Barack Obama invita a republicanos y demócratas a “sacar de las sombras a millones de indocumentados”

El mandato de Barack Obama ha cruzado el ecuador y la promesa que hizo a los millones de hispanos para conseguir sus decisivos votos no se ha cumplido: una reforma migratoria que saque de la ilegalidad a más de 10 millones de indocumentados (en su mayoría mexicanos).

“Ha llegado la hora de enfrentar el problema de millones de personas que viven en las sombras. Estoy listo para trabajar con republicanos y demócratas para proteger nuestras fronteras y tratar con los millones de trabajadores indocumentados que ahora viven en la clandestinidad. Sé que el debate será difícil y tomará tiempo, pero esta noche, acordemos hacer el esfuerzo”, dijo.

En su segundo discurso sobre el estado de la Unión, el presidente de EU pidió a los republicanos, que ahora tienen mayoría en la Cámara de los Representantes, que no desaprovechen esa nueva era de entendimiento bipartidista —que pidió tras la derrota demócrata en las elecciones legislativas de noviembre y que volvió a pedir tras la reciente matanza de Arizona— y que le ayuden a sacar adelante la reforma migratoria.

La “amenaza” de la deportación. Obama se refirió a los hijos de trabajadores indocumentados que llegaron de niños a Estados Unidos y pese a que crecieron como estadounidenses, “viven cada día bajo la amenaza de deportación”.

La pretensión de Obama sería sacar adelante la “Dream Act”, que legalizaría a los estudiantes indocumentados, y cuyo proyecto de ley fue tumbado en diciembre por los republicanos.

El mandatario quiere también con la reforma impedir la “fuga de cerebros” extranjeros: “Vienen del extranjero para estudiar en nuestras universidades. Pero tan pronto como obtienen diplomas avanzados, los enviamos de vuelta a su casa para competir contra nosotros. No tiene sentido”, dijo Obama, quien recordó que “hay cientos de miles de estudiantes excelentes en nuestras escuelas, que no son ciudadanos estadounidenses. Algunos son hijos de trabajadores indocumentados”.

“Reglas de economía cambiaron”. Pensado ya en la campaña para la reelección en 2012, Obama prometió generar empleos y reducir el gasto. Para ello, convocó a recortar el impuesto a las empresas, congelar parte del gasto federal y reformar la burocracia nacional.

De otro modo, advirtió, Estados Unidos perderá competitividad ante economías cada vez más pujantes, como China o India, o ante trabajadores más preparados en otros lugares del mundo. Entre sus principales propuestas incluyó la prórroga dos años más de la congelación de los gastos no obligatorios del presupuesto estadounidense. Ello, aseguró, contribuirá a ahorrar 400 mil millones de dólares.

Obama hizo finalmente una apuesta decidida por las energías limpias y por medios de transportes como el tren de alta velocidad, para acabar paulatinamente con la dependencia del petróleo.
La Crónica, 26 de enero.

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