TIANJIN, China.- La última ronda de negociaciones sobre el cambio climático antes de la próxima cumbre de Cancún concluyó ayer sin muchas avances y con un marcado cruce de acusaciones entre Estados Unidos y China, los dos mayores contaminantes del mundo.
Tras seis días de conversaciones en las que participaron 3 mil delegados de 194 países, la Conferencia de Cambio Climático de Tianjin cerró con más dudas que logros pese a que la ONU subrayó que se ha progresado, al menos, en la financiación por parte de los países ricos de programas para las naciones pobres.
"Se han hecho los deberes para Cancún", aseguró la negociadora de la ONU para Cambio Climático, la costarricense Christiana Figueres.
Pero el choque de declaraciones entre Estados Unidos y China opacó la cumbre.
El primero acusó al segundo, y por ende a otras naciones emergentes como India y Brasil, de falta de transparencia en sus planes de lucha contra el calentamiento global.
"Existe falta de compromiso a la hora de informar al resto, algo que es un tema clave para lograr el acuerdo", aseguró el jefe negociador estadounidense en Tianjin, Jonathan Pershing, quien añadió que, al no haber un equilibrio entre lo que buscan los países desarrollados y los emergentes, el diálogo está "en peligro".
Su Wein, alto negociador chino sobre cambio climático, respondió que las declaraciones se tratan de una distracción del fracaso estadounidense para hacer grandes reducciones en la emisión de gases invernadero.
El diplomático comparó a Estados Unidos con Zhubajie, un cerdo mitológico que se acicala frente a un espejo en un clásica novela china.
"No tiene medidas ni acciones que mostrar por sí mismo, y en cambio critica a China, que está tomando activamente medidas y acciones", dijo Su Wein sobre Estados Unidos.
Entre el cruce de acusaciones, la Unión Europea (UE) casi pasó inadvertida, aunque la delegación de los 27 negó que esté adoptando un papel secundario en las negociaciones.
En Tianjin participó también la Canciller mexicana, Patricia Espinosa, anfitriona de la cumbre de Cancún, que se llevará a cabo entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre.
"Confiamos en que Cancún inicie una nueva era en la cooperación climática", declaró la funcionaria mexicana.
Se esperaba que en el País se lograra lo que no se pudo hace un año en la Cumbre de Copenhague: alcanzar un acuerdo global eficaz que sirva como continuación del Protocolo de Kioto, que expira en 2012.
Lo único que se consiguió en Copenhague fue un impreciso texto no vinculante, negociado a última hora, que fija como objetivo limitar el alza de la temperatura del planeta a 2 grados pero sin el esquema para lograrlo.
Tras seis días de conversaciones en las que participaron 3 mil delegados de 194 países, la Conferencia de Cambio Climático de Tianjin cerró con más dudas que logros pese a que la ONU subrayó que se ha progresado, al menos, en la financiación por parte de los países ricos de programas para las naciones pobres.
"Se han hecho los deberes para Cancún", aseguró la negociadora de la ONU para Cambio Climático, la costarricense Christiana Figueres.
Pero el choque de declaraciones entre Estados Unidos y China opacó la cumbre.
El primero acusó al segundo, y por ende a otras naciones emergentes como India y Brasil, de falta de transparencia en sus planes de lucha contra el calentamiento global.
"Existe falta de compromiso a la hora de informar al resto, algo que es un tema clave para lograr el acuerdo", aseguró el jefe negociador estadounidense en Tianjin, Jonathan Pershing, quien añadió que, al no haber un equilibrio entre lo que buscan los países desarrollados y los emergentes, el diálogo está "en peligro".
Su Wein, alto negociador chino sobre cambio climático, respondió que las declaraciones se tratan de una distracción del fracaso estadounidense para hacer grandes reducciones en la emisión de gases invernadero.
El diplomático comparó a Estados Unidos con Zhubajie, un cerdo mitológico que se acicala frente a un espejo en un clásica novela china.
"No tiene medidas ni acciones que mostrar por sí mismo, y en cambio critica a China, que está tomando activamente medidas y acciones", dijo Su Wein sobre Estados Unidos.
Entre el cruce de acusaciones, la Unión Europea (UE) casi pasó inadvertida, aunque la delegación de los 27 negó que esté adoptando un papel secundario en las negociaciones.
En Tianjin participó también la Canciller mexicana, Patricia Espinosa, anfitriona de la cumbre de Cancún, que se llevará a cabo entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre.
"Confiamos en que Cancún inicie una nueva era en la cooperación climática", declaró la funcionaria mexicana.
Se esperaba que en el País se lograra lo que no se pudo hace un año en la Cumbre de Copenhague: alcanzar un acuerdo global eficaz que sirva como continuación del Protocolo de Kioto, que expira en 2012.
Lo único que se consiguió en Copenhague fue un impreciso texto no vinculante, negociado a última hora, que fija como objetivo limitar el alza de la temperatura del planeta a 2 grados pero sin el esquema para lograrlo.
Reforma, 10 de octubre.
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