El Instituto Nacional de Migración (INM) reconoce que en las estaciones de detención de indocumentados que operan en el país se registran problemas de hacinamiento, servicios insuficientes e inadecuados y comida de mala calidad.
Admite también que eventualmente se producen violaciones a los derechos humanos de los migrantes, las que considera "lógicas" en el contexto de la convivencia entre custodios y detenidos.
En el reporte "Análisis de algunas acciones del INM en torno de la protección de los derechos humanos de los migrantes indocumentados", indica que el 70 por ciento de las quejas contra la dependencia se refieren a abusos o condiciones inadecuadas de detención en las estaciones migratorias.
"Las violaciones a los derechos humanos que generalmente ocurren, o pueden ocurrir, en las estaciones migratorias se refieren a situaciones que van desde inconveniencias o maltrato verbal, hasta fallas en el debido procedimiento administrativo, condiciones indignas de alojamiento y de trato, o posibles afectaciones a sus propiedades", indica.
"En casos menos numerosos, las quejas se refieren a situaciones que afecten la seguridad de los asegurados, o que atenten contra la salud, la integridad física o la vida de quienes ahí se encuentren".
El INM indica que la interacción entre custodios y asegurados, las condiciones materiales de las estaciones, la prolongación de la detención y la convivencia forzada entre los mismos asegurados, son factores que influyen en las quejas.
"El programa de dignificación de estaciones migratorias requiere cierta atención en aspectos más detallados (limpieza, agua corriente, entre otros) que la mera ampliación o mejoramiento de infraestructura", agrega.
El reporte señala que el incremento en el flujo de indocumentados de otros países -principalmente centroamericanos- que intentan llegar a Estados Unidos ha provocado que las estaciones migratorias se vean saturadas, pues deben albergar a 250 mil personas cada año.
"Por el volumen de asegurados, los problemas de hacinamiento, la calidad de las instalaciones, el servicio médico y la notificación consular se convierten en retos notables para el INM en la protección de los derechos humanos", señala.
De acuerdo con un informe sobre las quejas presentadas contra el organismo ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), entre 2005 y 2007, alrededor de 16 por ciento de las mismas se refieren a hechos que presuntamente pusieron en riesgo la seguridad, integridad e incluso la vida de los migrantes detenidos.
El INM clasifica las quejas en una escala de 1 a 7, por la gravedad de los hechos denunciados.
Sólo el 1.9 por ciento, según el propio instituto, alcanzaron el nivel 7, el de mayor gravedad, pues los abusos señalados atentaron contra la vida de los extranjeros.
"Los mayores problemas se refieren a la falta de revisión médica a los asegurados tan pronto llegan a las estaciones o estancias migratorias", indica el reporte.
En Chiapas, el Distrito Federal, Sonora, Veracruz y Tabasco se registraron la mayoría de las quejas. El 31.4 por ciento de los quejosos eran de nacionalidad hondureña.
Admite también que eventualmente se producen violaciones a los derechos humanos de los migrantes, las que considera "lógicas" en el contexto de la convivencia entre custodios y detenidos.
En el reporte "Análisis de algunas acciones del INM en torno de la protección de los derechos humanos de los migrantes indocumentados", indica que el 70 por ciento de las quejas contra la dependencia se refieren a abusos o condiciones inadecuadas de detención en las estaciones migratorias.
"Las violaciones a los derechos humanos que generalmente ocurren, o pueden ocurrir, en las estaciones migratorias se refieren a situaciones que van desde inconveniencias o maltrato verbal, hasta fallas en el debido procedimiento administrativo, condiciones indignas de alojamiento y de trato, o posibles afectaciones a sus propiedades", indica.
"En casos menos numerosos, las quejas se refieren a situaciones que afecten la seguridad de los asegurados, o que atenten contra la salud, la integridad física o la vida de quienes ahí se encuentren".
El INM indica que la interacción entre custodios y asegurados, las condiciones materiales de las estaciones, la prolongación de la detención y la convivencia forzada entre los mismos asegurados, son factores que influyen en las quejas.
"El programa de dignificación de estaciones migratorias requiere cierta atención en aspectos más detallados (limpieza, agua corriente, entre otros) que la mera ampliación o mejoramiento de infraestructura", agrega.
El reporte señala que el incremento en el flujo de indocumentados de otros países -principalmente centroamericanos- que intentan llegar a Estados Unidos ha provocado que las estaciones migratorias se vean saturadas, pues deben albergar a 250 mil personas cada año.
"Por el volumen de asegurados, los problemas de hacinamiento, la calidad de las instalaciones, el servicio médico y la notificación consular se convierten en retos notables para el INM en la protección de los derechos humanos", señala.
De acuerdo con un informe sobre las quejas presentadas contra el organismo ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), entre 2005 y 2007, alrededor de 16 por ciento de las mismas se refieren a hechos que presuntamente pusieron en riesgo la seguridad, integridad e incluso la vida de los migrantes detenidos.
El INM clasifica las quejas en una escala de 1 a 7, por la gravedad de los hechos denunciados.
Sólo el 1.9 por ciento, según el propio instituto, alcanzaron el nivel 7, el de mayor gravedad, pues los abusos señalados atentaron contra la vida de los extranjeros.
"Los mayores problemas se refieren a la falta de revisión médica a los asegurados tan pronto llegan a las estaciones o estancias migratorias", indica el reporte.
En Chiapas, el Distrito Federal, Sonora, Veracruz y Tabasco se registraron la mayoría de las quejas. El 31.4 por ciento de los quejosos eran de nacionalidad hondureña.
Silvia Garduño, Reforma, 31 de mayo.
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