Al ser convertido en presidente provisional del Instituto Federal Electoral en el momento más complejo de su historia, Benito Nacif sostuvo que quizá esta situación por la que atraviesa la institución es el costo que se tiene que pagar para avanzar en una “etapa fundacional” que transforme el modelo electoral mexicano a semejanza de otros estados federados. Sin embargo, está convencido de la necesidad de que este periodo sea lo más corto posible, en beneficio del organismo y a contrapelo del interés personal.
“Lo deseable es que esta presidencia rotativa permanezca lo menos posible. Queremos regresar a la normalidad, queremos que prevalezca el estado de derecho en una institución que busca garantizar la observancia de la ley”, manifiesta Nacif.
En entrevista con La Jornada no elude referirse al informe de Deloitte cuyo contenido trascendió esta semana: “Tenemos un diagnóstico muy completo y crítico de la institución, pero esa es la razón por la que contratas un estudio de esta naturaleza. No lo contratas para que te digan que vas muy bien, porque el trabajo de la consultoría es ayudarnos a entender nuestros problemas.
“No sólo ofrece el análisis, sino plantea escenarios de solución a mediano y largo plazo. Lo han construido de tal manera que constituye un menú de opciones para órganos de toma de decisiones y se pueda escoger lo que se considere más idóneo para el IFE; a esa parte no hemos llegado porque no estamos completos, pero es una discusión que tenemos que dar.”
–¿Será utilizado para la modernización administrativa del IFE?
–Yo lo veo de esa manera. Plantea diferentes problemas desde un punto de vista puramente administrativo y de costo beneficio, pero nosotros tenemos que hacer otro tipo de valoraciones. Es un insumo muy útil que nos puede ayudar a definir una agenda de modernización administrativa que es algo de lo que estamos convencidos los consejeros.
Nacif despacha en la oficina que ha tenido desde que llegó al IFE. Por primera vez en la historia, la oficina del consejero presidente está vacía. Una imagen para evidenciar que es sólo un periodo transitorio.
El arreglo que construimos es un esquema para darle gobernabilidad al IFE
“Es una situación anormal producto de una omisión legislativa”, resume Nacif, quien hizo estudios de posgrado en Oxford, graduándose con estudios sobre la Cámara de Diputados. “Es un momento complejo, pero estamos encontrando respuestas a los retos que se van planteando.”
–¿No es un desgaste innecesario del IFE?
–La incertidumbre que se vive en torno al futuro de nuestras instituciones electorales es un costo. Eso no se puede negar. Sólo con el tiempo sabremos si ha valido la pena pagarlo en aras de un mejor futuro. Dependerá de los acuerdos que se construyan, pero podría ser un parteaguas para el país.
La potencial creación del Instituto Nacional Electoral (INE), a partir del IFE, es un signo de confianza en la institución que ahora encabeza, estima Nacif.
–¿Hay viabilidad de un instituto nacional?
–Es un cambio. Hay distintos modelos en estados federales. Encontramos el americano (estadunidense) en un extremo, donde las autoridades locales organizan incluso la elección federal o el otro, como Brasil o Canadá, donde la autoridad federal es responsable hasta de comicios locales. México es un esquema intermedio y la propuesta es corrernos a un extremo. Es una decisión de una enorme trascendencia para el futuro de este país, porque es un cambio de modelo, una decisión fundacional, que podría ser un parteaguas en lo electoral.
–¿El IFE estaría preparado para absorber este cambio?
–Es una institución sólida; si se decide el cambio de modelo puede y tiene una base muy firme para hacer esa transición, pero es muy compleja.
–¿Podría operar en 2015?
–El tiempo es importante, pero no depende sólo de eso. Es una cuestión de recursos y de cambio jurídico que implica una enorme complejidad.
–Parte fundamental en la transición son las personas y parece que el modelo de designación de consejeros se ha agotado.
–Es difícil hacer un juicio de que el modelo está agotado, porque ahora son otros factores los que inciden, como la incertidumbre de la reforma en los términos planeados.
Nacif sostiene que en las dos variantes –la renovación total o escalonada– hay ventajas y desventajas. En el primer caso, obliga al consenso en los tiempos fijados, porque existe el riesgo de paralizar la institución, pero se abstrae de la experiencia. En el segundo, se recupera este último factor, con incorporaciones paulatinas que le dan equilibrio entre cambio y continuidad.
“Tiene una desventaja, en las negociaciones de los legisladores: el resultado de no ponerse de acuerdo es que el IFE sigue en esta condición y eso puede hacer más difícil lograr un acuerdo. Si hay INE sería deseable adoptar el modelo que recupera la experiencia.”
Alonso Urrutia, La Jornada, 2 de noviembre.
Cambiar el modelo sería un parteaguas electoral: Nacif
IFE, Reforma Electoral, Reforma Política Medios México sábado, 2 de noviembre de 2013 0 comentarios
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