Solalinde culpa a García Luna y al INM por accidente de amputado guatemalteco

Tras el incidente sufrido por un indígena guatemalteco, quien perdió una pierna durante un operativo oficial, el padre Alejandro Solalinde, coordinador del albergue Hermanos en el Camino, acusó a Genaro García Luna, titular de la SSP-f, y a Salvador Beltrán del Río, del INM, de incumplir tareas y compromisos.

El presbítero reveló que el pasado 17 de enero —en una reunión— García Luna se comprometió con la Pastoral de Movilidad Humana a frenar operativos riesgosos para los inmigrantes, de noche y con el tren en marcha, y fue la misma promesa de Beltrán del Río en su comparecencia de la semana pasada en el Congreso.

“Sin embargo, a cinco días de haber acordado esto y otras cosas más para proteger la integridad física y los derechos humanos de los indocumentados, se han seguido desarrollando acciones violentas que incumplen los compromisos institucionales”, denunció Solalinde.

Describió un operativo organizado por el INM, la PF y el Ejército el pasado 22 de enero alrededor de las 8:30 horas, en un paraje de Chahuites, Oaxaca, en el cual un joven de Guatemala perdió una extremidad. “El indígena cakchiquel José Alvarado evitaba ser alcanzado por un agente de migración y policías federales, cuando su pierna fue cercenada al caer entre los rieles”.

Al percatarse de lo ocurrido, los agentes “abandonaron a su suerte al migrante, quien debió ser auxiliado por pobladores de la comunidad y lo trasladado a un hospital de Juchitán”.

El cura reprochó: “Nos preguntamos cuántos casos como este tienen que repetirse para que las autoridades reconozcan los daños de su irresponsable acción; no es la primera vez que sucede, en el verano de 2006, en un operativo en Juchitán, una niña de 14 años, también guatemalteca, perdió la pierna al ser perseguida por policías”.

Otro de los acuerdos de García Luna y Beltrán del Río fue garantizar que los operativos fueran observados por un representante de la CNDH.

“Este hecho repudiado confirma la inconveniencia de un INM que no cambia sus prácticas y pone en peligro la vida de nuestros hermanos del sur. Sabemos de sus compromisos con el Plan Mérida y pareciera impensable la suspensión de los operativos, sin embargo, exhortamos de nuevo a las autoridades federales a buscar la forma de hacerlos de manera responsable y humana, en espera de la tan anhelada nueva ley migratoria”, pidió Solilande.
Daniel Blancas Madrigal, La Crónica, 26 de enero.

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