El desarrollo en las zonas costeras en México requiere de una política de protección de la población y adaptación al cambio climático, señaló Gordon McGranahan, especialista del Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo.
Las poblaciones costeras de México, alertó, corren considerable riesgo debido al incremento en el nivel del mar, una mayor frecuencia de tormentas intensas y otros peligros relacionados con el cambio climático.
Aunque las estrategias de mitigación constituyen, en general, la mejor respuesta para enfrentar los efectos del calentamiento global, consideró, en algunas zonas ya es demasiado tarde para confiar en sólo atenuar el problema.
"Una solución factible sería la migración lejos de las zonas costeras de baja altitud, aunque esto puede ser costoso y difícil de poner en práctica sin causar severos inconvenientes. Para proteger a los residentes locales será necesaria la modificación de las formas predominantes de los asentamientos costeros", indicó en entrevista en el marco de la Reunión de Expertos sobre Dinámica de Población y Cambio Climático, realizada esta semana en El Colegio de México.
La migración, comentó, puede ser un detonador de cambios en materia de asentamiento de las personas y su exposición a riesgos climático, por lo que debe ser considerada en las estrategias de adaptación de adaptación.
"Cuando las personas tienen mayor control sobre sus movimientos, pueden reducir su exposición a los riesgos climáticos", sostuvo.
De cualquier forma, subrayó el especialista en demografía, es necesario considerar los diversos factores que incrementan la vulnerabilidad de las poblaciones costeras frente a los riesgos asociados con la elevación del nivel del mar, basándose en experiencias previas sobre catástrofes y cómo se han enfrentado.
Por otra parte, apuntó, las poblaciones costeras pueden resultar una carga para los ecosistemas de los litorales, muchos de los cuales ya se encuentran en situación de estrés ambiental.
Las poblaciones costeras de México, alertó, corren considerable riesgo debido al incremento en el nivel del mar, una mayor frecuencia de tormentas intensas y otros peligros relacionados con el cambio climático.
Aunque las estrategias de mitigación constituyen, en general, la mejor respuesta para enfrentar los efectos del calentamiento global, consideró, en algunas zonas ya es demasiado tarde para confiar en sólo atenuar el problema.
"Una solución factible sería la migración lejos de las zonas costeras de baja altitud, aunque esto puede ser costoso y difícil de poner en práctica sin causar severos inconvenientes. Para proteger a los residentes locales será necesaria la modificación de las formas predominantes de los asentamientos costeros", indicó en entrevista en el marco de la Reunión de Expertos sobre Dinámica de Población y Cambio Climático, realizada esta semana en El Colegio de México.
La migración, comentó, puede ser un detonador de cambios en materia de asentamiento de las personas y su exposición a riesgos climático, por lo que debe ser considerada en las estrategias de adaptación de adaptación.
"Cuando las personas tienen mayor control sobre sus movimientos, pueden reducir su exposición a los riesgos climáticos", sostuvo.
De cualquier forma, subrayó el especialista en demografía, es necesario considerar los diversos factores que incrementan la vulnerabilidad de las poblaciones costeras frente a los riesgos asociados con la elevación del nivel del mar, basándose en experiencias previas sobre catástrofes y cómo se han enfrentado.
Por otra parte, apuntó, las poblaciones costeras pueden resultar una carga para los ecosistemas de los litorales, muchos de los cuales ya se encuentran en situación de estrés ambiental.
Adriana Alatorre, Reforma, 17 de octubre.
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