Cargan con miedo y se aferran al tren

ARRIAGA, Chis.- A pesar de los secuestros, asaltos y mutilaciones que sufren sobre el lomo o bajo los rieles de la "La Bestia", como se conoce al tren que cruza territorio mexicano, éste es el medio de transporte más socorrido por los migrantes en su deseo de llegar a Estados Unidos.

"He escuchado que le dicen 'La Bestia Asesina', por todos los muertos que se lleva en los rieles. Yo por ahora le tengo respeto, llevármela calmada ¿ves?, para que nos trate bien", dice Carlos René Cabrera, como si hablara de una persona a quien tiene miedo.

Es la primera vez que este guatemalteco de 33 años subirá a ella. Para llegar hasta aquí, el punto de inicio de la travesía en tren, él y los centroamericanos cruzaron antes la frontera entre México y Guatemala por Frontera Hidalgo o Frontera Comalapa.

Desde ahí, en autobús o bordeando a pie las casetas migratorias, llegaron al inicio de las dos rutas ferroviarias, la de la Costa, que inicia en Arriaga, Chiapas, y la de la Selva, en Tenosique, Tabasco, que más adelante se cruzarán en Medias Aguas, Veracruz, para seguir un solo camino hacia el norte del País.

De la empresa Ferrosur, "La Bestia" es un tren que transporta maíz, sorgo, cemento, fierro, sodas, jabones y el absurdo de llevar una gran parte de sus vagones vacíos, mientras sobre él van montados cientos de migrantes que en sus poblados de origen son maestros, albañiles o campesinos.

Aferrados con sus manos y una esperanza desconocida para cualquiera, los migrantes cruzarán 5 mil kilómetros del País sobre el lomo de "La Bestia".

Varias noches las pasarán amarrados con cuerdas y cinturones a los fierros para no caer desvanecidos por el cansancio; otras junto a los rieles, en espera del rugido que anuncia su llegada.

Cada estación conquistada será un triunfo y al mismo tiempo el temor de nuevas amenazas.


Parada Arriaga: 'Tengo fe, que no pase nada'

A sus 17 años Raúl Enrique es el más pequeño de los 50 migrantes que pernoctan en el albergue Hermanos del Camino, esperando se disipe el operativo de migración para abordar el tren. Además de su estatura y cuerpo adolescente, lo evidencia la ropa que le regalaron y que le queda grande.

Hace cuatro días llegó a este pueblo seco, de ventarrones que alborotan la tierra y los matorrales; aquí ya ha preguntado las mejores técnicas para subir a "La Bestia" y no caer de ahí aunque el calor los adormezca o el frío los quiebre.

Desde que agarró el autobús en Honduras ha escuchado las mismas historias en el camino. Que hay gente mala, que se mueren al caer de los vagones, que la migra los sigue como una sombra.

"Pero yo tengo fe que voy a pasar para México y no me va a ocurrir nada malo", dice muy seguro de sí, como todos los osados que se avientan a esta batalla. Raúl tiene como destino el Distrito Federal, donde su hermano trabaja en un autolavado.

Le alegra pensar que él sólo recorrerá la mitad del camino que les espera a sus compañeros.


Parada Ixtepec: 'Es mejor el INM, al secuestro'

Ixtepec se ha convertido en una especie de penitencia para Luis, un salvadoreño de sonrisa amplia como ventanal, que busca cruzar México para reunirse con su familia en Estados Unidos. En los últimos seis meses ha intentado en seis ocasiones cruzar a Estados Unidos y no pasa de este lugar.

Hasta Ixtepec Luis ha llegado en autobús, por temor a los secuestros que se dan en territorio oaxaqueño.

"Es mejor que me devuelva la migra a que me secuestren", dice. Pero esta ocasión tendrá que subirse a "La Bestia" si desea salir de Arriaga: se ha quedado sin dinero para otro boleto.

Ahora, en el albergue para migrantes, busca con disimulo un grupo al que unirse en su travesía porque sabe que entre ellos hay ladrones o secuestradores memorizando sus pasos.


Parada Medias Aguas: Un espía los 'puso'

Desde el año 2007, Medias Aguas, un pueblo veracruzano que sobrevive por el tren y las remesas enviadas desde Estados Unidos, comenzó a ser destino de secuestradores de migrantes, que "bajaron" de Coatzacoalcos.

Ese año, antes de entrar a la estación en el pueblo, Jeremías miró desde la cima del tren cómo dos camionetas se alinearon a los vagones y de ellas descendieron cuatro hombres armados cuando el tren detuvo su marcha.

Ya en tierra, encañonaron a los migrantes que descendieron de "La Bestia".

"Fueron sobre un grupo de 30 que traía un espía, todo el viaje él sólo escuchaba su conversación y los puso en la mira. Unos intentaron huir por los matorrales, pero la camioneta se dio reversa y los atrapó", dice mientras planea un intento más para llegar a Estados Unidos en el albergue de Arriaga.

Del grupo, los hombres armados alcanzaron a detener a 15 a quienes subieron a golpes y tablazos a las camionetas. De ellos no volvieron a saber nunca. Jeremías libraba una batalla personal escapando de las policías estatales que ansiaban sus propias presas.


Parada Tierra Blanca: 'El tren masticó sus piernas'

El salvadoreño Matías tiene bien grabada en la mente la parada de Tierra Blanca. Con la mochila en la espalda, agarró fuerza para subirse al tren antes de que cogiera velocidad.

Se sujetó fuerte de las escaleras en la orilla del vagón y jaló sus piernas hasta quedar de pie. Con su cuerpo pegado como calcomanía al vagón, evitó que lo jalara la gravedad y trepó por las escaleras hasta las gándolas en el techo.

Desde ahí miró a otro joven, que recuerda como el más alto de todos. Lo vio correr junto al vagón y cómo se sujetó de las escaleras. Pero el muchacho no alejó lo suficiente sus largas piernas de las ruedas y fueron masticadas por el tren.

De pie sobre el techo, Matías miró cómo el joven se soltó y quedó tirado junto a los durmientes.

En su mente quedó la imagen, cada vez más pequeña, de migrantes y mujeres acercándose al joven para darle auxilio.


Parada Orizaba: 'Uno se siente dueño del mundo'

Pero "La Bestia" también da momentos gloriosos a los valientes que la han montado.

"Uno va viendo el paisaje de árboles y de cielo con el viento en la cara. Se siente... ¿Cómo decir?... Como dueño del mundo. Y se olvidan los problemas con las pláticas de los compañeros y hacemos planes para cuando vayamos a llegar", dice Luis con su sonrisa de ventanal.

Su paisaje favorito es la ruta de los túneles que llevan a Orizaba, desde los valles calurosos del sureste hasta las frías montañas que anuncian la llegada al centro del País.

Cuando lograron, sólo por un momento, dejar atrás a la migra y los secuestros, entonces sólo quedan ellos y el camino.




Camino tortuoso

Aunque un migrante que usa la ruta del tren tarda semanas para llegar a la frontera con EU, como mínimo, pasa cerca de cuatro días "montado" en el ferrocarril.


Peligro

Algunos de los riesgos que enfrentan los migrantes.


Secuestros

Septiembre 2008 a febrero 2009: 9, 758

Abril a septiembre de 2010: 10, 000

*Se les cobra un promedio de 2 mil 500 dólares para liberarlos.
Daniela Rea, Reforma, 8 de enero.

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