QUITO (Agencias).— Ecuador anunció anoche que buscará en la Organización de Estados Americanos (OEA) una solución para el caso de un ecuatoriano que murió en el ataque colombiano a un campamento de las FARC en territorio de Ecuador, el pasado 1 de marzo.
Horas antes, el gobierno había amenazado con recurrir a instancias penales internacionales para demandar a las autoridades y militares de Colombia que participaron en el operativo.
Las tensiones se incrementaron al revelarse que en el ataque murió un ecuatoriano, al que funcionarios colombianos acusan de pertenecer a la guerrilla, versión desmentida por los familiares del finado, identificado como Franklin Guillermo Aisalla. Ecuador expresó anoche su total respaldo a la familia en su búsqueda de reparaciones y explicaciones.
En un comunicado, la Cancillería ecuatoriana dijo que aun si “los pertinentes canales legales” comprueban la versión colombiana de que Aisalla tenía nexos con las FARC, ello “no es un eximente de violación a los derechos humanos del señor Aisalla”.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa se reunió con varios de sus ministros, para evaluar las “consecuencias” que la revelación de la muerte del ecuatoriano tendrá respecto a las relaciones con Colombia, rotas el 3 de marzo.
Por su parte, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, se mostró preocupado por las recientes declaraciones del ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, en el sentido de que el operativo en suelo ecuatoriano fue “una acción de guerra legítima”, y pidió al líder colombiano Álvaro Uribe poner “a buen recaudo a los voceros de la guerra”.
El ministro ecuatoriano de Defensa, Wellington Sandoval, reconoció que la relación con Colombia “se complica” ahora que se sabe que hay un ecuatoriano entre las víctimas fatales de la operación contra el campamento de las FARC, en la que murió el segundo al mando de la guerrilla, Raúl Reyes.
Guillermo Aisalla, padre de Franklin, negó que su hijo haya tenido relación con la organización guerrillera, como afirma Bogotá.
El fiscal general subrogante ecuatoriano, Alfredo Alvear, dijo en rueda de prensa que “se ha determinado indudablemente que la persona asesinada corresponde a los nombres de Aisalla Molina, Franklin Guillermo” y mostró documentos en los que se exhibía la similitud de huellas dactilares.
En un comunicado, la Fiscalía, indicó que el apellido es Aisalla y no Aizalia, como habían señalado la cancillería y la prensa ecuatorianas previamente.
El cadáver de Aisalla fue llevado a Bogotá junto al de Reyes. Colombia asegura que Aisalla es miembro de la guerrilla desde hace años, donde se le conoce con el alias de Lucho.
La Policía colombiana exhibió una fotografía que supuestamente demostraría que Aisalla tendría nexos con las FARC, pero el padre del fallecido aseguró que el sujeto que aparece en dicha imagen no es su hijo.
Horas antes, el gobierno había amenazado con recurrir a instancias penales internacionales para demandar a las autoridades y militares de Colombia que participaron en el operativo.
Las tensiones se incrementaron al revelarse que en el ataque murió un ecuatoriano, al que funcionarios colombianos acusan de pertenecer a la guerrilla, versión desmentida por los familiares del finado, identificado como Franklin Guillermo Aisalla. Ecuador expresó anoche su total respaldo a la familia en su búsqueda de reparaciones y explicaciones.
En un comunicado, la Cancillería ecuatoriana dijo que aun si “los pertinentes canales legales” comprueban la versión colombiana de que Aisalla tenía nexos con las FARC, ello “no es un eximente de violación a los derechos humanos del señor Aisalla”.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa se reunió con varios de sus ministros, para evaluar las “consecuencias” que la revelación de la muerte del ecuatoriano tendrá respecto a las relaciones con Colombia, rotas el 3 de marzo.
Por su parte, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, se mostró preocupado por las recientes declaraciones del ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, en el sentido de que el operativo en suelo ecuatoriano fue “una acción de guerra legítima”, y pidió al líder colombiano Álvaro Uribe poner “a buen recaudo a los voceros de la guerra”.
El ministro ecuatoriano de Defensa, Wellington Sandoval, reconoció que la relación con Colombia “se complica” ahora que se sabe que hay un ecuatoriano entre las víctimas fatales de la operación contra el campamento de las FARC, en la que murió el segundo al mando de la guerrilla, Raúl Reyes.
Guillermo Aisalla, padre de Franklin, negó que su hijo haya tenido relación con la organización guerrillera, como afirma Bogotá.
El fiscal general subrogante ecuatoriano, Alfredo Alvear, dijo en rueda de prensa que “se ha determinado indudablemente que la persona asesinada corresponde a los nombres de Aisalla Molina, Franklin Guillermo” y mostró documentos en los que se exhibía la similitud de huellas dactilares.
En un comunicado, la Fiscalía, indicó que el apellido es Aisalla y no Aizalia, como habían señalado la cancillería y la prensa ecuatorianas previamente.
El cadáver de Aisalla fue llevado a Bogotá junto al de Reyes. Colombia asegura que Aisalla es miembro de la guerrilla desde hace años, donde se le conoce con el alias de Lucho.
La Policía colombiana exhibió una fotografía que supuestamente demostraría que Aisalla tendría nexos con las FARC, pero el padre del fallecido aseguró que el sujeto que aparece en dicha imagen no es su hijo.
Nota de El Universal, 25 de marzo.
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