El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano, señaló ayer que no rechaza de entrada la iniciativa de reforma laboral presentada recientemente por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ya que al final lo importante es que haya un buen cambio a la Ley Federal del Trabajo. “Aquí desafortunadamente lo perfecto es enemigo de lo bueno y el país tiene prisa de esta reforma”, afirmó.
Insistió en que precisamente la remoción de Álvaro Castro como subsecretario del Trabajo fue para eliminar la fricción que se generó con el Congreso de la Unión y “armonizar” el diálogo con los legisladores, dado que se avecina la discusión de la reforma laboral.
Luego de dictar una conferencia magistral titulada La reforma laboral que México necesita, en la Universidad Iberoamericana, el funcionario señaló que no conocía la iniciativa de reforma laboral del PRI, pero que algunos puntos, como quitar a la STPS la atribución de otorgar la toma de nota a los líderes y sus comités sindicales, podrían generar conflictos.
“Si no quieren que la STPS tenga esta atribución de entregar las tomas de nota, otra instancia deberá tener este registro final. Alguien tiene que tener la última palabra porque en caso de conflicto entre dos partes dentro de un sindicato, ¿quién tendrá realmente la representación legal y el manejo administrativo de los recursos patrimoniales del sindicato?”, preguntó el funcionario.
Los gremios también se conducen mediante representantes legales y alguna instancia les tiene que dar esa acreditación, por lo que esa es la única parte que preocupa de la iniciativa laboral del PRI, indicó el funcionario, y apuntó que por lo demás, “mientras venga una buena reforma para México, que se acelere el paso, que le quiten lo que le tengan que quitar, que se enriquezca lo que se tenga que enriquecer”, apuntó.
Aseguró que de entrada no la rechaza, pero aseguró que el gobierno de Felipe Calderón ha apoyado una iniciativa con ciertas características –la presentada por el Partido Acción Nacional (PAN–, “de las cuales yo estoy convencido que van en el sentido correcto. Ya también lo dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en el Foro Económico Mundial. Pero claramente en una negociación, una discusión parlamentaria, a partir de una iniciativa o de varias iniciativas, pues hay cuestiones que se enriquecen y otras que se modifican.
“Aquí desafortunadamente lo perfecto es enemigo de lo bueno y el país tiene prisa de tener una buena reforma. Espero que pronto se pueda dictaminar y que pronto podamos celebrar que México tiene una nueva legislación en materia laboral”, apuntó, y sostuvo que ha visto mucho avance, y buena actitud para que se pudiera aprobar en la actual legislatura, por lo que está en “en el momento óptimo” para hacerse.
En cuanto a la remoción de Álvaro Castro y su designación como coordinador de asesores en la dependencia, señaló: “Para mí lo importante es la vida institucional de la secretaría, y por ello es que no debemos preservar o mantener algo que podría obstaculizar este nivel de interlocución” con el Congreso de la Unión.
Para el funcionario la forma en que Castro se dirigió a un senador fue inadecuada y “eso provocó no solamente el enojo de ese legislador, sino de toda la bancada del grupo parlamentario del PAN y de todo el conjunto, de todo el pleno del Senado de la República”. Sin embargo, dijo esperar que “así como se actuó de manera tan estricta de un lado, y se tuvo la sensibilidad de este otro lado para actuar y remediar, que también a los servidores públicos ojalá también nos dispensen un trato digno, respetuoso cada vez que vamos al Congreso”.
Insistió en que precisamente la remoción de Álvaro Castro como subsecretario del Trabajo fue para eliminar la fricción que se generó con el Congreso de la Unión y “armonizar” el diálogo con los legisladores, dado que se avecina la discusión de la reforma laboral.
Luego de dictar una conferencia magistral titulada La reforma laboral que México necesita, en la Universidad Iberoamericana, el funcionario señaló que no conocía la iniciativa de reforma laboral del PRI, pero que algunos puntos, como quitar a la STPS la atribución de otorgar la toma de nota a los líderes y sus comités sindicales, podrían generar conflictos.
“Si no quieren que la STPS tenga esta atribución de entregar las tomas de nota, otra instancia deberá tener este registro final. Alguien tiene que tener la última palabra porque en caso de conflicto entre dos partes dentro de un sindicato, ¿quién tendrá realmente la representación legal y el manejo administrativo de los recursos patrimoniales del sindicato?”, preguntó el funcionario.
Los gremios también se conducen mediante representantes legales y alguna instancia les tiene que dar esa acreditación, por lo que esa es la única parte que preocupa de la iniciativa laboral del PRI, indicó el funcionario, y apuntó que por lo demás, “mientras venga una buena reforma para México, que se acelere el paso, que le quiten lo que le tengan que quitar, que se enriquezca lo que se tenga que enriquecer”, apuntó.
Aseguró que de entrada no la rechaza, pero aseguró que el gobierno de Felipe Calderón ha apoyado una iniciativa con ciertas características –la presentada por el Partido Acción Nacional (PAN–, “de las cuales yo estoy convencido que van en el sentido correcto. Ya también lo dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en el Foro Económico Mundial. Pero claramente en una negociación, una discusión parlamentaria, a partir de una iniciativa o de varias iniciativas, pues hay cuestiones que se enriquecen y otras que se modifican.
“Aquí desafortunadamente lo perfecto es enemigo de lo bueno y el país tiene prisa de tener una buena reforma. Espero que pronto se pueda dictaminar y que pronto podamos celebrar que México tiene una nueva legislación en materia laboral”, apuntó, y sostuvo que ha visto mucho avance, y buena actitud para que se pudiera aprobar en la actual legislatura, por lo que está en “en el momento óptimo” para hacerse.
En cuanto a la remoción de Álvaro Castro y su designación como coordinador de asesores en la dependencia, señaló: “Para mí lo importante es la vida institucional de la secretaría, y por ello es que no debemos preservar o mantener algo que podría obstaculizar este nivel de interlocución” con el Congreso de la Unión.
Para el funcionario la forma en que Castro se dirigió a un senador fue inadecuada y “eso provocó no solamente el enojo de ese legislador, sino de toda la bancada del grupo parlamentario del PAN y de todo el conjunto, de todo el pleno del Senado de la República”. Sin embargo, dijo esperar que “así como se actuó de manera tan estricta de un lado, y se tuvo la sensibilidad de este otro lado para actuar y remediar, que también a los servidores públicos ojalá también nos dispensen un trato digno, respetuoso cada vez que vamos al Congreso”.
Patricia Muñoz Ríos, La Jornada, 26 de octubre.
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