Comenzó a hablar a las 20:10 y durante dos horas y diez minutos no dejó títere con cabeza: Barack Obama, John Kerry, Álvaro Uribe, los líderes locales de la oposición con “el fascista” Leopoldo López a la cabeza, CNN, Telemundo, Univisión, el Colegio de Periodistas local, los paramilitares colombianos y también Rubén Blades, de quien lamentó que se haya sumado a la trama que está armando “el golpe de Estado fascista”.
Era el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en reunión del Consejo de Ministros en el Palacio de Miraflores, denunciando nuevamente la puesta en marcha de “un golpe de Estado continuado” y alimentado “por la oligarquía criolla con el apoyo de Estados Unidos”.
No mencionó el tema del supuesto entrenamiento de venezolanos en México, pero reveló que el hombre que está a la cabeza de la instrucción militar es el general Antonio Rivero: “lo estamos buscando por traidor”. El ex militar es militante del partido Voluntad Popular, liderado por el encarcelado López.
El marco del discurso de Maduro fue la Ley del Precio Justo, que fue puesta en marcha con la primera firma de un acuerdo en tal sentido con la firma coreana Samsung.
“El líder fascista (Leopoldo López) ya está en la cárcel. Yo no vine aquí (a la Presidencia) a mamar gallo (pasar el tiempo) ni a jugar con la democracia. El formato del golpe de Estado busca pegar a la sociedad contra la pared, hacer que el pueblo se vaya contra el pueblo”, dijo el presidente venezolano, que habló sin papeles a la vista ni teleprompter.
La intervención de Maduro estuvo salpicada de imágenes tomadas durante los hechos violentos que el martes se suscitaron en diferentes estados del país, hechos que son adjudicados a grupos de choque opositores. También intervenían ministros y jefes militares sobre el terreno. Maduro hacía las veces de presidente y de conductor de televisión.
El gobernante reveló que hace unos días un grupo de dirigentes de la oposición se reunió en una casa del exclusivo barrio de Altamira, municipio caraqueño de Chacao, que fue gobernado por el hoy encarcelado López.
En esa encerrona, aseguró, “se decidió asesinar al líder fascista a quien ya habían tirado por delante”. Por esa razón, añadió, “encargué a Diosdado Cabello (presidente de la Asamblea Nacional) que hablara con la familia de López, y lo hizo durante tres madrugadas hasta que el líder opositor decidió entregarse de la mano de Cabello. El objetivo era culpar del asesinato al gobierno de Maduro y generar así una escalada de la tensión social”.
Puso especial énfasis en la situación que se vive en el estado del Táchira, fronterizo con Colombia donde, aseguró, los paramilitares del vecino país, apoyados por el alcalde de San Cristóbal, capital del estado, atacan frecuentemente a los pobladores de la zona. Aseguró que está dispuesto a decretar el estado de sitio en esa región: “Estoy dispuesto a meter tanques, aviones, todo lo necesario para defender a Venezuela”.
Mientras blandía el libro escrito por el papa Francisco, de quien se declaró ferviente admirador por su capacidad dialogante, Maduro emplazó a los gobernadores y alcaldes del país a que acudan el próximo lunes a la reunión del Consejo Federal de Gobierno. El pasado martes se celebró otra reunión del citado ente, pero los gobernadores de oposición la desairaron para acudir a la marcha que acabó con la entrega-detención de Leopoldo López.
“Ahí los espero a todos para hablar de paz, pero si no vienen tomaré medidas”, advirtió el líder venezolano.
A última hora de la noche López seguía declarando ante el juez en el penal de Ramo Verde: al filo de las siete de la tarde el dirigente opositor escribió en su cuenta de Twitter que su audiencia en la cárcel, y no en el Palacio de Justicia, “es por miedo e ilegalidad, no por seguridad”, argumento esgrimido por la autoridad para decidir tal medida.
Sentido, el presidente venezolano lamentó que el cantante y actor panameño Rubén Blades –“mi amigo”– escribiera hoy un artículo de prensa, no precisó en qué medio, “en el que se suma al cuento de la CNN, Univisión y Telemundo. Lo invito a que venga para que vea por sí mismo, para hablar los dos aquí mismo”. Y remató: “estás equivocado, Rubén. En esta oportunidad te salió mal la letra”.
Maduro finalizó su intervención con un emocionado homenaje a Simón Díaz, el Tío Simón, el amo y señor de la tonada llanera venezolana que falleció la mañana de ayer, a los 85 años. El afamado cantautor, conocido por haber compuesto, entre decenas de canciones, Caballo viejo, traducida a 12 idiomas, es símbolo para todos los venezolanos. Siempre navegó por encima de las disputas políticas y sus conciertos unían a todas las ideologías.
Hay quien dice que murió de tristeza.
Josexto Zaldúa, La Jornada, 20 de febrero.
En su denuncia de “golpe fascista”, Maduro no deja títere con cabeza
Venezuela Medios México jueves, 20 de febrero de 2014 0 comentarios
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