Durante una intervención telefónica en la cadena estatal de televisión de su país, Chávez leyó un comunicado en el que desmintió cualquier vinculación entre su gobierno y el grupo terrorista ETA y afirmó que “no se puede dar credibilidad” a los testimonios aportados por “criminales sanguinarios desprovistos de calidad humana y moral”.
Esta reacción de Chávez se produjo horas después de que Madrid pidiera “más información” a las autoridades venezolanas sobre las revelaciones del auto, según el cual estos dos etarras recibieron formación por parte de Arturo Cubillas, también vinculado con la organización separatista vasca y enviado a Venezuela por la administración del entonces presidente del gobierno español, Felipe González (19982-96), y quien trabaja como jefe de seguridad del Instituto Nacional de Tierras venezolano.
Aunque desde la cancillería española se rehusaron a dar detalles sobre esa gestión diplomática, sí se precisó que la petición de información al gobierno de Chávez se hizo de manera “informal” y “amistosa”.
Por eso, tras la “rápida” respuesta dada por Chávez, fuentes de gobierno español afirmaron que el Ejecutivo venezolano le trasladó su voluntad de “ayudar e ir hasta el fondo de este asunto” y que se mantiene “a la espera” de las peticiones que las autoridades judiciales españolas cursen a partir de estas nuevas informaciones.
Madrid. José Antonio López, Milenio 6 de octubre.
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