LA HABANA.- Las denuncias difundidas la semana pasada por el Gobierno cubano contra una supuesta trama conspirativa entre disidentes, exiliados y diplomáticos de Estados Unidos en La Habana, "no han tenido de momento consecuencias judiciales", según el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez.
No obstante, la disidencia interna observa un aumento de la represión y teme que esta se endurezca aun más en las próximas semanas.
"Alertamos a los cubanos y la opinión pública internacional sobre los preparativos del Gobierno de Cuba para emprender una ola represiva contra las Damas de Blanco", aseguró el miércoles en un comunicado esta organización femenina, integrada por familiares de 75 opositores condenados hasta 28 años de cárcel por su activismo pacífico.
El economista disidente Óscar Espinosa, en libertad extrapenal por motivos de salud, considera que existe "un peligro fuerte de que se vuelva a repetir una acción represiva a gran escala", como la que lo llevó a la cárcel hace cinco años.
Espinosa percibe que el pesimismo empaña el optimismo que se sentía en la calle semanas atrás. "Las reformas están perdiendo ímpetu. Se esperaban nuevos anuncios y parece que alguien ha mandado parar", asegura.
El antagonismo entre los sectores políticos más radicales del país se expresa por todas las vías posibles. En este sentido, la Mesa Redonda, un programa de radiotelevisión, que argumenta las posiciones oficiales sobre temas de interés, está siendo cuestionado hoy en La Habana no sólo por disidentes, sino también entre ciudadanos que se consideran "tan cubanos y revolucionarios como el que más".
Varios especialistas de este programa acusaron a la opositora Martha Beatriz Roque y a algunas Damas de Blanco de recibir fondos de Santiago Álvarez, un empresario de origen cubano preso en EU y acusado en la isla de terrorismo.
"Barredo (director de Granma) representa al núcleo duro de este régimen totalitario. Forma parte de una minoría ultra inmovilista", declaró a REFORMA, Elizardo Sánchez.
"No estaría a la altura de lo que se espera del General (Raúl Castro) reimponer el miedo entre el pueblo mediante la injuria y la prisión a indefensas mujeres cubanas", añadieron, por su parte las Damas de Blanca en su comunicado.
Fuera de sus filas estos reclamos tienen insignificante respaldo popular y ni siquiera son contemplados por ciudadanos que expresan abiertamente la necesidad de apertura informativa y derechos civiles que desean recuperar.
Los activistas no han conseguido interesar a la sociedad cubana.
No obstante, la disidencia interna observa un aumento de la represión y teme que esta se endurezca aun más en las próximas semanas.
"Alertamos a los cubanos y la opinión pública internacional sobre los preparativos del Gobierno de Cuba para emprender una ola represiva contra las Damas de Blanco", aseguró el miércoles en un comunicado esta organización femenina, integrada por familiares de 75 opositores condenados hasta 28 años de cárcel por su activismo pacífico.
El economista disidente Óscar Espinosa, en libertad extrapenal por motivos de salud, considera que existe "un peligro fuerte de que se vuelva a repetir una acción represiva a gran escala", como la que lo llevó a la cárcel hace cinco años.
Espinosa percibe que el pesimismo empaña el optimismo que se sentía en la calle semanas atrás. "Las reformas están perdiendo ímpetu. Se esperaban nuevos anuncios y parece que alguien ha mandado parar", asegura.
El antagonismo entre los sectores políticos más radicales del país se expresa por todas las vías posibles. En este sentido, la Mesa Redonda, un programa de radiotelevisión, que argumenta las posiciones oficiales sobre temas de interés, está siendo cuestionado hoy en La Habana no sólo por disidentes, sino también entre ciudadanos que se consideran "tan cubanos y revolucionarios como el que más".
Varios especialistas de este programa acusaron a la opositora Martha Beatriz Roque y a algunas Damas de Blanco de recibir fondos de Santiago Álvarez, un empresario de origen cubano preso en EU y acusado en la isla de terrorismo.
"Barredo (director de Granma) representa al núcleo duro de este régimen totalitario. Forma parte de una minoría ultra inmovilista", declaró a REFORMA, Elizardo Sánchez.
"No estaría a la altura de lo que se espera del General (Raúl Castro) reimponer el miedo entre el pueblo mediante la injuria y la prisión a indefensas mujeres cubanas", añadieron, por su parte las Damas de Blanca en su comunicado.
Fuera de sus filas estos reclamos tienen insignificante respaldo popular y ni siquiera son contemplados por ciudadanos que expresan abiertamente la necesidad de apertura informativa y derechos civiles que desean recuperar.
Los activistas no han conseguido interesar a la sociedad cubana.
Yolanda Martínez, corresponsal, Reforma, 30 de mayo.
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