México, decidido a cambiar la forma de crear empleos

La recesión global golpea con fuerza a los hogares del mundo por la debilidad del empleo y los ingresos. Y, pese a la recuperación de la economía global, nuevos nubarrones en el horizonte laboral afectan de forma negativa las previsiones en muchos países.

Recientemente, las medidas de austeridad planteadas en las naciones avanzadas y el debilitamiento de los ingresos y condiciones laborales en países en desarrollo originan tensión social.

El mundo hoy muestra a naciones desarrolladas con mercados laborales flexibles, acompañados de medidas de protección social como seguros de desempleo que protegen a trabajadores, pero que presionan las finanzas públicas. Y naciones en desarrollo con mercados flexibilizándose, mano de obra barata y una creciente especialización.

Sin embargo, tras la crisis, el desempleo en el mundo es escaso y precario, por lo que diversas voces llaman a concretar medidas que mejoren las condiciones del empleo global.

Para el caso de México, numerosos investigadores resaltan la relevancia de concretar medidas que fomenten el crecimiento económico sostenido, que genere empleos de buena calidad.

En el “Informe sobre el trabajo en el mundo 2010”, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) expuso que el crecimiento basado en ingresos mejora la demanda agregada, amplía los mercados internos y crea oportunidades para empresas sostenibles.

“Ello depende de que se adopten medidas para fortalecer la negociación colectiva y el diálogo social, se apliquen políticas adecuadas de salario mínimo y se establezcan sistemas de protección social propicios para la creación de empleo”.

La experiencia de países como Brasil y la India enseña cómo se pueden conseguir estas metas, apuntó.

En México, próximamente podría reimpulsar la discusión de la propuesta de reforma laboral planteada por el secretario del Trabajo, Lozano, y el PAN.

Para algunos investigadores esta reforma legalizará numerosas prácticas que en la actualidad son una realidad fuera de ley: más empleo eventual y cada vez menos prestaciones; empleos de mala calidad que ponen en riesgo la estabilidad laboral, la adición de empleos formales y la productividad del país.

Para otros actores, la reforma aunque imperfecta, representa un avance, pues la legislación laboral vigente data de 1970, además que ayudaría a incrementar la participación de la población hoy afuera del mercado laboral.

La propuesta “flexibilizadora”, busca fomentar el empleo mediante la creación de nuevas figuras de contratación y la legalización de otras efectuadas en la praxis, como el empleo temporal. Plantea la reducción de barreras a la entrada y al despido de trabajadores, rubro en el que el Foro Económico Mundial nos sitúa mal, en el lugar 120 de 139 países.

La reforma busca además promover la capacitación, certificación y la productividad laboral y la regulación de la tercerización u outsorcing. Introduce nuevos requisitos para el emplazamiento a huelga y a la demanda de titularidad del contrato colectivo, obliga a los sindicatos a transparentar la administración del patrimonio y a eliminar el descuento obligatorio de las cuotas vía nómina.

Implicaciones de la reforma

El argumento detrás de la eliminación de las barreras de entrada y salida al mercado laboral es el abaratamiento de los costos laborales, con el fin de que las empresas generen más plazas.

La propuesta de reforma laboral crea nuevas formas de contratación, adicionales a la relación de trabajo por obra o tiempo determinado y por tiempo indeterminado: los contratos por temporada, de capacitación inicial, y en el caso del empleo por tiempo indeterminado, periodos de prueba, de tres a seis meses.

Cristina Casanueva Reguart, investigadora del Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana (UIA), consideró que la reforma laboral propuesta sí podría traducirse en el repunte del empleo, aunque sólo en el corto plazo; y principalmente el de carácter temporal, que en el país crece ya a tasas anuales de dos dígitos.

Pero, un riesgo de esta flexibilidad sería la menor calidad de los empleos, pues los contratos temporales suelen generar menores ingresos, prestaciones y seguridad laboral para los trabajadores.

“Reducir los costos de producción mediante menores ingresos a los trabajadores incrementará el empleo en el corto plazo; sin embargo, siempre habrá otro país con mano de obra más barata, por lo que usar mano de obra barata para atraer capital es una visión de muy corto plazo”, explicó la investigadora.

Para Casanueva, el riesgo de introducir a la ley la contratación temporal e incluso por hora, es que un amplio número de empleadores, incluso los que hoy contratan de forma permanente, podría escoger estas fórmulas dando prestaciones mínimas de ley. Por tanto, el repunte de empleos temporales sería a costa de estabilidad laboral y menos ingresos.

La reforma establece que “tratándose de salario por unidad de tiempo, el trabajador y el patrón podrán convenir el pago por cada hora de prestación del servicio, siempre y cuando no se exceda la jornada máxima legal de la ley”.

Stefano Scarpetta, director de empleo, trabajo y asuntos sociales de la Organización para la Cooperación y Docencia Económicos (OCDE), consideró que permitir a los trabajadores y empleadores acordar arreglos de pago por hora, permitiría días laborales más cortos para quienes quieran laborar tiempo parcial.

“Podría ayudar a incrementar la tasa de participación laboral femenina, que en México es de 45%, contra el 61% promedio en las naciones de la OCDE.

Pero en opinión de José Luis de la Cruz, director del Centro Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, la flexibilidad laboral de las contrataciones temporales, implicaría la proliferación de bajos salarios, pues más personas saldrían a buscar trabajo y presionarían la oferta que hubiera en el mercado laboral.

“No tiene sentido intentar aumentar la competitividad del país mediante la reducción de salarios y prestaciones a los trabajadores si no se toca el tema del crecimiento económico y la inversión; sólo el crecimiento económico permitirá la creación de empleos numerosos y de buena calidad”, expuso.

En países desarrollados, las barreras de acceso y salida al mercado laboral son muy flexibles y facilitan la búsqueda de empleos de tiempo temporal o parcial, que para algunas personas posibilita equilibrar el empleo con la vida personal. En épocas de crisis estos grupos son muy vulnerables, pero los trabajadores en esas naciones cuentan con redes de protección como seguros de desempleo y capacitación para desempleados.

Flexibilidad con calidad

De acuerdo con el reporte Perspectiva del Empleo 2010 de la OCDE, la evidencia existente sugiere que las reformas parciales de protección al empleo en las dos décadas pasadas, que buscaron promover la adaptabilidad del mercado laboral al hacer menos estrictas las regulaciones relativas a los contratos temporales, y que al mismo tiempo dejaron sin cambios restricciones astringentes a la contratación permanente, han incrementado la movilidad laboral.

“Estas reformas no promovieron necesariamente una asignación más eficiente de los trabajadores hacia empleos más productivos y gratificantes”.

Los trabajadores con contratos temporales soportan la pérdida de empleos en la mayoría de los países en la recesión, pues las empresas han ajustado la repentina reducción en la demanda, dejando de renovar los contratos.

Consideró que “más allá de los subsidios al empleo temporal y de los esfuerzos para promover la empleabilidad de las personas que buscan trabajo, se deben buscar incentivos para un mejor balance a la protección del empleo entre contratos temporales y permanentes”.

Scarpetta indicó que la propuesta de reforma en México permitirá a los trabajadores ser empleados bajo contratos por periodos fijos para trabajos temporales, requiriendo que los empleadores den a los trabajadores los mismos derechos que a los permanentes.

“Damos la bienvenida al fortalecimiento de los derechos de los trabajadores con contractos por periodos fijos, pero también urgimos a realizar esfuerzos para fortalecer las leyes laborales para evitar que el mayor uso de contratos por periodos fijos den pauta a un mayor dualismo en el mercado laboral”, dijo.

Impacto permanente

Robert Duval, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), consideró que el impacto de la propuesta de reforma laboral sobre el empleo será muy limitado y no tendrá el efecto esperado, ya que, si bien se requiere cierta flexibilización del mercado laboral mexicano, los costos de seguridad social siguen siendo muy elevados en el país para empresas y trabajadores.

“La propuesta no toca el tema de los costos de seguridad social como el IMSS e Infonavit, que representan un costo alto para las empresas que contratan a trabajadores permanentes”.

En consecuencia, el académico indicó, que la propuesta planteada en el Congreso de la Unión da más incentivos a la creación de empleos temporales que a la de empleos permanentes.

El riesgo latente, es que podría verse un incremento de empleos temporales mucho más allá de lo óptimo, ahondó.

“El país requiere de una propuesta más integral, que contemple un esquema universal de seguridad social y seguros de desempleo, mediante impuestos generalizados, más que descuentos a nómina y patronales, para flexibilizar los costos de contratación.
Ixel Yutzil González, El Universal, 11 de octubre.

0 Responses to "México, decidido a cambiar la forma de crear empleos"