Asilados en México son discriminados: ACNUR

Los refugiados en México enfrentan discriminación, lo que hace difícil que reconstruyan la vida que perdieron al verse obligados a abandonar su país de origen. Hay a quienes les niegan trabajo hasta por su color de piel y otros no pueden revalidar sus estudios o acceder a servicios de salud, a pesar de las facilidades que les brinda el gobierno.

Fernando Protti, representante para México y Centroamérica de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en entrevista con EL UNIVERSAL revela así las condiciones que deben enfrentar algunos de los mil 406 asilados que hay en el país, en su mayoría provenientes de Colombia y Haití.

También hay guatemaltecos, salvadoreños y de otras latitudes como Sri Lanka, Nepal, Somalia, Etiopía, Congo o Angola que se concentran en el Distrito Federal y el Estado de México.

Norma avanzada

Aunque en los hechos es difícil la integración de este sector a la vida económica y social del país, el experto reconoció que la Ley sobre Refugiados y Protección Complementaria promulgada ayer por el presidente Felipe Calderón “es una de las más avanzadas y de las mejores de América Latina”, que incorpora novedades como dar este beneficio a los perseguidos por su preferencia sexual, o proteger a quienes no cumplen los requisitos para ser asilados, pero que no serán entregados a su país de origen por los riesgos a su vida o libertad.

Expuso que la norma en general contempla disposiciones que no muchos países aplican e “incluye una serie de prácticas que ya tiene el gobierno mexicano, pero que las eleva a rango de ley, no son discrecionales y no están sujetas a cambio conforme la buena voluntad de alguien”. La legislación “cumple a satisfacción con las expectativas de la ACNUR”, añadió.

Dejaron todo atrás ante el peligro de perder la vida o la libertad, perseguidos en su propia tierra por su preferencia sexual, raza, ideología política o religiosa, pertenencia a un grupo social o por una crisis que se vive en su país, pero llegar a México no garantiza su integración. “El principal problema que vemos es el de la discriminación”, señaló.

“La política del gobierno de México siempre es favorable, pero existe mucha discriminación en ciertos sectores de la población hacia los extranjeros, y ésta hace que se les dificulte muchas veces tener acceso al trabajo, hay gente que no les cree que tienen permiso para laborar, o no los quieren contratar por el color de piel que tienen, lo mismo sucede para alquilar una casa”.

Sin embargo, Protti destacó que la nueva ley va más allá de la definición de refugiado, “porque dará protección a gente que aunque no califica para ser asilada, no puede volver a su país porque su integridad estaría en peligro”, pero no quiere decir que se proteja a delincuentes”. También subrayó la importancia de que contemple los principios de no devolución.
Silvia Otero, EL Universal, 27 de enero.

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