La prioridad de Andrés Manuel López Obrador no es ganar la Presidencia de la República en el 2012, sino recuperar la hegemonía en la izquierda y el control del PRD, para trabajar rumbo al 2018 con posibilidades reales de triunfo, afirmó Fernando Belaunzarán.
"AMLO se está ocupando de lo que puede ganar y eso es la hegemonía en la izquierda política, lo cual le permitiría perdurar después de la elección presidencial. Como en el 2012 no tiene posibilidades, está pensando en mantenerse vigente y trabajar para la siguiente en mejores condiciones", explicó.
Detrás de la imagen de "Santo laico", del "Tartufo tropical", se esconde el peor de los pragmatismos, acusó.
Para el consejero perredista, la salida del PAN en el gobierno "le da pie" al tabasqueño para cambiar su estrategia opositora en el presente sexenio y jugar un papel constructivo y pragmático, similar al que desempeñó siendo presidente del PRD en tiempos de Ernesto Zedillo, con la esperanza de recuperar la confianza de las clases medias que su extremismo post 2006 alejó.
"López Obrador está empeñado en ser candidato presidencial no porque crea que puede ganar el 2012, sino porque lo necesita para establecerse como referente dominante e indiscutido de la izquierda, para convertirse en el factótum de sus decisiones futuras. Por eso es que se ha planteado como obsesión destruir, al margen de sus villanos discursivos y espectrales, a los chuchos y grupos que los acompañen", detalló.
Es por ello que desde el 2008 -agregó- López Obrador se ha concentrado en la lucha interna en el PRD y busca "reventar" la alianza con el PAN para la gubernatura del Estado de México, que de funcionar representará un golpe mortal para las aspiraciones del tabasqueño.
"Las mismas encuestas que demuestran su imposibilidad de aspirar en serio a conseguir la Presidencia de la República, arrojan luz de donde está su fuerza: en el voto duro perredista. No es nueva su intención de recobrar el control del PRD. Después de que se reconoció legalmente la victoria de Jesús Ortega, con la misma lógica que uso con el país, jugó y contribuyó para la debacle de su partido —para luego "salvarlo", por supuesto—, al grado de apoyar a candidatos de otras organizaciones en el 2009",indicó.
Belaunzarán reconoció que no hay duda de que López Obrador pretende que se le proporcione algo o mucho de justicia a un pueblo ávido de ella Pero al final el proyecto del tabasqueño "no es otro que sí mismo".
Por ello, dijo, es que ahora AMLO "no se contenta con cuestionar o lavarse las manos, sino que hace abierto activismo para descarrilar la posibilidad de alianza en el Estado de México a pesar del costo que está pagando por hacerle el favor a (Enrique) Peña Nieto y perfilar incluso la postulación de un candidato esquirol bajo las siglas del PT".
"AMLO se está ocupando de lo que puede ganar y eso es la hegemonía en la izquierda política, lo cual le permitiría perdurar después de la elección presidencial. Como en el 2012 no tiene posibilidades, está pensando en mantenerse vigente y trabajar para la siguiente en mejores condiciones", explicó.
Detrás de la imagen de "Santo laico", del "Tartufo tropical", se esconde el peor de los pragmatismos, acusó.
Para el consejero perredista, la salida del PAN en el gobierno "le da pie" al tabasqueño para cambiar su estrategia opositora en el presente sexenio y jugar un papel constructivo y pragmático, similar al que desempeñó siendo presidente del PRD en tiempos de Ernesto Zedillo, con la esperanza de recuperar la confianza de las clases medias que su extremismo post 2006 alejó.
"López Obrador está empeñado en ser candidato presidencial no porque crea que puede ganar el 2012, sino porque lo necesita para establecerse como referente dominante e indiscutido de la izquierda, para convertirse en el factótum de sus decisiones futuras. Por eso es que se ha planteado como obsesión destruir, al margen de sus villanos discursivos y espectrales, a los chuchos y grupos que los acompañen", detalló.
Es por ello que desde el 2008 -agregó- López Obrador se ha concentrado en la lucha interna en el PRD y busca "reventar" la alianza con el PAN para la gubernatura del Estado de México, que de funcionar representará un golpe mortal para las aspiraciones del tabasqueño.
"Las mismas encuestas que demuestran su imposibilidad de aspirar en serio a conseguir la Presidencia de la República, arrojan luz de donde está su fuerza: en el voto duro perredista. No es nueva su intención de recobrar el control del PRD. Después de que se reconoció legalmente la victoria de Jesús Ortega, con la misma lógica que uso con el país, jugó y contribuyó para la debacle de su partido —para luego "salvarlo", por supuesto—, al grado de apoyar a candidatos de otras organizaciones en el 2009",indicó.
Belaunzarán reconoció que no hay duda de que López Obrador pretende que se le proporcione algo o mucho de justicia a un pueblo ávido de ella Pero al final el proyecto del tabasqueño "no es otro que sí mismo".
Por ello, dijo, es que ahora AMLO "no se contenta con cuestionar o lavarse las manos, sino que hace abierto activismo para descarrilar la posibilidad de alianza en el Estado de México a pesar del costo que está pagando por hacerle el favor a (Enrique) Peña Nieto y perfilar incluso la postulación de un candidato esquirol bajo las siglas del PT".
Alejandro Páez, La Crónica, 4 de octubre.
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