La Iglesia católica denunció que en los casos de extorsión, secuestro y asesinato contra migrantes centroamericanos en México, las autoridades federales “brillan por su irresponsable ausencia”.
En el editorial del semanario Desde la fe, la Arquidiócesis Primada de México dijo que desafortunadamente hay muchas omisiones en las autoridades mexicanas en todos los niveles y, “peor todavía”, agregó, hay una constante amenaza hacia quienes “dan respuestas humanitarias a todos estos hombres y mujeres que caminan buscando mejores condiciones de vida”.
En el texto titulado “Migrantes: justicia y solidaridad”, se pregunta dónde está el Instituto Nacional de Migración. Además, cuestiona “el combate a la criminalidad” de la Secretaría de Seguridad Pública federal.
La Iglesia afirmó que los indocumentados no son criminales, por lo que las leyes y las autoridades deben darles un trato digno, “de acuerdo a sus derechos y a su dignidad humana”.
“¡De los gobernadores implicados, ni hablar, tienen cosas “más importantes” de que ocuparse! ‘No nos toca, podría ser su excusa inmediata”, indica.
La CNDH ha denunciado que durante el año pasado fueron secuestrados más de 10 mil indocumentados “para exigir su rescate a las empobrecidas familias centroamericanas”.
Explicó que los delincuentes “tienen el descaro de realizar las operaciones de extorsión a través del sistema de bancos”.
La Iglesia católica señaló que la autoridad debe cuidar la integridad física y el respeto a los extranjeros, sin importar su condición migratoria y se deben combatir enérgicamente los abusos de las autoridades y los crímenes de los delincuentes cometidos contra los extranjeros.
“Son muchos los testimonios que dan cuenta de la explotación inhumana y criminal de la que son objeto nuestros hermanos centroamericanos por el hecho de ser indocumentados, la misma condición migratoria en la que se encuentran muchos de nuestros connacionales en Norteamérica”, asegura la Iglesia.
El clero cuestionó qué hacen los diputados y senadores para dar respuesta legal “a este drama humano que sucede a diario en nuestro territorio desde el río Suchiate hasta el río Bravo”.
Tras reconocer que ha crecido en Estados Unidos el clima de rechazo hacia los mexicanos y a los latinoaméricanos, la Arquidiócesis explicó que a la par se está dando una reacción de diversos grupos de la sociedad y de algunos políticos para crear mejores condiciones de vida para miles de indocumentados.
En el editorial del semanario Desde la fe, la Arquidiócesis Primada de México dijo que desafortunadamente hay muchas omisiones en las autoridades mexicanas en todos los niveles y, “peor todavía”, agregó, hay una constante amenaza hacia quienes “dan respuestas humanitarias a todos estos hombres y mujeres que caminan buscando mejores condiciones de vida”.
En el texto titulado “Migrantes: justicia y solidaridad”, se pregunta dónde está el Instituto Nacional de Migración. Además, cuestiona “el combate a la criminalidad” de la Secretaría de Seguridad Pública federal.
La Iglesia afirmó que los indocumentados no son criminales, por lo que las leyes y las autoridades deben darles un trato digno, “de acuerdo a sus derechos y a su dignidad humana”.
“¡De los gobernadores implicados, ni hablar, tienen cosas “más importantes” de que ocuparse! ‘No nos toca, podría ser su excusa inmediata”, indica.
La CNDH ha denunciado que durante el año pasado fueron secuestrados más de 10 mil indocumentados “para exigir su rescate a las empobrecidas familias centroamericanas”.
Explicó que los delincuentes “tienen el descaro de realizar las operaciones de extorsión a través del sistema de bancos”.
La Iglesia católica señaló que la autoridad debe cuidar la integridad física y el respeto a los extranjeros, sin importar su condición migratoria y se deben combatir enérgicamente los abusos de las autoridades y los crímenes de los delincuentes cometidos contra los extranjeros.
“Son muchos los testimonios que dan cuenta de la explotación inhumana y criminal de la que son objeto nuestros hermanos centroamericanos por el hecho de ser indocumentados, la misma condición migratoria en la que se encuentran muchos de nuestros connacionales en Norteamérica”, asegura la Iglesia.
El clero cuestionó qué hacen los diputados y senadores para dar respuesta legal “a este drama humano que sucede a diario en nuestro territorio desde el río Suchiate hasta el río Bravo”.
Tras reconocer que ha crecido en Estados Unidos el clima de rechazo hacia los mexicanos y a los latinoaméricanos, la Arquidiócesis explicó que a la par se está dando una reacción de diversos grupos de la sociedad y de algunos políticos para crear mejores condiciones de vida para miles de indocumentados.
Miguel Ángel Susa, El Universal, 17 de enero.
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