Condena gremial a la desaparición y homicidio de periodistas en México


La organización PEN Club Internacional condenó los crímenes contra periodistas ocurridos en México y la impunidad en la que se mantienen. Demandó alto a la violencia contra el gremio periodístico y sanción a los responsables.
Nuestro mensaje es simple: la violencia debe detenerse, las reformas legales tienen que hacerse, la corrupción que liga al crimen con la vida pública tiene que ser atacada, subrayó John Ralston Saul, presidente internacional de esta agrupación global que reúne a escritores y periodistas de diversas naciones y que está en México en solidaridad con reporteros que han sido víctimas de agresiones.
Convocados por la organización, más de 40 escritores y periodistas se reunieron en la Casa Lamm para condenar los homicidios y desapariciones de comunicadores en el país. Se informó que de 2000 a la fecha 67 reporteros han sido asesinados y 10 han sido reportados como desaparecidos.
Ralston Saul aseveró que la sociedad mexicana merece leyes más justas y eficientes, recursos para investigar las agresiones contra comunicadores, desaparecer legislaciones que atenten contra la libertad de expresión y sostuvo que el Ejército no debe seguir operando con un estatuto legal que le brinde impunidad.
Indicó que si bien la violencia en diversas partes del país tiene que ver con el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, es en México donde los periodistas son amenazados y asesinados.
La escritora Elena Poniatowska aseguró que decir la verdad en México es jugarse la vida. A cada reportero o reportera que integra la infantería de un periódico deberían preguntarles si están dispuestos a morir.
En las ciudades del norte del país “los periodistas son cazados como conejos y, hasta ahora, nadie ni nada los ha protegido. Los números oficiales son muchos: algunos dicen que de 2000 a 2011 han muerto 74, otros que son 83, otros más que 80, lo terrible es que el número aumente. Pregunto, ¿hasta cuándo ejercer el periodismo será una sentencia de muerte? ¿Cuánto tiempo más debemos esperar para que las autoridades ofrezcan garantías reales que protejan la vida y la profesión? ¿Cuánto tiempo pasará hasta que dejemos de ser el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo?
Raymundo Pérez, periodista de Durango, relató cómo fue secuestrado por narcotraficantes, en marzo de 2010. “Cubríamos la guerra entre Los Zetas y el cártel del Golfo; cuando nos capturaron, dijeron: ‘llévenselos y denles piso. No queremos prensa aquí, porque nos calientan la plaza’. Soy una víctima de esta guerra (contra el crimen organizado) y debo decir que tuve mucha suerte”.
Homero Aridjis denunció que en la lucha contra el narco, con más de 50 mil muertos, los asesinatos de periodistas quedan impunes. México es un país donde hay asesinados, pero no hay asesinos.
El novelista estadunidense Rusell Banks manifestó su solidaridad con las víctimas y subrayó que al silenciar a los medios una nación queda ciega y sorda, sin capacidad para escribir su historia.
El periodista Jenaro Villamil destacó que desde 2000 México vive una peligrosa paradoja, por un lado se abrieron las puertas para la alternancia del partido en el poder, pero al mismo tiempo crecieron las amenazas contra los medios y la libertad de expresión. Otros peligros, dijo, son la concentración monopólica, como la alianza de Televisa y Tv Azteca, y las amenazas globales contra los medios alternativos como la iniciativa de ley SOPA.
Emir Olivares Alonso, La Jornada, 30 de enero.

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