LA HABANA.— El gobierno cubano advirtió ayer que aunque el chileno José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), visitará La Habana la próxima semana como invitado especial a la II Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Cuba “no” regresará al foro interamericano del que fue expulsado en 1962 y alegó que la institución es un factor de dominación colonial de Washington en la zona y tiene una “carga histórica negativa”.
En una conferencia de prensa antes de que hoy prosigan los trabajos previos a la cita, programada para martes y miércoles de la semana entrante, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, aseguró que “la posición nacional de Cuba con relación a la OEA permanece invariable: no regresaremos a ella”.
La OEA, insistió Rodríguez, “tiene una carga histórica negativa como instrumento de dominación de Estados Unidos que no puede resolverse mediante ninguna reforma”.
“El intento de aislar a Cuba ha fracasado”, reafirmó, al subrayar que América Latina y el Caribe cambiaron en las últimas décadas y expresan “un profundo sentido de soberanía nacional”.
En el primer viaje a esta isla de gobierno comunista de un jerarca del más alto rango de la OEA en más de 50 años, Insulza visitará Cuba como “invitado especial” a la cumbre. Rodríguez recordó que la invitación es una cortesía diplomática de la CELAC desde su creación, en Venezuela en diciembre de 2011, y su primera cumbre, en Chile en enero de 2013.
En el fragor de la guerra fría, con una zona latinoamericana y caribeña controlada mayoritariamente por dictaduras y regímenes militares de derecha pro Washington y por gobiernos dóciles a los intereses de la Casa Blanca, la OEA expulsó a Cuba por adherirse a un sistema político marxista-leninista que consideró “incompatible” con los objetivos interamericanos de derechos humanos. Con la excepción de México, todas las demás naciones americanas rompieron posteriormente lazos diplomáticos con La Habana, como parte de la política de aislamiento impulsada por los gobiernos estadounidenses.
En 2009, en una asamblea en Honduras, la OEA levantó las sanciones a este país para su reingreso, pero Cuba se ha negado reiteradamente a retornar a lo que ha calificado como un organismo que Estados Unidos llegó a controlar como “ministerio de colonias”. En el segundo lustro de la década de 1990, México desplegó —sin éxito— negociaciones diplomáticas con el gobierno cubano para tratar de que se reinsertara a la organización.
A la cumbre también acudirá, como invitado especial, el surcoreano Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
José Meléndez enviado, El Universal, 25 de enero.
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