El esfuerzo de negociación del gobierno de México para alcanzar acuerdos en la cumbre sobre el cambio climático COP16, en la que se invertirán más de 800 millones de pesos, no se refleja en su política ambiental interna; no puede ser “candil de la calle y oscuridad en casa”, debe poner el ejemplo y asumir compromisos en materia de deforestación y energías renovables, indicó Patricia Arendar, directora ejecutiva de Greenpeace México, quien participará en las negociaciones de alto nivel en Cancún, Quintana Roo.
En entrevista con EL UNIVERSAL reconoció el liderazgo del gobierno y el trabajo de los negociadores mexicanos a nivel internacional para este encuentro, pero cuestionó que su labor contraste con la falta de acciones en territorio nacional.
La especialista dejó claro que México no sólo debe buscar que a finales de este año, en Cancún, se destraben temas claves, como por ejemplo el financiamiento, que los 140 mil millones de dólares de los países desarrollados se apliquen en proyectos para sufragar acciones de mitigación y adaptación en los países en vías de desarrollo.
“Es la gran oportunidad para que el gobierno mexicano se comprometa ante el mundo a reducir agresivamente los subsidios que está dando a los combustibles fósiles, y para dejar de lado la reforestación y pasar realmente a programas contundentes con dinero para fortalecer el manejo comunitario y sustentable de los bosques, que es una de las estrategias claves para frenar la deforestación en el país para el 2020”.
—¿Deberíamos poner un ejemplo internacional?
—Totalmente. El liderazgo del gobierno mexicano no solamente tiene que ver con que ocurra un resultado favorable en la COP, el liderazgo se tiene que ver adentro, con medidas contundentes para detonar energías renovables, detener la deforestación en el país y para acabar con los subsidios a los combustibles fósiles.
Arendar consideró que de lo contrario, “seguimos teniendo adalides de la lucha contra el cambio climático, que en el contexto nacional operan con un doble discurso y lejos de apostarle a renovables buscan incrementar la matriz energética con carbón, sin darse cuenta que el petróleo se acaba en el país”.
Dijo que los negociadores mexicanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores “están haciendo su trabajo de lograr que en la COP16 salgan acuerdos, pero lo que tenemos que ver es que México es un país que también debe comprometerse a reducir emisiones y acabar con la deforestación y esto es lo que no vemos en la política nacional, ni en el discurso, ni en los programas o el presupuesto (...). Como negociadores son muy buenos, pero qué pasa adentro, candil en la calle, oscuridad en la casa”.
Expectativas internacionales
El esfuerzo de Naciones Unidas y del gobierno mexicano para lograr avances en la COP16 también se traduce en el ejercicio de un presupuesto de 841 millones, 380 mil 573 pesos. De esta suma, 35 millones de pesos están destinados a la instalación de la Villa de Cambio Climático en Cancún; 30 millones se destinarán a la seguridad ante la presencia de jefes de Estado y líderes mundiales, y otros 28 millones 700 mil pesos para transportación.
La difusión del encuentro forma parte de la lista de erogaciones con 30 millones de pesos; otros 31 millones 320 mil para gastos de logística; 10 millones más para hospedaje, en una relación que también incluye más de tres millones de pesos por concepto de limpieza.
Arendar tiene claro que “para salvar al mundo de la amenaza del cambio climático no hay un precio, nos estamos jugando la sobrevivencia de nosotros y de las especies del planeta”.
Desde el punto de vista de las negociaciones, considera que los más de 800 millones de pesos presupuestados “estarán excelentemente invertidos si al final de la COP16 tenemos una arquitectura que nos permita canalizar hacia los países en vías de desarrollo los 140 mil millones de dólares de Estados Unidos, o los 140 mil millones de dólares que se tienen que juntar de los países desarrollados”.
Los recursos tienen que fluir para sufragar proyectos concretos, medibles y verificables en materia de adaptación y mitigación, en los países en vías de desarrollo. El otro tema clave en Cancún es que los 192 países se comprometan a frenar la deforestación para el año 2020.
En entrevista con EL UNIVERSAL reconoció el liderazgo del gobierno y el trabajo de los negociadores mexicanos a nivel internacional para este encuentro, pero cuestionó que su labor contraste con la falta de acciones en territorio nacional.
La especialista dejó claro que México no sólo debe buscar que a finales de este año, en Cancún, se destraben temas claves, como por ejemplo el financiamiento, que los 140 mil millones de dólares de los países desarrollados se apliquen en proyectos para sufragar acciones de mitigación y adaptación en los países en vías de desarrollo.
“Es la gran oportunidad para que el gobierno mexicano se comprometa ante el mundo a reducir agresivamente los subsidios que está dando a los combustibles fósiles, y para dejar de lado la reforestación y pasar realmente a programas contundentes con dinero para fortalecer el manejo comunitario y sustentable de los bosques, que es una de las estrategias claves para frenar la deforestación en el país para el 2020”.
—¿Deberíamos poner un ejemplo internacional?
—Totalmente. El liderazgo del gobierno mexicano no solamente tiene que ver con que ocurra un resultado favorable en la COP, el liderazgo se tiene que ver adentro, con medidas contundentes para detonar energías renovables, detener la deforestación en el país y para acabar con los subsidios a los combustibles fósiles.
Arendar consideró que de lo contrario, “seguimos teniendo adalides de la lucha contra el cambio climático, que en el contexto nacional operan con un doble discurso y lejos de apostarle a renovables buscan incrementar la matriz energética con carbón, sin darse cuenta que el petróleo se acaba en el país”.
Dijo que los negociadores mexicanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores “están haciendo su trabajo de lograr que en la COP16 salgan acuerdos, pero lo que tenemos que ver es que México es un país que también debe comprometerse a reducir emisiones y acabar con la deforestación y esto es lo que no vemos en la política nacional, ni en el discurso, ni en los programas o el presupuesto (...). Como negociadores son muy buenos, pero qué pasa adentro, candil en la calle, oscuridad en la casa”.
Expectativas internacionales
El esfuerzo de Naciones Unidas y del gobierno mexicano para lograr avances en la COP16 también se traduce en el ejercicio de un presupuesto de 841 millones, 380 mil 573 pesos. De esta suma, 35 millones de pesos están destinados a la instalación de la Villa de Cambio Climático en Cancún; 30 millones se destinarán a la seguridad ante la presencia de jefes de Estado y líderes mundiales, y otros 28 millones 700 mil pesos para transportación.
La difusión del encuentro forma parte de la lista de erogaciones con 30 millones de pesos; otros 31 millones 320 mil para gastos de logística; 10 millones más para hospedaje, en una relación que también incluye más de tres millones de pesos por concepto de limpieza.
Arendar tiene claro que “para salvar al mundo de la amenaza del cambio climático no hay un precio, nos estamos jugando la sobrevivencia de nosotros y de las especies del planeta”.
Desde el punto de vista de las negociaciones, considera que los más de 800 millones de pesos presupuestados “estarán excelentemente invertidos si al final de la COP16 tenemos una arquitectura que nos permita canalizar hacia los países en vías de desarrollo los 140 mil millones de dólares de Estados Unidos, o los 140 mil millones de dólares que se tienen que juntar de los países desarrollados”.
Los recursos tienen que fluir para sufragar proyectos concretos, medibles y verificables en materia de adaptación y mitigación, en los países en vías de desarrollo. El otro tema clave en Cancún es que los 192 países se comprometan a frenar la deforestación para el año 2020.
Silvia Otero, El Universal, 18 de octubre.
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