Solicita Morena ante el IFE su registro como partido político; repudia reformas

Con el objetivo de “revertir las políticas neoliberales” y las reformas estructurales aprobadas en este periodo, el Movimiento de Regeneración Nacional entregó al Instituto Federal Electoral (IFE) su solicitud de registro como partido político. A pesar de la historia reciente en materia electoral –subrayó el dirigente Martí Batres– la organización ha elegido “el camino más adecuado para la transformación del país: la vía pacífica, electoral y constitucional”.

Batres descalificó el Pacto por México, el cual, dijo, no sólo disolvió la pluralidad, alentó el neoliberalismo y fortaleció el presidencialismo, sino que también fue el instrumento para despojar a los maestros de sus derechos laborales; darle entrada al capital extranjero en telecomunicaciones, imponer impuestos a los alimentos por la puerta trasera; gravó más a los empresarios, además de entregar el petróleo y la electricidad a compañías extranjeras.

En entrevista, Batres rechazó la posibilidad de que Morena participe hoy en la movilización nacional en contra de la privatización petrolera y adelantó que su próxima acción sera la presentación de la denuncia por traición a la patria en contra del presidente Enrique Peña, el 5 de febrero ante la Procuraduría General de la República.

Cuestionado sobre los llamados que se han hecho desde el PRD y otras organizaciones, el dirigente de Morena dijo incluso que hasta anoche no había llegado ninguna comunicación de Cuauhtémoc Cárdenas para convocarlos a la movilización.

Durante el acto en un auditorio lleno, el consejero presidente del IFE, Lorenzo Córdova, destacó la importancia que tiene para la democracia la existencia de partidos políticos y que haya una creciente pluralidad. “Los partidos políticos son órganos insustituibles en una sociedad. La función que realizan como articuladores de consensos es indispensable para el funcionamiento de una democracia como la mexicana, a pesar de que hay mucho por hacer”

Córdova dijo que el IFE recibía la documentación de Morena, pero advirtió que “si bien la conformación de un partido político es la materialización del derecho de asociación política, la validez de este ejercicio está sujeta al cumplimiento y validación de los requisitos previstos por la ley”.

En su momento, Batres descalificó la reforma electoral porque está concebida sólo para preservar los intereses de la clase política y margina a la sociedad. Sólo garantiza la relección de legisladores y que los acuerdos cupulares se mantengan como el eje de la conducción del país, cuando en realidad lo único que se requiere son “dos cuestiones muy sencillas: una, que se cuenten bien los votos y dos, que no se compren los votos”.

Morena entregará hoy por la tarde las firmas de más de 350 mil militantes que fueron afiliados en los módulos y no en las asambleas estatales.

Asimismo, este viernes solicitarán el registro Encuentro Social y Frente Humanista, que realizó 211 asambleas de las cuales 38 fueron durante la última semana.

Dirigido por Eric Flores, Encuentro Social es una organización a la que se vincula con agrupaciones evangélicas e incluso, aunque ha mantenido un bajo perfil en medios, en una entrevista que circula en redes sociales Flores señala claramente que “nuestra intención es tratar de impulsar a gente cristiana a que ocupe cargos públicos”. En principio, participan también simpatizantes de la extinta Unión Nacional Sinarquista.

El Frente Humanista es encabezado por Javier Eduardo López Macías, pero cuenta entre sus directivos a Ignacio Yris Salomón, otrora líder de Alternativa Social Demócrata y Campesina, partido que contendió en 2006 con ex social demócratas, pero que a media campaña registró una división irreconciliable entre quienes respaldaban a la candidata presidencial Patricia Mercado y a Yris Salomón, cabeza del ala campesina que pugnó por postular de relevo a Víctor González Torres, el Doctor Simi. El saldo: la ruptura a media campaña y la desaparición en 2009 de la organización convertida en Alternativa Social Demócrata.

Alonso Urrutia, La Jornada, 31 de enero.