Baja California Sur se juega la alternancia

El PRD se juega la continuidad de su proyecto político en Baja California Sur en medio de un escenario electoral complejo: debe vencer a un ex perredista arropado por el PAN y a un joven candidato del PRI que ha logrado subir en las encuestas. Las urnas dirán la última palabra el 6 de febrero.

A ocho días de las elecciones, el sol azteca resiente las consecuencias de las pugnas internas que vivió desde la designación de su abanderado; Acción Nacional goza del posicionamiento que le dan perredistas inconformes y el PRI muestra crecimiento con las diferencias y mermas que se producen mutuamente el PRD y el PAN.

Encuestas realizadas en las últimas semanas refieren que el PAN —en alianza con el local Partido de Renovación Sudcaliforniana (PRS)— podría arrebatar el gobierno al PRD, que ostenta desde 1999 cuando el ex priísta Leonel Cota Montaño —ahora también ex perredista— puso al sol azteca en el epicentro del mapa electoral.

El candidato de la coalición PAN-PRS, Marcos Covarrubias Villaseñor, llevaría ventaja frente a los aspirantes de la alianza Sudcalifornia para Todos (PRD-PT), Luis Armando Díaz, y de la unión Unidos por BCS (PRIPVEM), Ricardo Barroso Agramont.

La encuestadora Testa Marketing, con sede en Baja California, informó al iniciar este mes que Covarrubias llevaría una amplia ventaja a Díaz, con 47 puntos contra 23, dejando en tercer sitio a Barroso, con sólo 14%.

Grupo Asesores Unidos (GAUSS) coloca con ventaja de 18 puntos a Covarrubias (39%) por encima de Díaz, con 23%, y de Barroso con 21%.

La encuestadora local Numera informó que el estudio levantado del 4 al 13 de enero ubicaba a Covarrubias con 47% de la preferencia electoral; no obstante, en esta medición Barroso se ubica en segundo sitio (23.5%) y Díaz en tercero, con 21.7%.

Choque de poderes

El PRD, con Luis Armando Díaz —ex secretario general de Gobierno y ex alcalde de Los Cabos—, busca retener uno de sus bastiones llamando a la “continuidad” del gobierno de Narciso Agúndez Montaño, a quien le aplauden su trabajo en obra pública, pero también reconocen la necesidad de aplicarse en el tema de seguridad y procuración de justicia.

Los perredistas apelan a la consideración de los electores y señalan que 12 años son insuficientes para atender el rezago que presentaba BCS cuando tomaron las riendas.

En el PRI se enorgullecen de abanderar a un joven priísta, de 30 años de edad, y con experiencia partidista, no así en el servicio público. En él enarbolan la bandera de “un nuevo rumbo y un cambio generacional” para el estado de Baja California Sur.

El priísta Barroso Agramont finca buena parte de su discurso reforzando la idea de que Díaz y Covarrubias representan candidaturas orquestadas desde el gobierno federal y el local para evitar el ascenso del PRI.

El proceso ha tomado revuelo, no sólo por las rupturas al interior de los partidos, sino por las versiones recientes de una eventual alianza de facto entre PRD y PAN, ambos partidos cuestionados sobre la realidad de su proyecto en la entidad al postular a candidatos por separado y no ir en alianza como en otras entidades.

El 6 de febrero se definirán los relevos en la gubernatura, los 16 distritos electorales y los cinco ayuntamientos. Para el politólogo y catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, José Antonio Beltrán Morales, esta elección es la más competida en la historia de la entidad, en donde está latente la posibilidad de la alternancia y, sobre todo, en un hecho inédito, donde PAN y PRD se disputan la gubernatura, relegando a un tercer sitio, no muy lejano, al PRI.

Las pugnas del PRD

Antes de elegir candidatos, el Partido de la Revolución Democrática enfrentó un proceso de diferencias tras el “espaldarazo” que el gobernador Narciso Agúndez brindó al entonces diputado federal Marcos Covarrubias durante su Informe de Gobierno en Comondú.

Este hecho sorprendió, ya que grupos políticos esperaban que apoyaría al ex alcalde cabeño Díaz, quien ha enfrentado señalamientos por presuntos actos de invasión de tierras, vínculos con la delincuencia e incluso una supuesta nacionalidad salvadoreña, acusaciones que ha rechazado continuamente.

Leonel Cota Montaño, antes de romper con el PRD, integró un frente ciudadano para influir en las postulaciones de su ex partido. En ese lapso respaldó al entonces alcalde de Los Cabos, René Núñez Cosío —y no a su hermana Rosa Delia Cota, también aspirante—, como precandidato al gobierno estatal.

A unos días de la consulta programada para el 3 de octubre, Cota Montaño reveló que la misma había sido suspendida al argumentar que Marcos Covarrubias sería impuesto como candidato a la gubernatura, razón por la que anunció su salida del PRD.

Nuñez Cosío, contrario a ello y junto con ex perredistas molestos desde el proceso electoral anterior (2008), se reintegró al sol azteca y le alzaron la mano a Díaz; entre ellos, el férreo opositor Víctor Guluarte, quien contendió por Nueva Alianza para la presidencia municipal de La Paz en 2008. También dio su apoyo Rodimiro Amaya Téllez, quien molesto salió del PRD en 2005, contendió por el PRI-PVEM por la gubernatura ese año, perdió, y en este proceso (2011) volvió al PRD para apoyar a Díaz.

El 25 de septiembre, el CEN del PRD hizo pública la cancelación de consulta, pero negó una designación. El Consejo Político Estatal se reunió para resolver el asunto, pero fue reventado por Covarrubias, quien argumentó que se estaban privilegiando a familiares y amigos en las candidaturas. Pese a tener definida la suya —según su propia versión y la de los dirigentes de partido—, optó por renunciar al sol azteca.

Con los plazos encima, el 20 de octubre fue el CEN perredista quien definió candidaturas, eligiendo a Díaz para competir por la gubernatura y procediendo a su registro.

Covarrubias comenzó negociaciones en otros partidos y Acción Nacional en coalición con PRS otorgó la candidatura, cancelando su proceso interno de selección, en donde había resultado electo el empresario Alonso Germán Castro, quien hace unos días anunció su adhesión al proyecto del priísta Ricardo Barroso Agramont.

El abrigo del ex perredista no fue bien visto por sectores de panistas, como tampoco el anuncio de que tres candidaturas para alcaldes las habían designado a tres ex perredistas: Arturo de la Rosa, por Los Cabos; Héctor Ibarra, por La Paz, y Venustiano Pérez, por Comondú. Los panistas molestos se inconformaron e impugnaron. No obstante, el Tribunal Federal Electoral (Trife) ratificó a Covarrubias como candidato y con ello se registró e inició tarde su campaña.

Niegan el voto a Covarrubias

Sin embargo, panistas de Comondú —donde fue edil Covarrubias— se desmarcaron del candidato y aseguraron que no votarían por él ni promoverían el voto. Lo hizo también el senador panista Luis Coppola Joffroy.

Sobre la controvertida candidatura de Marcos Covarrubias, el entonces dirigente nacional de Acción Nacional, César Nava Vázquez, defendió la decisión del CEN y argumentó que se buscó ofrecer la mejor plataforma de cambio, buscando consensos.

El PRI-PVEM postuló a finales de octubre a Barroso Agramont, luego de dejar su cargo como líder estatal del tricolor. Según los priístas, la decisión del CEN fue respaldada por militantes del tricolor y el joven fue arropado en su presentación por ex gobernadores, ex presidentes municipales.

A partir de entonces, Barroso ha sostenido la versión —fortalecida tras las rupturas del sol azteca— de que el PRD que gobierna la entidad, en medio de una crisis económica y de credibilidad, habría acordado ir por separado con el PAN para mantenerse en el poder y evitar el ascenso del PRI, versión que en todo momento han negado las dirigencias estatales y nacionales del PAN y PRD, así como sus candidatos.

Mientras el priísta acusa a ambos partidos de representar el mismo proyecto, los aludidos lo minimizan por contar con una corta trayectoria política y por representar la nueva cara de la cúpula priísta, que fue castigada por su mal gobierno en 1999.

En las urnas, la mejor encuesta

El perredista Luis Armando Díaz, cuyo arranque de campaña realizó en el rancho del gobernador Narciso Agúndez, reitera que la mejor encuesta será el 6 de febrero. Afirma ir a la cabeza y califica a Covarrubias como “traidor”.

Díaz hace un llamado a la civilidad política, acepta fallas y omisiones por parte del sol azteca como gobierno, y aunque reconoce que será una contienda muy competida, se mantiene optimista en su triunfo .
Gladys Rodríguez corresponsal, El Universal, 29 de enero.

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