Emite CNDH recomendación contra el Ejército por el homicidio de un arquitecto a quien se intentó presentar como un integrante del crimen organizado; es la primera del 2012

La CNDH emitió la primera Recomendación del año en contra del Ejército por el homicidio de un arquitecto encargado de una obra y a quien se intentó presentar como un integrante del crimen organizado.

Los hechos ocurrieron en un predio llamado "El Palmital", de la alcaldía de García, Nuevo León, en el cual las autoridades practicaban el desalojo de personas que lo habían ocupado de manera irregular, pues en esa área se comenzarían trabajos de construcción municipal.

Sin embargo, miembros del 16o. Batallón de Infantería dijeron haber recibido una denuncia en la cual se refería que en el lugar se había instalado un retén criminal para agredir a la población civil, con ayuda de la policía municipal.

De acuerdo con testimonios recabados por la Comisión, ese día, pactado para iniciar las labores de construcción, el arquitecto a cargo de la obra pidió ayuda al Comando Central de Operaciones de García para desalojar a los invasores, por lo cual fueron enviados 10 policías y dos supervisores…

Cuando se desarrollaba la diligencia irrumpieron los militares, por lo que algunos de los presentes se dispersaron, por el miedo de que se tratara de una célula delincuencial…

Aterrado, el arquitecto subió a su camioneta para alejarse; los dos supervisores le pidieron que les permitiera abordarla… Sobre lo que pasó después hubo versiones encontradas.

Los militares reportaron que cuando advirtieron que varios hombres huían en una camioneta, comenzaron a perseguirlos y a marcarles el alto, pero los ocupantes no obedecieron y por el contrario, comenzaron a disparar, por lo que ellos debieron responder a la agresión, "lo que derivó en que fuera herido el hombre que manejaba, quien luego falleció… Al detenerse el vehículo se detuvo a las otras dos personas, además de que se encontró una pistola del lado del conductor".

Los dos supervisores relataron a la CNDH que el arquitecto no supo controlar el temor y aunque ambos le pidieron que detuviera el vehículo, no reaccionó, por lo que uno de ellos optó por arrojarse aún con la camioneta en movimiento y otro se protegió debajo del asiento… Coincidieron en que el arquitecto no portaba armas, iba sangrando y que aún así alcanzó a detener el auto, salir y caer muerto.

"Contrario a lo manifestado por los elementos militares, éstos no fueron objeto de una agresión proveniente de la camioneta que se vieran forzados a repeler y, en consecuencia, la víctima falleció a causa de un ataque unilateral", concluyó la Comisión.


Daniel Blancas Madrigal, La Crónica, 25 de marzo.