Los hijos de Donají y Claudia, Pavel Vázquez Cruz y Enrique López Hernández, respectivamente, tienen tres y siete años en prisión y aún no han sido sentenciados.
"Cada día se debilitan más, y nosotras tenemos temor por la vida de nuestros hijos", expresó Donají.
En entrevista, dijo que, en enero pasado, funcionarios del gobierno del estado les aseguraron que ese mes Pavel y otros internos obtendrían su libertad.
"Nos dijeron que no nos preocupáramos, que ya tenían en la mesa todos los expedientes y que antes del 31 (de enero) nuestros hijos estaban afuera. Pero no fue así.
"Exigimos su libertad, porque ellos se debilitan y tememos por su vida. Es injusto lo que dicen de ellos. Nuestros hijos no son delincuentes. Son personas preparadas, con principios", expuso.
Consideró que tanto Pavel como Enrique fueron encarcelados por ser luchadores sociales.
"Los están acusando porque son gente que levanta la voz en favor de los más necesitados, de los indígenas, sobre todo; ése es su pecado. Ellos tienen ideales y son gente que al gobierno no le gusta; quisiera terminar con todos los luchadores sociales, aplastarlos, exterminarlos", afirmó.
Cruz Cruz señaló que, en su última visita a El Amate, vio a su hijo "con mucho ánimo para seguir en la lucha", pero ya debilitado por la huelga.
"Mi hijo ya va perdiendo color, tiene la boca seca, ya no habla fuerte, pero está en pie de lucha", comentó.
La mujer solicitó a las autoridades que atiendan la demanda de libertad de los presos.
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