Los presidentes de las comisiones de Gobernación y de Justicia de la Cámara de Diputados, Diódoro Carrasco Altamirano y César Camacho Quiroz, respectivamente, calificaron como una pérdida de tiempo a la consulta ciudadana que, en torno a la reforma energética, propuso el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard.
Incluso, en declaraciones por separado, Diódoro Carrasco —diputado federal del PAN, ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Oaxaca—aseguró que la de Ebrard es una estrategia perredista encaminada a empantanar la discusión respecto de la reforma energética.
"Es un interés y una intención, sin duda, de que una vez que termine el debate de 71 días, se prolongue con un referéndum, que independientemente de que no esté previsto, o si hubiera un acuerdo político se puede hacer, pero me parece que forma parte de una estrategia de alargar y de empantanar y entrampar los tiempos con septiembre y con el próximo periodo legislativo", explicó Carrasco Altamirano.
En tanto Camacho Quiroz, al igual que Carrasco, criticó a quienes se oponen a la modernización de Pemex y recordó que existe un sistema representativo y los que tienen la facultad de legislar tienen la obligación no sólo jurídica sino ética, de congruencia política elemental, de estar en contacto con la gente "para no decidir sobre las rodillas y menos caprichosamente, ni tampoco por con signa partidaria, sino teniendo en presente que es lo que la gente quiere".
Por tanto, expuso, quienes tienen interés porque México se modernice y Pemex se mantenga como una gran industria, una empresa pública de los mexicanos, "tienen que poner los temas y las propuestas sobre la mesa, para no dar la imagen de que hay intención de dilatar o desviar la atención".
Y aunque estimó que, de alguna manera, la propuesta del gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, entraña privatización, "los priistas desean una paraestatal moderna y que respete los derechos de los trabajadores, así como un Pemex que no puede seguir como está porque se iría muriendo por inanición".
Incluso, en declaraciones por separado, Diódoro Carrasco —diputado federal del PAN, ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Oaxaca—aseguró que la de Ebrard es una estrategia perredista encaminada a empantanar la discusión respecto de la reforma energética.
"Es un interés y una intención, sin duda, de que una vez que termine el debate de 71 días, se prolongue con un referéndum, que independientemente de que no esté previsto, o si hubiera un acuerdo político se puede hacer, pero me parece que forma parte de una estrategia de alargar y de empantanar y entrampar los tiempos con septiembre y con el próximo periodo legislativo", explicó Carrasco Altamirano.
En tanto Camacho Quiroz, al igual que Carrasco, criticó a quienes se oponen a la modernización de Pemex y recordó que existe un sistema representativo y los que tienen la facultad de legislar tienen la obligación no sólo jurídica sino ética, de congruencia política elemental, de estar en contacto con la gente "para no decidir sobre las rodillas y menos caprichosamente, ni tampoco por con signa partidaria, sino teniendo en presente que es lo que la gente quiere".
Por tanto, expuso, quienes tienen interés porque México se modernice y Pemex se mantenga como una gran industria, una empresa pública de los mexicanos, "tienen que poner los temas y las propuestas sobre la mesa, para no dar la imagen de que hay intención de dilatar o desviar la atención".
Y aunque estimó que, de alguna manera, la propuesta del gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, entraña privatización, "los priistas desean una paraestatal moderna y que respete los derechos de los trabajadores, así como un Pemex que no puede seguir como está porque se iría muriendo por inanición".
Moisés Sánchez Limón, Crónica, 31 de mayo.
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