Durante los siguientes tres a cinco años, Petróleos Mexicanos (Pemex) continuará siendo la fuente principal de financiamiento para el gobierno mexicano pese a la reforma energética, cuyos beneficios se verán en el largo plazo, consideró la calificadora Fitch Ratings.
En un análisis sobre la calificación crediticia de la compañía, la firma dijo que a pesar de las posibles implicaciones positivas de las modificaciones constitucionales en el largo plazo, los estados financieros de Pemex continuarán viéndose perjudicados por los altos niveles de pasivos laborales no fondeados, cuyo monto supera al de la deuda externa del gobierno.
De acuerdo con el análisis de la firma, los pasivos laborales no fondeados de Pemex equivalen aproximadamente a 86 mil millones de dólares, cifra que para efectos comparativos, es 12 mil 400 millones de dólares más elevada que los 73 mil 509 millones de dólares que representó la deuda externa neta total del gobierno federal a abril de este año, según datos de la Secretaría de Hacienda difundidos el viernes.
Deuda de 156 mil 200 mdd
Hasta marzo pasado, la deuda total de Petróleos Mexicanos era de 69 mil 900 millones de dólares, pero ésta se incrementa más del doble (hasta 156 mil 200 millones de dólares) cuando se consideran los pasivos laborales no fondeados, es decir, los pagos de pensiones que la empresa tendrá que afrontar en los próximos años, cuando sus empleados se jubilen y que se financian ahora con transferencias presupuestarias.
La semana pasada, la subsecretaria de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía (Sener), María de Lourdes Melgar Palacios, dijo en entrevista con La Jornada que la dependencia está en conversaciones con la Secretaría de Hacienda en el tema de los pasivos laborales de la compañía.
Estamos en conversaciones con Hacienda para revisar el tema del pasivo laboral (el costo de las pensiones de sus trabajadores, de 30 mil millones de pesos al año, financiado con transferencia presupuestaria) que es una carga muy importante. Es un tema que estamos evaluando con Hacienda. Hay que llegar a un equilibrio
, comentó la funcionaria.
El análisis de Fitch señala que hasta ahora Pemex ha tenido que obtener la aprobación de un presupuesto anual del Congreso, el cual, junto con una importante carga fiscal, ha restringido la flexibilidad de inversión, pero ahora, con la reforma energética, Pemex se beneficiaría de la capacidad de asociarse con empresas internacionales de petróleo y gas con el fin de compartir los riesgos de exploración.
De acuerdo con el análisis de Fitch, Pemex es la compañía más grande de la nación y una de las mayores fuentes de recursos del país.
Durante los pasados cinco años, sus transferencias al gobierno federal han promediado 54 por ciento sobre ventas o 122 por ciento sobre el resultado operativo.
Las contribuciones hacia el gobierno federal a través de regalías e impuestos han representado, en promedio, entre 30 y 40 por ciento de los ingresos del gobierno federal, pero como resultado, el balance general de Pemex se ha debilitado y se ha reflejado en un capital contable negativo al cierre de 2013.
Fitch prevé que Pemex presente un flujo libre de efectivo negativo durante los próximos dos a tres años (considerando el precio de petróleo utilizado por Fitch), por la elevada carga fiscal, además de altos niveles de inversiones necesarias para mantener y potencialmente incrementar los volúmenes de producción.
Explicó que la histórica carga fiscal de la compañía ha limitado la generación interna de flujo de efectivo, forzando una creciente dependencia al financiamiento y que la entrada en vigor de una nueva reforma energética y fiscal debería ayudar a mitigar la carga fiscal de Pemex, liberando recursos generados por la operación que pudiera destinar a incrementar las inversiones.
Sin embargo, de acuerdo con Fitch el gobierno mexicano busca mantener niveles constantes de ingresos provenientes del petróleo y gas en 4.7 por ciento del producto interno bruto (PIB).
De acuerdo con datos de Petróleos Mexicanos la producción de crudo se ha estabilizado en alrededor de 2.5 millones de barriles por día, luego de una importante caída durante la última década.
El análisis de la firma señala que dicha estabilización es resultado del uso más intensivo de tecnología en la zona de Cantarell, mejoras en las operaciones e incremento de producción en un número diversificado de campos.
Esta diversificación de activos petroleros productivos, con Cantarell aportando menos de 20 por ciento de la producción petrolera, reduce el riesgo de grandes caídas de producción en el futuro, señaló Fitch, que agregó que el objetivo de Pemex es incrementar la producción de petróleo a 3 millones de barriles por día hacia 2018.
Lo anterior constituye un desafío dado que la capacidad de inversión en activos de la compañía se encuentra limitada debido a restricciones presupuestarias y a una alta carga impositiva
, indicó la firma.
Juan Carlos Miranda, La Jornada, 1º de junio.
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