"¡Señor presidente, ponga alto a las deportaciones!"

WASHINGTON.— La frustración por la falta de avances para sacar adelante una reforma migratoria, sorprendió ayer al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en un acto celebrado en San Francisco, California donde un grupo de jóvenes indocumentados le exigieron poner un alto a las deportaciones mientras prosiguen las negociaciones en el Congreso.
"¡Ayúdenos señor presidente. Ponga un alto a las deportaciones!", le gritó un grupo de manifestantes que forman parte de una organización de dreamers en San Francisco, que consiguieron colarse hasta las inmediaciones donde hablaba el presidente. “Haga uso de su poder Ejecutivo para detener la deportación y separación de familias que están sufriendo”, insistieron ante un sorprendido Obama.
La intervención del servicio secreto obligó al presidente a intervenir para evitar que el grupo de manifestantes fuera desalojad. “No, no, no. Dejen que estos chicos sigan aquí. No necesitan ser retirados”, dijo Obama a los integrantes de su equipo de seguridad mientras explicaba al grupo y al auditorio las razones por las que su sólo poder presidencial no es suficiente para frenar la campaña de detenciones y deportaciones.
“El camino más fácil es gritar y fingir que puedo hacer algo mientras violo nuestras leyes. Pero no. Creo que es preferible seguir nuestras vías democráticas para alcanzar el mismo objetivo que ustedes buscan”, dijo el presidente al enfatizar que EU es un país de leyes que se tienen que respetar.
Desde San Francisco, ayer el presidente aprovechó para reiterar su llamado a la Cámara Baja para que apruebe la reforma migratoria. “Miren las encuestas ahora mismo, porque el pueblo americano apoya la reforma migratoria de forma mayoritaria. Todo el mundo gana si sacamos esto adelante. No hay razón para no aprobarla ahora mismo. Ninguna. Si existe, no la he escuchado”, dijo el mandatario en el centro recreativo Betty Ong.
Un sondeo difundido ayer indica que la mayoría de los estadounidenses (63%) apoya una reforma migratoria que incluya una vía a la ciudadanía. El estudio, elaborado por el Instituto Público de Investigación Sobre la Religión, confirma que sólo 14% de los encuestados apoya que quienes están en las sombras sean rescatados de la ilegalidad, pero que no tengan derecho a la ciudadanía.
Obama sugirió incluso que, si el líder de la mayoría republicana, John Boehner, no quiere someter a votación la iniciativa aprobada por el Senado, entonces debería ofrecer un conjunto de medidas por separado. “Aprovechando que va ser el día de Acción de Gracias, podríamos cortar el pavo en varias piezas. Ya saben. Un muslo por aquí y una pechuga por allá, siempre y cuando las piezas permitan defender los valores de los que hemos estado hablando”, dijo en broma el presidente en alusión a la posibilidad de que el Partido Republicano apruebe una serie de medidas por separado.
La iniciativa aprobada por el Senado incluye legalizar a la población indocumentada, fortalecer la seguridad fronteriza, cumplir las leyes migratorias al interior del país, modernizar el sistema de visas y legalizar a estudiantes indocumentados.
“Pero, lo que no se vale, es que una minoría siga bloqueando algo que necesita desesperadamente el país”, añadió en alusión a los cálculos realizados por distintas instancias y entidades que consideran que una reforma migratoria traería consigo un crecimiento de la economía de más de 1.5 billones de dólares en los próximos 20 años y reduciría hasta en 850 mil millones de dólares el déficit presupuestario.
Ayer mismo, un sondeo de CNN/ORC encontró que 53% en EU no cree que el presidente Obama sea honesto o confiable y sólo 40% cree que puede manejar el gobierno de manera efectiva. 
Jaime Hernández corresponsal, El Universal, 26 de noviembre.

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