Liberan a indígena errores en proceso

La Suprema Corte de Justicia ordenó ayer la liberación inmediata de la indígena Adriana Manzanarez, presa por el homicidio de su hijo recién nacido.

"Gracias a Dios estoy libre y me siento con muchas fuerzas para seguir luchando por mi y por mis tres hijos", dijo al salir del penal de Chilpancingo, donde estuvo recluida más de siete años.

La Primera Sala de la Corte resolvió por unanimidad que no quedó acreditada la existencia del homicidio del menor ni la responsabilidad de la indígena de Ayutla de los Libres, Guerrero, quien se embarazó durante una relación extramarital.

"Aquí estuve poco más de siete años porque fui víctima de la discriminación racial que hay en Guerrero contra los indígenas", expresó Adriana, quien el 4 de marzo cumplirá 27 años.

La indígena mephaa, quien estuvo acompañada por la defensora del Instituto Guerrerense de Derechos Humanos, Silvia Castillo, aseguró que no regresará a El Camalote.

"Lo que me importa son mis hijos con quienes viviré en otro lugar", dijo al salir de la prisión abrazada de Castillo.

Los Ministros resolvieron que si bien el niño nació vivo, el dictamen médico no acreditó la causa de su muerte, que según la sentencia condenatoria fue provocado por su madre al arrojarlo de cabeza por temor a que el embarazo fuera descubierto por su esposo, migrante en Estados Unidos.

De acuerdo con el expediente, Manzanarez y su amante -Virgilio Cruz- enterraron el cadáver del bebé, que fue ubicado dos días después.

Los padres de Manzanarez le exigieron revelar lo que había sucedido con el menor, y la mujer fue interrogada por una comisión de 30 personas designada por el Comisario Ejidal, hasta que finalmente confesó que había matado al niño arrojándolo de cabeza.

Si bien Manzanarez también admitió su culpa en su declaración ministerial, en la declaración preparatoria ante el juez se retractó y afirmó que el niño había nacido muerto.

La Corte resolvió que la declaración de Manzanarez fue inválida porque no contó con traductor e intérprete y porque el abogado que la asistió, Enrique Cantú, era al mismo tiempo defensor de Virgilio Cruz, lo que generó un conflicto de intereses, ya que éste último sostuvo que Manzanarez le había confesado que mató al niño.

"Gracias a Dios estoy libre y también a esta gente que me ayudó en mi defensa", dijo la joven con la voz entrecortada.

En la versión final de la sentencia, aún pendiente de redacción, es probable que la Corte también declare inconstitucional el artículo 136 del Código de Procedimientos Penales de Guerrero, que permite al Poder Judicial reclasificar el delito.

En el caso de Manzanarez, la Primera Sala Penal del Tribunal de Guerrero redujo en 2010 la condena de 32 a 22 años de cárcel, pero lo hizo reclasificando el delito de homicidio calificado al de razón de parentesco.

Siete años después

Adriana Manzanarez fue sentenciada por el homicidio de su bebé recién nacido.
· 2006. La joven de 20 años es "enjuiciada" en su comunidad de El Camalote, en Ayutla de los Libres, Guerrero.
· 2007. Un juez de Ayutla condena a la indígena a 32 años de prisión por homicidio calificado. La sala penal del Tribunal Superior de Justicia de Guerrero reclasifica el delito por homicidio en razón de parentesco y reduce a 22 años la condena.
· 2012. Organismos de derechos humanos interponen un amparo que es revisado por la Suprema Corte de Justicia.
· 2014. La Corte ordena dejarla en libertad inmediatamente.

Víctor Fuentes y Claudia Guerrero, Reforma, 22 de enero.



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