JVM visita la casa donde vivió parte de su infancia

¡Ten, pero vete de aquí por favor! ¡Ve a la tienda!, dijo el hombre pudiente que portaba una chaqueta azul con las letras JVM, mientras sacaba de su cartera un billete.

Mientras la candidata degustaba unos chilaquiles verdes, huevo con jamón, jugo y café, todo preparado por la anfitriona, Ana María Resendiz, el séquito de la candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, intentaba alejar a una mujer de la vida galante que merodeaba a las afueras de la vieja casa donde la candidata vivió parte de su infancia.

Incluso, una persona del equipo de campaña le dio un billete a cambio de que se alejara.

De inmediato, al equipo de seguridad se sumaron policías capitalinos que de la nada llegaron en cuatro unidades  a la calle Choferes para subir a la mujer a una de las patrullas, que en realidad no molestaba a nadie.

La familia Hernández de la Fuente nunca imaginó compartir la mesa con un candidato presidencial. La emoción era notable por la llegada de la panista Josefina Vázquez Mota a la casa marcada con el número 19, de la calle Choferes, en la colonia 20 de Noviembre.

Ahora sí, Vázquez Mota no hizo esperar y en punto de las 08:00 horas arribó a la casa, en la delegación Venustiano Carranza, donde vivió sus primeros cinco años.

Uno que otro vecino curioso se asomaba por sus ventanas, mientras que en la mesa donde desayunaba Ana María, Rodolfo, Lilibeth, Josué, Elías, Camila, Moisés y Nayan, junto con la panista y su esposo, la plática giraba en torno a la seguridad, la educación y  oportunidades de trabajo.

“Aquí nacimos tres hermanos y mi mamá cuando no completaba el gasto tejía chambritas y las vendía en un mercado aquí cerca realmente estaba yo muy pequeña, pero lo que quiero es darle el mensaje a los jóvenes de que todo es posible”, dijo Vázquez Mota entusiasmada por regresar al barrio que la vio crecer.


Denis A. García, La Crónica, 31 de marzo.