Empresa de alimentos de Venezuela sólo tiene reservas para una semana

Aún no cumple 11 meses en el cargo como presidente de Venezuela y Nicolás Maduro ya se siente acorralado por la presión de los venezolanos, tanto opositores como chavistas, que no sólo se han desbordado en manifestaciones masivas para exigir solución a la inseguridad en el país, sino para reclamar, de manera alarmante, la creciente escasez de alimentos y productos de primera necesidad que desde principios del 2013 enfrenta el país. El Grupo de Empresas Polar, con 72 años de historia y principal compañía privada venezolana en la elaboración de alimentos y bebidas, informó en días pasados que debido a la falta de pago en dólares a sus proveedores internacionales, —lo que no ha sido liberado por el gobierno desde hace más de siete meses—, en sus almacenes sólo tiene reservas para surtir a tiendas y supermercados hasta fin de mes.

Primero, en junio del año pasado Venezuela comenzó a sufrir el desabasto de papel higiénico, situación que no se ha resuelto.

Maduro acusó a empresarios del país de fabricar un complot para afectar a la comunidad más vulnerable.

A esta situación se sumó el paro de varias líneas aéreas internacionales que dejaron de vender boletos e incluso cancelaron vuelos por las deudas en dólares que tiene el gobierno con éstas.

Posteriormente se sumó la falta de papel periódico para los diarios y revistas de medios impresos, debido a la falta de liberación de dólares del gobierno para adquirir esta materia prima.

Asimismo, dos empresas armadoras de autos, Ford y Toyota, evalúan dejar el país ante la precaria situación económica y al registrar la caída en sus ventas en un 64 por ciento.

DRAMA. Pero lo que exhibe la dramática realidad que enfrentan los venezolanos es que la escasez de alimentos tiende a recrudecerse, toda vez que la Empresa Polar, principal elaboradora de alimentos y bebidas con 28 plantas y 191 agencias que surte a casi todo el país a tiendas y supermercados, alertó en días pasados que sólo tiene reservas para cubrir las necesidades de los consumidores hasta el último día de febrero.

La Polar ha denunciado desde hace más de siete meses a través de varios comunicados la difícil situación que enfrenta con el gobierno de Nicolás Maduro para que libere y entregue los dólares al tipo de cambio que rige en el país, con el fin de pagar a los proveedores internacionales que surten de comida y materia prima.

En diciembre del 2013 la misma compañía venezolana reportó que ante la falta de pagos dejó de recibir los productos elaborados que surten a sus clientes.

COMUNICADO. De acuerdo con un comunicado del 24 de enero pasado de la empresa venezolana: “La viabilidad de la producción de Empresas Polar está en riesgo por la deuda que mantiene Cadivi (la estatal Comisión de Administración de Divisas) por concepto de liquidación de dólares, lo que impide pagar de forma oportuna a los proveedores internacionales”.

Según La Polar, Cadivi, que opera como la principal ventanilla del gobierno para conseguir dólares en Venezuela, le adeuda 463 millones de dólares por la importación de materias primas e insumos que no son producidos en el país.

Hasta ahora, La Polar se ha financiado con líneas de créditos de proveedores internacionales, pero en su comunicado destaca que esa puerta está por cerrarse y de no cancelarse la deuda ya no contarán con esa fuente de financiamiento.

La Polar señala que el adeudo de Cadivi con la empresa creció un 194 por ciento en los últimos dos años y la demora promedio en autorizar los dólares necesarios para importar alimentos y materia prima pasó de 50 días a 230 días en enero pasado.

De acuerdo con el portal venezolano Prodavinci.com, se estima que actualmente el gobierno de Nicolás Maduro adeuda 13 mil millones de dólares a empresas privadas y lo que respecta a las compañías agrupadas en la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), el adeudo acumulado con proveedores superó los 2 mil 400 millones de dólares.

DIVISAS. El periódico local El Nacional reporta que en el país rige desde 2003 un estricto control estatal de cambio que impide la libre compraventa de divisas, administradas de manera exclusiva por Cadivi, que las vende de manera condicionada, en montos limitados y tras engorrosos trámites.

El tipo de cambio es de 6,3 bolívares por dólar para importar bienes esenciales como comida y medicinas y existe un sistema dual con un nuevo tipo de cambio de 11,3 bolívares por dólar para importar el resto de bienes. Sin embargo, también existe el mercado negro, donde un dólar se adquiere por 78 bolívares.

RACIONADOS. De acuerdo con reportes del periódico local El Universal, ante el panorama de desabasto que vive Venezuela, el gobierno de Maduro ha optado por racionar la venta de productos en los supermercados oficiales, con precios controlados y a través de la asignación por día, para la venta de artículos a chavistas que presenten determinado tipo de credencial, lo que es supervisado por elementos del ejército.

Según medios locales, no se permite comprar más de un kilo de pollo a la semana. También se raciona la leche, la harina, el azúcar y el arroz.

En el mercado libre los precios de los productos básicos están muy altos pero aun así los anaqueles se están quedando vacíos.

IGLESIA. Otro sector que ya sufre el desabasto es la Iglesia Católica, que a través un comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana, informó que sus reservas de vino para celebrar misa están al límite, porque su único proveedor nacional tiene problemas para elaborarlo.

Monseñor Roberto Lucker, portavoz del Episcopado, señaló que el problema de desabasto de este vino comenzó cuando Bodegas Pomar, subsidiaria de Empresas Polar, notificó recientemente que ya no podría seguir proveyéndole el vino necesario para la liturgia porque es difícil conseguir los ingredientes para producirlo.


Mario D. Camarillo Cortés, La Crónica, 23 de febrero.

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