Consultarán INEE y Unicef a indígenas sobre procesos de evaluación educativa

A fin de determinar los lineamientos para examinar la enseñanza en los pueblos indígenas, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) aplicarán una consulta en las comunidades originarias para conocer lo que consideran relevante del proceso formativo y cómo puede ser evaluado.

Durante la firma del convenio, Sylvia Schmelkes del Valle, presidenta de la junta de gobierno del INEE, señaló que los niños y adolescentes indígenas son los que menos asisten a la escuela, y también los que menos permanecen.

Agregó que a pesar de ser reconocidos como buenos jueces de sus maestros, rara vez se les considera para participar en los procesos de evaluación.

La consulta, que se realizará en 50 comunidades y en 31 de las 68 lenguas originarias de 19 estados, permitirá conocer qué les gusta o no de la escuela, qué piensan de sus profesares y qué prefieren aprender.

En entrevista, indicó que la aplicación piloto no es muestra representativa de los pueblos indígenas, pues sólo se hará en las comunidades donde tenemos condiciones para un acceso sin problemas. Explicó que los resultados se darán a conocer en agosto próximo, luego de tres etapas: proceso informativo sobre la consulta, que concluirá en marzo; de abril a mayo se aplicará en las comunidades, y en junio y julio se procesarán los datos.

Se trata de un instrumento, indicó, que nos permitirá identificar lo que todo mexicano debe saber, pero también lo que es propio a cada cultura y que les corresponde evaluar, como su lengua.

Tras concluir el acto, al que asistió la representante del Unicef en México, Isabel Crowley, quien destacó la relevancia de este esfuerzo de consulta a los pueblos indígenas, Schmelkes del Valle señaló que entre los factores que se han detectado para que un sector de la población indígena no acuda a las aulas es el trabajo infantil.

Indicó que de los 3 millones de niños y adolescentes de cinco a 17 años que trabajan para otros, al menos la mitad no acude a la escuela. A lo mejor se trata de menores que quisieran estar en las aulas, pero deben trabajar porque la alternativa de comer es más importante.

Laura Poy Solano, La Jornada, 26 de marzo.