MOSCÚ (Agencias).— Rusia y Venezuela acordaron ayer robustecer su cooperación en la industria del petróleo y el gas, en la señal más reciente de fortalecimiento de los vínculos entre dos países que intentan reducir la influencia estadounidense en el escenario internacional.
Antes de partir de Moscú, Chávez apremió al gobierno ruso a acelerar la cooperación en los ámbitos político, militar y económico. “Estamos ante una nueva dinámica geopolítica y por eso andamos rápido”, dijo el venezolano a su par ruso, Dmitri Medvedev, quien lo recibió fraternalmente.
Juntos presidieron la firma de los acuerdos por parte de sus ministros de Energía y miembros de las compañías energéticas estatales Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y Gazprom para expandir su cooperación en el sector del gas y el petróleo. Las compañías firmaron una declaración de intenciones para la creación de un consorcio conjunto antes de la próxima primavera. Posteriormente, los presidentes asistieron a ejercicios militares en la ciudad de Orenburg, cerca de la frontera rusa con Kazajistán.
Luego, Chávez viajó a Francia, donde se reunió brevemente con el presidente Nicolas Sarkozy y aprovechó para criticar, de nueva cuenta, al presidente estadounidense George W. Bush, a quien acusó de querer resolver la crisis financiera por la que atraviesa el país con “la misma medicina” que ocasionó los problemas en primer lugar, y de no tener “la menor idea de lo que está haciendo”.
Imparable, el venezolano se dirigió finalmente a Portugal, donde afirmó sentirse “como en casa” y donde hoy firmará un acuerdo para la compra de un millón de ordenadores ensamblados por una empresa portuguesa.
Mientras, en Caracas, las detenciones por el supuesto plan para atentar contra Chávez siguen su curso. Ayer fue el turno del ex inspector de la Fuerza Aérea de Venezuela, general José Félix Caraballo Gómez, por ser “uno de los contactos” de personas cuyas voces figuran en grabaciones en las que se discuten pormenores del complot. Además, el gobierno investiga si el editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, también está implicado.
Antes de partir de Moscú, Chávez apremió al gobierno ruso a acelerar la cooperación en los ámbitos político, militar y económico. “Estamos ante una nueva dinámica geopolítica y por eso andamos rápido”, dijo el venezolano a su par ruso, Dmitri Medvedev, quien lo recibió fraternalmente.
Juntos presidieron la firma de los acuerdos por parte de sus ministros de Energía y miembros de las compañías energéticas estatales Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y Gazprom para expandir su cooperación en el sector del gas y el petróleo. Las compañías firmaron una declaración de intenciones para la creación de un consorcio conjunto antes de la próxima primavera. Posteriormente, los presidentes asistieron a ejercicios militares en la ciudad de Orenburg, cerca de la frontera rusa con Kazajistán.
Luego, Chávez viajó a Francia, donde se reunió brevemente con el presidente Nicolas Sarkozy y aprovechó para criticar, de nueva cuenta, al presidente estadounidense George W. Bush, a quien acusó de querer resolver la crisis financiera por la que atraviesa el país con “la misma medicina” que ocasionó los problemas en primer lugar, y de no tener “la menor idea de lo que está haciendo”.
Imparable, el venezolano se dirigió finalmente a Portugal, donde afirmó sentirse “como en casa” y donde hoy firmará un acuerdo para la compra de un millón de ordenadores ensamblados por una empresa portuguesa.
Mientras, en Caracas, las detenciones por el supuesto plan para atentar contra Chávez siguen su curso. Ayer fue el turno del ex inspector de la Fuerza Aérea de Venezuela, general José Félix Caraballo Gómez, por ser “uno de los contactos” de personas cuyas voces figuran en grabaciones en las que se discuten pormenores del complot. Además, el gobierno investiga si el editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, también está implicado.
El Universal, 27 de septiembre.
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