Debate migratorio enfrenta semana clave en el Congreso


WASHINGTON.— A unos días del receso legislativo, la iniciativa de reforma migratoria enfrenta una semana clave, aunque el liderazgo republicano parecía resignado a retomar el debate hasta octubre. En tanto, un estudio de la Oficina Presupuestaria del Congreso augura que uno de cada cuatro inmigrantes indocumentados quedarían fuera de un proceso de legalización, debido a los elevados costos y a las duras condiciones para salir de las sombras.
Mientras el presidente Barack Obama cambia de enfoque y se concentra en la economía y la defensa de la clase media, el liderazgo republicano en la Cámara Baja acepta que el receso legislativo de agosto y los intensos debates que se sucederán en septiembre para evitar una nueva crisis presupuestaria y el cierre del gobierno, desplazarán el debate migratorio hasta octubre próximo.
“Octubre es el tiempo más factible”, dijo este fin de semana el congresista por Wisconsin y ex candidato republicano a la vicepresidencia, Paul Ryan, al asegurar que las negociaciones se darán en torno a una serie de iniciativas por separado y sin tomar en cuenta la propuesta de ley que fue aprobada por el Senado.
Precisamente, el hecho de que los representantes republicanos hayan decidido dar la espalda a la propuesta que salió con forceps desde el Senado, ha sido motivo de constantes encontronazos con organizaciones que se han propuesto perseguirles hasta sus distritos electorales para evitar que rehuyan el debate y la votación de una iniciativa que permitiría salir de la sombra a millones.
“Ya es hora que millones de inmigrantes que siguen siendo explotados mientras permanecen en las sombras puedan tener acceso a la ciudadanía”, dijo Bill Dudley, del sindicato agrícola y comercial (UFCW), que se ha sumado a un calendario de movilizaciones a favor de una reforma migratoria justa y amplia.
Mientras cientos de congresistas se disponen a retornar a sus distritos electorales, para tocar base y preparar el terreno electoral con miras a las elecciones legislativas del 2014, la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) ha difundido un informe en el que se señala que, en caso de tener éxito una iniciativa de reforma migratoria, sólo beneficiaría a no más de 8 millones de inmigrantes indocumentados.
Según los cálculos de la CBO, aproximadamente 3.5 millones no aplicarían o no cumplirían con los requisitos para conseguir, primero, acceder a un estatus de residente provisional y, 10 años más tarde, a un proceso para alcanzar la ciudadanía que oscilaría entre los 13 y 15 años en total.
“La CBO calcula que, aproximadamente, 8 millones de residentes no autorizados que se encuentran ya en el país obtendrían un estatus legal si se aprueba la S.744 (la iniciativa de ley aprobada por el Senado)”, señala el reporte.
De este total, aproximadamente 1.5 millones serían aquellos que ingresaron al país antes de cumplir los 16 años —los llamados dreamers— y otros 1.5 millones serían trabajadores agrícolas y sus dependientes.
Según las condiciones estipuladas en la iniciativa, quienes quieran legalizar su situación deberán pasar por un control de antecedentes, pagar una multa y gastos administrativos por aproximadamente 2 mil dólares, demostrar que han pagado impuestos, aprender inglés y colocarse al final de la lista de espera. Quienes superen esta primera fase, a partir del 2014, contarían con una tarjeta de residente de 6 años que podrán renovar por cuatro años.
Según la CBO, sólo unos 6.8 millones se inscribirían en esta primera fase, pero muchos de ellos no pasarían los controles o criterios.
Entretanto, más de 200 jóvenes y simpatizantes realizaron un plantón en la garita de San Ysidro, en demanda de que EU permita regresar a jóvenes deportados. Los jóvenes procedían de varios lugares del sur de California.
Jaime Hernández corresponsal, El Universal, 29 de julio.

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