CHAHUITES, Oax.— Con el compromiso de los habitantes y las autoridades estatales y municipales de esta localidad zapoteca de velar por el respeto de los derechos humanos de los migrantes centroamericanos, concluyó la caravana Paso a paso hacia la paz cuyo objetivo fue exigir a las autoridades federales y estatales que frenen los secuestros, homicidios, asaltos, abusos sexuales y las redadas en contra de los indocumentados que buscan llegar a Estados Unidos.
Ayer, el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, visitó el auditorio municipal de dicha localidad en donde desayunó con el coordinador de la casa del migrante de Ixtepec, Oaxaca, Alejandro Solalinde Guerra, Elvira Arellano y Rubén Figueroa, quienes demandaron al gobernador respeto para los derechos humanos de los migrantes.
“Lo que tenemos claro es que en territorio estatal se preservarán los derechos humanos de los oaxaqueños y de las demás personas vengan de donde vengan”, respondió Cué.
En el último día de protesta de la caravana Paso a paso hacia la paz, los habitantes de esa comunidad expresaron con pancartas y manifestaciones, su solidaridad hacia los migrantes que cruzan por esta localidad, ubicada a unos 350 kilómetros de la frontera con Guatemala, donde se han denunciado secuestros, asaltos y abusos sexuales en su contra.
“Bienvenidos hermanos migrantes a Chahuites”, “Hermanos migrantes siéntanse como en su casa”, “Chahuites les da la mano a los migrantes”, se leía en algunas pancartas que portaban los habitantes zapotecos que vestían de blanco.
Funcionarios estatales y diputados oaxaqueños se comprometieron ante los integrantes de la caravana a velar por que no se violen los derechos humanos de los migrantes. “Vamos a poner el dedo en la llaga, políticamente”, dijo el legislador Pável Renato López, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de Oaxaca.
La coordinadora de la organización Familias Latinas Unidas, Elvira Arellano, pidió a los pobladores velar para que los migrantes no sean víctimas de la delincuencia y de los abusos de las corporaciones policiacas.
“No les estoy prometiendo nada a los migrantes, sólo les digo que estamos con ellos y no los vamos a dejar solos”, dijo la activista.
Rubén Figueroa, defensor de migrantes, concluyó que el propósito de la caravana fue “repudiar las acciones de persecución emprendidas por el gobierno federal”, a través del Instituto Nacional de Migración, solidarizarse con el párroco Alejandro Solalinde por las amenazas de muerte que ha recibido de parte del crimen organizado debido a que denuncia los delitos que se cometen contra los migrantes.
Solalinde Guerra dijo que se rebasaron todas las expectativas de la caravana a pesar de que no se permitió abordar el ferrocarril y acompañar a los indocumentados en su trayecto hacia Estados Unidos.
“Lo bueno de todo esto es que por primera vez los migrantes viajaron con dignidad escoltados por la policía federal y el Ejército mexicano”, dijo el padre.
Recibimiento caluroso
El viernes, los integrantes de la caravana Paso a paso hacia la paz fueron recibidos por los habitantes de Chahuites con tamales, café, pan y agua, luego de que caminaron más de cuatro horas desde Arriaga, Chiapas, escoltados por un centenar de agentes del estado de Oaxaca y federales.
Al arribo del templo San Isidro Labrador, en Chahuites, Oaxaca, los pobladores dieron la bienvenida a los integrantes de la caravana con aplausos y muestras de solidaridad.
El padre Alejandro Solalinde insistió: “Fue algo histórico ver cómo los militares de un retén, ubicado entre los límites de Chiapas y Oaxaca, se hicieron a un lado para que pasara la caravana y los federales custodiaron todo el tiempo a los migrantes”.
Ayer, el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, visitó el auditorio municipal de dicha localidad en donde desayunó con el coordinador de la casa del migrante de Ixtepec, Oaxaca, Alejandro Solalinde Guerra, Elvira Arellano y Rubén Figueroa, quienes demandaron al gobernador respeto para los derechos humanos de los migrantes.
“Lo que tenemos claro es que en territorio estatal se preservarán los derechos humanos de los oaxaqueños y de las demás personas vengan de donde vengan”, respondió Cué.
En el último día de protesta de la caravana Paso a paso hacia la paz, los habitantes de esa comunidad expresaron con pancartas y manifestaciones, su solidaridad hacia los migrantes que cruzan por esta localidad, ubicada a unos 350 kilómetros de la frontera con Guatemala, donde se han denunciado secuestros, asaltos y abusos sexuales en su contra.
“Bienvenidos hermanos migrantes a Chahuites”, “Hermanos migrantes siéntanse como en su casa”, “Chahuites les da la mano a los migrantes”, se leía en algunas pancartas que portaban los habitantes zapotecos que vestían de blanco.
Funcionarios estatales y diputados oaxaqueños se comprometieron ante los integrantes de la caravana a velar por que no se violen los derechos humanos de los migrantes. “Vamos a poner el dedo en la llaga, políticamente”, dijo el legislador Pável Renato López, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de Oaxaca.
La coordinadora de la organización Familias Latinas Unidas, Elvira Arellano, pidió a los pobladores velar para que los migrantes no sean víctimas de la delincuencia y de los abusos de las corporaciones policiacas.
“No les estoy prometiendo nada a los migrantes, sólo les digo que estamos con ellos y no los vamos a dejar solos”, dijo la activista.
Rubén Figueroa, defensor de migrantes, concluyó que el propósito de la caravana fue “repudiar las acciones de persecución emprendidas por el gobierno federal”, a través del Instituto Nacional de Migración, solidarizarse con el párroco Alejandro Solalinde por las amenazas de muerte que ha recibido de parte del crimen organizado debido a que denuncia los delitos que se cometen contra los migrantes.
Solalinde Guerra dijo que se rebasaron todas las expectativas de la caravana a pesar de que no se permitió abordar el ferrocarril y acompañar a los indocumentados en su trayecto hacia Estados Unidos.
“Lo bueno de todo esto es que por primera vez los migrantes viajaron con dignidad escoltados por la policía federal y el Ejército mexicano”, dijo el padre.
Recibimiento caluroso
El viernes, los integrantes de la caravana Paso a paso hacia la paz fueron recibidos por los habitantes de Chahuites con tamales, café, pan y agua, luego de que caminaron más de cuatro horas desde Arriaga, Chiapas, escoltados por un centenar de agentes del estado de Oaxaca y federales.
Al arribo del templo San Isidro Labrador, en Chahuites, Oaxaca, los pobladores dieron la bienvenida a los integrantes de la caravana con aplausos y muestras de solidaridad.
El padre Alejandro Solalinde insistió: “Fue algo histórico ver cómo los militares de un retén, ubicado entre los límites de Chiapas y Oaxaca, se hicieron a un lado para que pasara la caravana y los federales custodiaron todo el tiempo a los migrantes”.
María de Jesús Peters y Alberto López, El Universal, 9 de enero.
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