Nueva York, 7 de febrero. La posición antimigrante no sólo ha fracasado en las primarias, sino que ha generado mayor participación y movilización del voto latino e inmigrante, dicen líderes hispanos y de defensa de los inmigrantes.
Como ejemplo de ello señalan el retiro hoy de Mitt Romney, uno de los principales precandidatos que empleó la posición antimigrante como eje de su campaña. De hecho, los tres principales aspirantes que permanecen en la contienda –el republicano John McCain y los demócratas Hillary Clinton y Barack Obama– han sido promotores de una reforma migratoria integral.
Tal como había pronosticado hace meses, Antonio González, presidente del Instituto William C. Velásquez de Los Ángeles, dijo a La Jornada que si los republicanos continuaban empleando una posición antimigrante, “no sólo perderían el voto latino que tanto necesitan, sino que nutrirían una respuesta electoral más unida de los latinos y sus aliados con el resultado de que su partido podría repetir el fiasco de Pete Wilson en California (gobernador republicano que al centrar su carrera política en posiciones antimigrantes no sólo fue derrotado sino que casi destruyó el partido en California durante años), pero esta vez a escala nacional”.
Cecilia Muñoz, vicepresidenta del Consejo Nacional de la Raza, indicó hoy que las posiciones antimigrantes de los republicanos “no han funcionado (...) pregúntenle a Romney”. Sin embargo, afirmó hoy en una teleconferencia con periodistas, “sí han sido efectivas en movilizar a votantes latinos.
Recordó que la comunidad latina se ha sentido bajo ataque por la ofensiva antimigrante de algunos candidatos, nacional y localmente. Dos tercios de los latinos dicen que han empeorado las condiciones para la comunidad. De hecho, un sondeo de Pew Hispanic Center en diciembre encontró que una mitad de los latinos se sienten personalmente afectados por este embate, y un gran número teme que alguien de su familia o amigos podría ser deportado.
Muñoz también recordó que unos 10 mil menores de edad han sido separados de uno o ambos padres a consecuencia de redadas, y esto provoca ira entre los latinos. Ante esto, Muñoz argumenta que lo que se observa ahora es que “los latinos se están naturalizando, empadronando y votando en números récord”. Señaló de ejemplo que en California la participación latina en esta elección como porcentaje del voto demócrata se incrementó de 16 por ciento en 2004 a 29 por ciento el pasado supermartes; en Florida se incrementó de 9 a 12 por ciento.
Eliseo Medina, vicepresidente nacional del sindicato de servicios SEIU, dijo que “en mis 40 años de organizador nunca había visto el nivel de participación de ahora; hay hambre por ser escuchado (...) Los políticos antimigrantes han despertado a un gigante dormido”.
Cristina López, subdirectora del Center for Community Change, declaró que se está pasando de la defensiva a la ofensiva, al armarse campañas para presionar a políticos a distanciarse de tácticas que promueven el odio y la división al usar la carta antimigrante. De hecho, se busca construir coaliciones con otras comunidades, sobre todo la afroestadunidense, en estas iniciativas.
Frank Sharry, director del Foro Nacional sobre Migración, señaló que las manipulaciones racistas de algunos candidatos y políticos, que tratan de identificar a los inmigrantes con costo social, como criminales y hasta amenaza a la seguridad nacional, hasta la fecha han fracasado en casi todas las primarias. Advirtió que si los republicanos continúan así, “estarán cometiendo suicidio político, dividiendo a sus bases y movilizando a los votantes latinos”.
Mientras, hay indicaciones de que la carta pro inmigrante podría tener beneficios electorales, al observar las tendencias entre los precandidatos demócratas. En un análisis del Instituto William C. Velásquez se registra que el voto latino por Obama se incrementó de manera signifitiva en pocas semanas. Aunque Clinton ganó dos a uno el voto latino en el supermartes de California, había gozado antes hasta más de tres a uno.
Según el instituto, una explicación podría ser el cambio táctico de Obama cuando días antes del supermartes empezó a apoyar temas de gran importancia para inmigrantes y latinos, entre ellos otorgar licencias de conducir a indocumentados. Antonio González dice que “hay oportunidades parecidas para ganar el voto latino, que presentarán ante todos los candidatos en un número de estados con presencia latina significativa, donde el tema de las licencias de conducir en California es paralela al tema del muro fronterizo en Texas en el electorado latino”.
Sin embargo, algunos de estos líderes señalan que aunque las posiciones antimigrantes podrían bajar de perfil en la contienda presidencial, no esperan que ese sea el caso en las legislativas. “El nivel de decibeles será muy alto” en algunas contiendas legislativas, advirtió Cecilia Muñoz.
En algunas esquinas del país es de por sí ya ensordecedor. Y a pesar de que los precandidatos que permanecen en la contienda dicen apoyar una reforma migratoria, también se ven obligados de hablar sobre la necesidad de asegurar las fronteras. Los tres favorecidos, el republicano McCain y los demócratas Obama y Clinton, votaron en favor del muro fronterizo, se recuerda.
Como ejemplo de ello señalan el retiro hoy de Mitt Romney, uno de los principales precandidatos que empleó la posición antimigrante como eje de su campaña. De hecho, los tres principales aspirantes que permanecen en la contienda –el republicano John McCain y los demócratas Hillary Clinton y Barack Obama– han sido promotores de una reforma migratoria integral.
Tal como había pronosticado hace meses, Antonio González, presidente del Instituto William C. Velásquez de Los Ángeles, dijo a La Jornada que si los republicanos continuaban empleando una posición antimigrante, “no sólo perderían el voto latino que tanto necesitan, sino que nutrirían una respuesta electoral más unida de los latinos y sus aliados con el resultado de que su partido podría repetir el fiasco de Pete Wilson en California (gobernador republicano que al centrar su carrera política en posiciones antimigrantes no sólo fue derrotado sino que casi destruyó el partido en California durante años), pero esta vez a escala nacional”.
Cecilia Muñoz, vicepresidenta del Consejo Nacional de la Raza, indicó hoy que las posiciones antimigrantes de los republicanos “no han funcionado (...) pregúntenle a Romney”. Sin embargo, afirmó hoy en una teleconferencia con periodistas, “sí han sido efectivas en movilizar a votantes latinos.
Recordó que la comunidad latina se ha sentido bajo ataque por la ofensiva antimigrante de algunos candidatos, nacional y localmente. Dos tercios de los latinos dicen que han empeorado las condiciones para la comunidad. De hecho, un sondeo de Pew Hispanic Center en diciembre encontró que una mitad de los latinos se sienten personalmente afectados por este embate, y un gran número teme que alguien de su familia o amigos podría ser deportado.
Muñoz también recordó que unos 10 mil menores de edad han sido separados de uno o ambos padres a consecuencia de redadas, y esto provoca ira entre los latinos. Ante esto, Muñoz argumenta que lo que se observa ahora es que “los latinos se están naturalizando, empadronando y votando en números récord”. Señaló de ejemplo que en California la participación latina en esta elección como porcentaje del voto demócrata se incrementó de 16 por ciento en 2004 a 29 por ciento el pasado supermartes; en Florida se incrementó de 9 a 12 por ciento.
Eliseo Medina, vicepresidente nacional del sindicato de servicios SEIU, dijo que “en mis 40 años de organizador nunca había visto el nivel de participación de ahora; hay hambre por ser escuchado (...) Los políticos antimigrantes han despertado a un gigante dormido”.
Cristina López, subdirectora del Center for Community Change, declaró que se está pasando de la defensiva a la ofensiva, al armarse campañas para presionar a políticos a distanciarse de tácticas que promueven el odio y la división al usar la carta antimigrante. De hecho, se busca construir coaliciones con otras comunidades, sobre todo la afroestadunidense, en estas iniciativas.
Frank Sharry, director del Foro Nacional sobre Migración, señaló que las manipulaciones racistas de algunos candidatos y políticos, que tratan de identificar a los inmigrantes con costo social, como criminales y hasta amenaza a la seguridad nacional, hasta la fecha han fracasado en casi todas las primarias. Advirtió que si los republicanos continúan así, “estarán cometiendo suicidio político, dividiendo a sus bases y movilizando a los votantes latinos”.
Mientras, hay indicaciones de que la carta pro inmigrante podría tener beneficios electorales, al observar las tendencias entre los precandidatos demócratas. En un análisis del Instituto William C. Velásquez se registra que el voto latino por Obama se incrementó de manera signifitiva en pocas semanas. Aunque Clinton ganó dos a uno el voto latino en el supermartes de California, había gozado antes hasta más de tres a uno.
Según el instituto, una explicación podría ser el cambio táctico de Obama cuando días antes del supermartes empezó a apoyar temas de gran importancia para inmigrantes y latinos, entre ellos otorgar licencias de conducir a indocumentados. Antonio González dice que “hay oportunidades parecidas para ganar el voto latino, que presentarán ante todos los candidatos en un número de estados con presencia latina significativa, donde el tema de las licencias de conducir en California es paralela al tema del muro fronterizo en Texas en el electorado latino”.
Sin embargo, algunos de estos líderes señalan que aunque las posiciones antimigrantes podrían bajar de perfil en la contienda presidencial, no esperan que ese sea el caso en las legislativas. “El nivel de decibeles será muy alto” en algunas contiendas legislativas, advirtió Cecilia Muñoz.
En algunas esquinas del país es de por sí ya ensordecedor. Y a pesar de que los precandidatos que permanecen en la contienda dicen apoyar una reforma migratoria, también se ven obligados de hablar sobre la necesidad de asegurar las fronteras. Los tres favorecidos, el republicano McCain y los demócratas Obama y Clinton, votaron en favor del muro fronterizo, se recuerda.
Texto de David Brooks, La Jornada, 8 de febrero.
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