Crecen internautas, pero no e-learning

México enfrenta el desafío de fortalecer la oferta y características de la educación a distancia ante el incremento del uso de tecnologías de la información entre la población.

Así lo revela el estudio "White-Paper: e-Learning México 2013", presentado por Mariano Gamboa Zúñiga, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).

Interesados en saber cómo han penetrado las tecnologías de la información en los diferentes ámbitos de la vida del mexicano, científicos encabezados por Gamboa Zúñiga elaboraron el trabajo, dedicado este año a revisar la penetración de la educación a distancia aprovechando sólo internet.

Los resultados indican que, de 2 mil 400 instituciones de Educación Superior, sólo uno por ciento de las públicas ofrece cursos de licenciatura a distancia con el apoyo de e-learning, y el 4 por ciento de las privadas lo hace.

Esto es relevante si se toma en cuenta que, según estadísticas del Inegi, en 2012, 44.7 millones de personas usaban computadora, 40.9 millones tenían acceso a internet y la conexión móvil alcanzó al 48 por ciento de ellos.

Hacia 2002, en México, 10 millones de personas eran usuarias de internet, y 10 años después la cifra se incrementó en 447 por ciento.

Según la investigación, Administración de Empresas, Ingeniería Industrial y Psicología son las carreras más ofertadas en línea.

El documento agrega que el desarrollo de las tecnologías de la información ha permitido que la Educación en Línea gane terreno en el mundo. De hecho, se estima que, para 2025, 160 millones de personas tendrán estudios universitarios a nivel internacional gracias a esta modalidad y que al menos un 40 por ciento habrá realizado algún tipo de educación a distancia.

Sin embargo, las instituciones de Educación Superior de México ofrecen una baja oferta educativa en internet debido a que los estatutos de la SEP no contemplan los términos "virtual", "en línea" o "a distancia".

Por ello, los autores indican que este tipo de educación presupone un cambio en el esquema pedagógico que se ha manejado hasta ahora, el cual debe revisar no sólo los contenidos, las modalidades y la temporalidad, sino establecer las reglas formales de funcionamiento de esta oferta educativa.

"La era tecnológica en la que vivimos exige cambios en los paradigmas educativos en beneficio de la sociedad y la economía de una nación", enfatizan los autores.

Diana Saavedra, Reforma, 23 de diciembre.