento del gasto público discrecional durante cinco años (excepto el relativo a la seguridad) para combatir el cada vez más abultado déficit de 1.3 billones de dólares, Obama sentó las bases de su entendimiento con el Partido Republicano que, ayer mismo, reaccionaba a la defensiva advirtiendo que las propuestas anunciadas “son insuficientes”. Obama se declaró dipuesto a estudiar posibles cambios a la ley de salud que la mayoría republicana revocó el pasado día 19 en la Cámara de Representantes, en un intento por abonar el terreno de la cooperación. “Con sus votos, los estadounidenses determinaron (en las elecciones intermedias de noviembre pasado) que la acción del gobierno será ahora una responsabilidad compartida”, dijo.
El mensaje de Obama tuvo uno de sus momentos más emotivos cuando recordó a las víctimas de la masacre de Tucson, el pasado 8 de enero, en particular la congresista demócrata, Gabrielle Giffords, que hoy se recupera de un tiro en la cabeza. Obama rindió homenaje a los familiares de las víctimas, así como al hispano Daniel Hernández, quien auxilio a Giffords.
Anuncia viaje por Latinoamérica
En el apartado de su agenda internacional, Obama reiteró el compromiso de su administración para negarle “un cielo seguro” a las células terroristas de Al-Qaeda en Afganistán y Paquistán y adelantó la realización del viaje que realizará en marzo próximo a Brasil, Chile y El Salvador.
Tras la intervención de presidente, el congresista por Wisconsin, Paul Ryan, hizo público el desacuerdo republicano con las propuestas hechas por Obama. “Nuestra nación se está aproximando a su límite. Estamos en un momento en que, si el crecimiento y el dispendio del gobierno sigue su curso, el mejor siglo de Estados Unidos será el siglo pasado”, dijo Ryan.
Mostró su disposición a alcanzar un acuerdo para lograr una reforma migratoria, un terreno de difícil entendimiento con los republicanos.
“Creo firmemente que deberíamos, de una vez por todas, abordar el tema de la inmigración ilegal. Estoy preparado para trabajar con republicanos y demócratas para proteger nuestras fronteras, para hacer cumplir nuestras leyes y para abordar la situación de millones de trabajadores indocumentados que viven en las sombras”, dijo.
“Sé que el debate será difícil y tomará tiempo. Pero, esta noche, acordemos hacer ese esfuerzo. Y dejemos de expulsar a jóvenes talentosos y responsables que pueden ocupar nuestros laboratorios de investigación, comenzar nuevos negocios y seguir enriqueciendo a esta nación”, agregó, en alusión a los casi dos millones de hijos de indocumentados que, apenas el pasado mes de diciembre, sufrieron la derrota de la iniciativa del Dream Act para regularizar su situación migratoria.
Con un mensaje en el que propuso el congelamiento del gasto público discrecional durante cinco años (excepto el relativo a la seguridad) para combatir el cada vez más abultado déficit de 1.3 billones de dólares, Obama sentó las bases de su entendimiento con el Partido Republicano que, ayer mismo, reaccionaba a la defensiva advirtiendo que las propuestas anunciadas “son insuficientes”. Obama se declaró dipuesto a estudiar posibles cambios a la ley de salud que la mayoría republicana revocó el pasado día 19 en la Cámara de Representantes, en un intento por abonar el terreno de la cooperación. “Con sus votos, los estadounidenses determinaron (en las elecciones intermedias de noviembre pasado) que la acción del gobierno será ahora una responsabilidad compartida”, dijo.
El mensaje de Obama tuvo uno de sus momentos más emotivos cuando recordó a las víctimas de la masacre de Tucson, el pasado 8 de enero, en particular la congresista demócrata, Gabrielle Giffords, que hoy se recupera de un tiro en la cabeza. Obama rindió homenaje a los familiares de las víctimas, así como al hispano Daniel Hernández, quien auxilio a Giffords.
Anuncia viaje por Latinoamérica
En el apartado de su agenda internacional, Obama reiteró el compromiso de su administración para negarle “un cielo seguro” a las células terroristas de Al-Qaeda en Afganistán y Paquistán y adelantó la realización del viaje que realizará en marzo próximo a Brasil, Chile y El Salvador.
Tras la intervención de presidente, el congresista por Wisconsin, Paul Ryan, hizo público el desacuerdo republicano con las propuestas hechas por Obama. “Nuestra nación se está aproximando a su límite. Estamos en un momento en que, si el crecimiento y el dispendio del gobierno sigue su curso, el mejor siglo de Estados Unidos será el siglo pasado”, dijo Ryan.
Jaime Hernández corresponsal, El Universal, 26 de enero.
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